Haitani Ren, hermano menor de los temibles Hermanos Haitani, Ran y Rindou.
Desde pequeño, fue criado por sus dos hermanos mayores, quienes tenían control sobre el barrio en dónde se criaron, Roppongi. Sus hermanos eran temidos por todas la pandilla...
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Tokyo, Escuela metropolitana de Tokyo. Marzo 2018
— así que...¿Te irás al extranjero?—dijo un chico de cabello negro con mechones lila
Había entrado a la habitación de Yuuta, ya que se había enterado por Panda, así que fue a preguntarle el porque.
Yuuta: si...fue muy repentino, pero Gojo-sensei dijo que debíamos salir a buscar un material para reparar un arma maldita importante—respondio con aires de tristeza
—pense...que solo yo me iría...pero yo volveré en 3 meses...y no sé cuándo volverás tú—se acerco y se sentó junto a el en su cama
Yuuta: no me gustaba la idea de que fueras tu solo a China a atrapar a un hechicero que puede volverse de categoría especial...supongo que este fue mi karma, ahora yo también debo irme por un tiempo—suspiro
Ambos tendrían que irse, sin embargo, no sabían cuando se volverían a ver.
—sabes que no estaré solo...tendré algo de compañía de Bonten...tienen contactos en Shanghai, en esa región se ha visto al hechicero... Así que tendré un poco de ayuda, tu estarás con ese hombre moreno..¿Miguel, cierto?—murmuro y el chico asintió
Yuuta: voy a extrañar a todos...en especial a ti—junto sus manos y las apretó
—yo también te voy a extrañar mucho...Yuuta—se giro a verlo y dejo un beso en su mejilla
—sabes...has cambiado mucho, dejaste crecer tu cabello también, tu altura cambio considerablemente, y ahora te vez mucho más fuerte que antes—sonrio ligeramente
Yuuta solo pudo soltar una risa.
Yuuta: Ren, desde hace semanas me he preguntado ¿Porque te hiciste miembro oficial de Bonten?—pregunto con calma
Ren dejo su sonrisa para mirar a su novio.
—es una pregunta muy difícil de responder, desde niño siempre tuve cierta administración hacia ellos, aunque hicieran cosas “ilegales” supongo que así estoy pagando mi deuda por haberme criado—respondio
Yuuta: entiendo...aún no me acostumbro a eso—murmuro dirigiendo su mirada al reciente tatuaje que había en el cuello de su novio, justo en su manzana de Adán
—¿Quieres ver el otro?—pregunto con una sonrisa
Yuuta asintió sin saber en dónde estaría ese tatuaje, pero al ver cómo el chico se colocaba frente a él, y comenzaba a desabotonar su camisa, con su cara roja y demasiados nervios lo hizo parar.
