16. Solo amame

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(Les dejo una canción. Pienso que es perfecta para esta ocasion)



Zayn estaba mirando las cenizas, con el deseo de que las llamas que sentía en su interior murieran como moría la hoguera.


Cecilia había despertado en él un deseo de proporciones gigantescas y no sabía qué hacer. Quería ser un profesional.

Le habían encargado que cuidara de ella, pero los pensamientos que daban vueltas en su cabeza eran todo menos profesionales.


Zayn echó más tierra sobre el fuego, se sentó en el tronco y levantó la cara para mirar la luna. Estaba haciendo tiempo para recuperar el control de sus emociones antes de entrar en la tienda.


Una ola de calor lo envolvió al recordar cómo le había chupado el dedo. Había sido la experiencia más sensual que Zayn había experimentado nunca.

Había visto la pasión en sus ojos, el deseo que sentía por él, y no estaba seguro de si era un loco o un héroe por haber cortado aquello de raíz.


¿Se estaría aprovechando si hiciera el amor con ella? En aquel momento, Cecilia había sufrido un trauma, dos en realidad. La pérdida de su familia y su ceguera. Pero los dos eran adultos.


Hacer el amor con ella no sería una seducción. Todo lo contrario; en realidad, era ella la que había querido seducirlo.

Zayn se levantó. Estaba cansado de darle vueltas a las cosas. Además, probablemente, Cecilia estaría dormida.


Tomando la lámpara de queroseno, Zayn comprobó que el fuego estaba apagado por última vez y se dirigió hacia la tienda.

Lo primero que vio al entrar fueron los vaqueros que ella había doblado. Inmediatamente, en su cabeza se formó la imagen de sus largas piernas desnudas.


Zayn tropezó con su saco de dormir y murmuró una maldición. Aquella excursión era la peor idea que había tenido en su vida. Al menos, agradecía que ella se hubiera dado la vuelta. Lo único que podía ver era su largo cabello oscuro en contraste con el rojo del saco.


Suspirando, se quitó las botas, los vaqueros y la camiseta. Siempre dormía en calzoncillos y no pensaba cambiar de costumbres.

Después de meterse en el saco apagó la lámpara, dejando el interior de la tienda en completa oscuridad.


Era difícil saber si Cecilia estaba durmiendo o no. Con la cabeza del otro lado, no podía oír el ritmo de su respiración...

pero su perfume parecía llenar toda la tienda.


No sabía cuánto tiempo llevaba tumbado cuando ella empezó a gemir. Eran gemidos suaves, pero llenos de angustia.

Estaba teniendo una pesadilla.


—Cecilia —murmuró. Ella siguió gimiendo, atormentada. Zayn encendió la lámpara y la tomó por el hombro—. Cecilia, despierta.


Ella abrió los ojos, unos ojos verdes llenos de miedo.


El arbol de los BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora