CERO.

281 21 2
                                    


" Un nuevo bebé es como el comienzo de todas las cosas maravillosas; esperanza, sueños y posibilidades."

0 | Nacimientos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

0 | Nacimientos.

Narrador:

~1521 Reino de Cerdeña, Italia de Piamonte~

Carlos III de Saboya se paseaba de una lado al otro de la enorme habitación mientras pasaba repetidamente las manos sobre su pelo. Estaba nervioso.  Demasiado nervioso.

Su esposa Beatriz de Portugal estaba dando a luz. Le oraba a Dios porque fuera una hijo varón el que les enviará.

No es que no deseara una pequeña niña idéntica a su hermosa esposa, es que necesitaba un heredero para asegurar que su sangre siguiera en el poder.

Después de todo, él en algún momento moriría y alguien debía hacerse cargo de la pesada carga que ahora él cargaba sobre sus hombros.

Elevó su mirada al cielo y oro por la salud de su esposa y de su bebé. Se juro a sí mismo que aunque no tuviera un hijo varón, haría todo lo que estuviera en su poder para que su bebé no sufriera nada y tuviera una vida segura.

Una de las criadas abrió la puerta y se dirigió en busca del rey. Carlos la noto de inmediato y se acercó con pasos precisos a ella.

-¿Qué ha pasado? ¿Cómo está Beatriz? - se apresuró a preguntar. -

- Su majestad, la Reina se encuentra bien, ha dado a luz a una hermosa niña.

Carlos contuvo el aliento. Una niña. Su pequeña.  Una sonrisa enorme se poso en su rostro mientras pasaba a la par de la criada y se adentraba en los aposentos de su esposa.

- Mi amada. - murmuró en cuanto la vio. -

- Carlos - pronunció de vuelta. - Es hermosa. - dijo refiriéndose a la pequeña que cargaba en brazos. -

- Es bellísima - coincidió-

Se acercó más a ellas mientras observaba con detenimiento a su pequeña. Era hermosa.

- Sofía - pronunció

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Sofía - pronunció. - Su nombre es Sofía.

Beatriz sonrió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Después de tanto sufrimiento por fin tenía a su hija en brazos.

En ese momento elevó todos sus agradecimientos a Dios por dejarla poder cargar a su pequeña en brazos.

- Ella es especial. - pronunció segura. - Dios nos la ha enviado luego de tanto sufrimiento.

Carlos asintió. Beatriz tenía razón. Su pequeña Sofía era un regalo directo de Dios, después de tantos abortos que había sufrido la reina a lo largo de los años, ya nadie creía que ellos pudieran llegar a tener hijos.

Pero ahora, aquí estaba la pequeña Sofía. Un milagro. Su pequeño milagro.

~1521, Palacio de Topkapi, Estambul, Turquía~

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~1521, Palacio de Topkapi, Estambul, Turquía~

Después de horas de parto. La señorita Hürrem había dado a luz a un hermoso príncipe. Su pequeño.

Le agradecía a Allah que le hubiera enviado un niño. Su vida ahora sería distinta. Observó maravillada al pequeño que se encontraba en sus brazos.

- ¡Atención! El sultán Suleiman está aquí. - uno de los agas informó mientras el sultán entraba a la habitación.-

El sultán sonrió ante la imagen que presenciaban sus ojos. Su pecho se infló de orgullo. Su amada Hürrem le había dado un hermoso príncipe.

- ¡Mi hermosa Sultana! - pronunció. -

- Mi Suleiman -respondió Hürrem sonriendo.-

- Me has hecho el hombre más feliz sobre la tierra.

Con cuidado, tomó al pequeño príncipe en sus brazos mientras admirada su delicado rostro.

- Allah es el más grande! De pie para el rezo, de pie para el rezo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Allah es el más grande! De pie para el rezo, de pie para el rezo. De pie para la salvación, de pie para la salvación. Allah es el más grande! Allah! Tu nombre es Mehmed. Tu nombre es Mehmed. Tu nombre es Mehmed. - murmuró sonriendo- Eres precioso mi Mehmed. Tus pasos jamás se encontraran solos, pues yo seré quién los guíe.

Hürrem sonrió.

- Mehmed - murmuró con una sonrisa en su rostro. - Que Allah te bendiga mi Mehmed.

𝑳𝒂 𝑪𝒂í𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑰𝒎𝒑𝒆𝒓𝒊𝒐 |Şehzade Mehmed|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora