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''𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓 𝒘𝒐𝒎𝒆𝒏 𝒆𝒏𝒄𝒉𝒂𝒏𝒕𝒔 𝒉𝒆𝒓 𝒄𝒍𝒐𝒕𝒉𝒆𝒔 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒇𝒓𝒆𝒏𝒄𝒉 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒖𝒎𝒆''

''𝒍𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒂 𝒔𝒖𝒔 𝒓𝒐𝒑𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒖𝒎𝒆 𝒇𝒓𝒂𝒏𝒄𝒆́𝒔''


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Yume frunció el ceño en medio del abrazo, sus fosas nasales absorbiendo el olor a perfume. Uno a mujer que su novio desprendía. Uno que no era el de ella. Un perfume francés. Pero Ran recién llegaba del trabajo, debía ser de alguna compañera, ¿no es así? La mirada violeta que parecía bastante cansada se posó sobre ella antes de depositarle un suave beso en la frente.



—Pasaré la noche contigo, ¿de acuerdo? —susurró aún en sus brazos. 



Yume sonrió ante ello. Asintiendo con emoción, pues últimamente su novio estaba mas ocupado con su trabajo y difícilmente tenían momentos así. 

La pareja cenó junta esa noche, entre risas, besos y una que otra caricia de por medio. Hasta que fue la hora de dormir, donde Ran la abrazaba con fuerza mientras le repetía una y otra vez que era la mujer de su vida para finalmente caer dormido. Yume lo admiro un buen rato, regocijándose en el buen rato que habían tenido juntos. No se dio cuenta de en que momento sus ojos cedieron ante el cansancio. 


Durante las primeras horas del día despertó por el movimiento que Ran hacía en su habitación, alistándose para ir a trabajar. Yume no logró dormir con el ruido que Ran hacía en la ducha, pues era bastante fan de escuchar música en su celular mientras se aseaba, y, como el baño estaba tan cerca de su habitación lo escuchaba todo con lujo de detalle, así que se dedicó a mirar sus redes sociales, admirando algunas —de las muchas— fotos que el Haitani posteaba junto a ella. 

La música del chico fue interrumpida varias veces por el sonido de mensajes recibidos al celular. Miró la hora frunciendo el ceño, era demasiado temprano, ¿quién podría ser? Debe ser trabajo se repitió a si misma para intentar relajarse. Bufó poniéndose de pie, en la silla junto a su cama notó el traje de Ran, recién planchado e impecable, el que usaría ese día. Y victima de sus inseguridades, roció bastante de su perfume sobre el.

Ran lo notó pero no dijo nada al respecto, solo se dedicó a comer el desayuno que su novia le había preparado con una sonrisa mientras contestaba a los mensajes de _______ deseándole buena suerte en su trabajo —mismos que había recibido mientras se duchaba— para luego despedirse de ella e ir hasta su trabajo.


El mayor de los Haitani tenía todo fríamente calculado. A su novia, Yume, le comentó que su horario de trabajo se había extendido hasta la tarde, teniéndolo ocupado desde la mañana hasta el atardecer, mientras que a ______ le dijo que trabajaba durante las noches. De esa manera, veía a Yume por las noches y dormía con ella. Y con ______ se desestresaba luego del trabajo, teniendo el mismo de excusa perfecta para escaparse luego de beber o tener sexo, aunque en realidad iba con su novia. 

Una pesada jornada laboral concurrió para él, como todas las mañanas. Siendo recibido con brazos abiertos por su amante en su casa —que para Yume solo era de su hermano— lo que solo aumentaba su ego aun mas.



—Hueles a perfume de mujer —______ rio ingenuamente.


—¿Ah sí? —el mayor olió el cuello de su camisa, haciéndose el desentendido. Ella asintió—. Pues tú hueles mucho mejor —gruñó entre dientes.



Aprisiono sus labios con los suyos y apretó su trasero de una forma sensual, sacándole una risita a ______.



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the other woman | ran haitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora