Obediencia.

584 53 4
                                        

Poseidón gruñó al sentir cómo era arrojado a su habitación por esos guardias. El Omega quería matarlos y matar a Quin también, ese idiota había asesinado a su hermano y no le daría un funeral digno. El Omega se levantó y comenzó a romper todo a su paso, los jarrones,  joyas y más cosas que se  encontró en su habitación, sin duda estaba enojado y molesto. No había duda, mataría a Quin cuando tuviera la oportunidad.

Después de eso, de hacer tremendo desastre en su habitación, se sentó en la orilla de su cama y comenzó a llorar; Hades era lo único por lo cuál quiso permanecer con Vida, no podía creer que ya no estaba con él.  Aunque quería morir, debía vengar a su familia primero.

A la mañana siguiente, el Omega subió a un carro de madera con dos ruedas y dos caballos. Lo peor de todo es que ese sujeto estaba a lado suyo en el otro asiento.

Quin permaneció serio, sabía que su Omega estaba enojado con él por lo sucedido la noche anterior; tanto por matar a su hermano mayor cómo por haberlo golpeado, en defensa de Quin, no había querido hacerlo, pero no podía permitir que sus hombres le hicieran daño al Omega al ver la tremenda falta de respeto que había cometido.

Sin mencionar que, tenía una reputación que mantener ¿Cómo se vería el gran emperador de Qin dejando que su Omega le abofeteara en la cara; enfrente de sus hombres? Además, también era para que Poseidón cambiara su manera de actuar, aunque al principio le hizo gracia como ese Omega se comportaba con él, no era aceptable, tal vez ese Reino tenía una manera diferente de ser, pero no en su reino, en su reino  los omegas estaban sumisos a sus alfas.

Poseidón frunció los labios al sentir cómo ese alfa tomaba su mano y entrelazaba sus dedos con los suyos, aunque lo más extraño fue sentir algo en medio, Quin le había dado algo, después de percatarse que ese tipo no sólo lo había tomado de la mano para acariciarla, Poseidón cerró su mano y la alejó de él. Había sentido un pequeño bulto, un pequeño bulto que era redondo y con un gran orificio en el centro, sabía que era un anillo. 

—Un pequeño obsequio —agregó de manera neutral, sin voltearlo a ver.

No es que fuese un regalo dado por Quin, Poseidón ya había sentido la textura de ese anillo antes y lo reconocería donde fuese sin mirarlo. Ese anillo se sentía cómo el de su hermano.

Después de escuchar a los sirvientes decir que su Omega había hecho tremendo alboroto en su habitación mientras lloraba por la muerte de su hermano, Quin quiso regalarle algo, a fin de cuentas no dejó que su omega se despidiera de él adecuadamente, antes de quemar el cuerpo le arrebató un precioso anillo de oro, tenía pequeños fragmentos de diamantes incrustados a su alrededor.

Poseidón sin verlo se lo colocó en uno de sus dedos, no le importaba si Quin se lo había dado a manera de burla, él lo iba a conservar. Al ver hacia abajo lo confirmó, ese era el anillo de Hades.

Después de varios días de camino en carruaje y a  caballo  el ejército del gran Qin Shi Huang por fin llegó a su destino. Algunos de los habitantes ya estaban en la entrada del reino esperando al gran emperador y conquistador Qin Shi Huang, sabían que su señor no tendría problema alguno en el campo de batalla y regresaría victorioso.

Quin sonrió al escuchar a su pueblo alabarlo. Poseidón por otro lado, sólo se limitó a suspirar con pesadez mientras ignoraba todo el alboroto que se escuchaba a  su alrededor. Los habitantes del Reino quedaron asombrados por la belleza del Omega que acompañaba a su señor en el carruaje, por lo poco que alcanzaron a ver sin duda era el Omega más hermoso que habían podido observar. Cabello dorado, piel lechosa y unos hermosos ojos que se asemejaban al mar, su apariencia era peculiar pero sublime. Los rumores no tardaron en correr, su majestad había traído a un Omega extranjero con él.

Majestuoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora