Capitulo XVII

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Mikasa Ackerman

La noche nos atrapó con su agradable silencio, caminábamos tranquilamente el uno al lado del otro, a pesar de que sus pasos eran algo rápidos, sonreí al ver que Eren ralentizaba su ritmo para que avanzaramos a la vez. Miraba discretamente por la ventana, a través del reflejo del cristal veía al joven doctor concentrado leyendo un recetario en su tablet.

Después del inicidente en la boda de mi hermano, Sasha hizo un escándalo cuando llegué con una historia clínica nueva, ese mismo día me sentenció en el hospital con vigilancia 24/7 y Eren...

— Creo que le podría decir a las cocineras que te preparen una ensalada de atún con remolacha —dijo pasando su dedo por la pantalla—, aunque también podría prepararlo en mi casa y traerte en un tapper, aunque sería extraño que trajera dos almuerzos ¿Verdad?

Lo observé, sus profundos ojos verdes estaban enfocados en su tablet, sus cejas oscuras se fruncían mientras se concentraba. Era divertido oírlo pelear consigo mismo, sin embargo, me preocupaba las represalias que el directorio del hospital le daría por nuestra pequeña salida, ¿Debería hablar del tema?, ¿Cómo debería abordarlo?

Eren levanta la mirada, encontrándose con mis ojos mientras me estudia de nuevo. Últimamente nuestra interacción era algo mínima, quizás restringida. Solo compartíamos un rato en la noche o escasos minutos en la mañana. De hecho esto era lo que quería desde un principio ¿No?, pero, si esto era lo que quería...

— ¿Eres alérgica a algún alimento? —pregunto pasando su mirada por las imágenes de ese extraño platillo, sin duda no se veía tan apetecible.

Entonces, ¿Por qué me dolía tanto?

— No, creo no —susurre despacio, como si mi voz fuera capaz de romper aquel silencio tan complaciente.

— ¡De acuerdo, eso es estupendo!

En la zona más oscura del pasillo hospitalario sentía que los dedos de Eren buscaban los míos y los rozaban con delicadeza. Sin embargo, Eren alejaba su mano, quizás no de forma brusca, pero sin duda notaba su rechazo.

— ¿Eren está todo...?

— Ya es muy tarde Mikasa —suspiro mirando su reloj de muñeca antes de poner una distancia prudente entre los dos—, deberías ir a tu habitación antes de que te atrape alguna de las enfermeras, ¿No crees?

Levanta la mirada, encontrándose con mis ojos. Carraspeó y miro hacia otro lado, jugando con el esponjoso llavero que tenía mi oxígeno.

— ¿Puedo... acompañarte un rato más?, podría ser una estupenda aprendiz —comente divertida mirando sus ojos.

Le sonrío, pero no me devuelve la sonrisa, incluso se veía más serio de lo normal, bajé la mirada dejando escapar un suspiro.

— No, creo tienes razón, ya es tarde... Es mejor que me vaya.

Eren tocó mi mejilla y por un momento pensé que podría darme un beso. Mi cuerpo se tensó, y creo que él lo notó, porque apartó bruscamente la mano, ¿Tanto le molestaba sentir mi piel?, me fue inevitable fruncir ligeramente el ceño.

— Mikasa... —susurro lentamente.

— Si estoy algo cansada —intento bostezar mientras me aferró con más fuerzas a las tiras de mi oxígeno.

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⏰ Última actualización: Jun 15 ⏰

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