reel around the fountaine

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[advertencia: esta historia ocurre un año antes de los eventos del anime/manga, y también, no les aseguro que me vaya a concentrar en algún plot canon, esto es mucha más dulzura y fluff (con tendencias yandere) ajjsjdk, así que, lamento si buscas una historia con trama profunda]


CON EXTREMA CAUTELA, Itadori Yuji se acercó a la chica rubia que le daba la espalda, que no tenía ni idea de los planes que se pasaban por la cabeza del pelirosa, demasiado ocupada jugando con un pajarito que se posó en su mano.

Se colocó la máscara de araña en su rostro, emocionado ante la posibilidad de provocar algún susto o reacción y con cuidado se preparó para el ataque.

—¡Boo!— Gritó el chico, con entusiasmo, y con los ojos expectantes por alguna reacción.

Ni siquiera le dieron una mirada.

—¡Hika! ¡Aunque sea mira lo que estoy haciendo!— Reclamó el más pequeño, agitando sus brazos en protesta, con la máscara fuera de su rostro y en mano.

Nada.

—¡Ya verás que algún día vas a hablar! Lo prometo— La determinación que embriagaba el espíritu de Itadori esa mañana no era diferente a las anteriores, pues una vez más había intentando conseguir aunque sea una palabra de su hermana.

Y una vez más, había fallado miserablemente.

—¡Me voy a la escuela, el almuerzo está en el microondas! ¡Adiós Hika!— Se despidió el muchacho que se fue del hogar a una velocidad inhumana, abrazando suavemente a la chica, quien siguió con sus asuntos.

El pájaro comía felizmente de la palma de la mano de la chica un poco de migas de pan que reservaba especialmente para él. Poco tiempo después, el pájaro emprendió vuelo una vez más, y sin embargo, 'Hika' siguió sentada en frente de la pequeña ventana.

La muchacha llevaba años sin abrir la boca para pronunciar palabra, desde que Itadori entró en la secundaria se cerró por completo, un día sin más aviso, su voz no se escuchó más, y su mirada perdida parecía aún más lejos de lo que nadie podría llegar.

Itadori extraña su voz, y comienza a olvidar como su risa se escuchaba.

En todo este tiempo, había recurrido a todo tipo de métodos para lograr que la más mínima palabra saliera de los labios de Hika, quien simplemente podría pasar horas observando las hormigas en la tierra con mucha atención, sin decirle palabra, con aquellos audífonos cancela sonido que se había comprado hace años.

Itadori aún recuerda cómo la mujer lo ayudaba con sus tareas, lo acompañaba a actividades y cuidaba de él cuando estaba enfermo, con aquella voz aterciopelada que llenaba de calor su corazón.

Eran momentos de lucidez en donde Itadori sentía que ella y el estaban en el mismo universo, que estaban juntos, donde ella no se podía ir lejos. Tristemente, Hika siempre contuvo mucha extrañeza dentro de ella, pues poseía una memoria pobre y Yuji tuvo que adaptarse y ser más independiente a temprana edad.

—Hika, ¿compraste tomates?— Un joven Yuji preguntó, observando como la mirada de la chica volvía a tierra, por unos momentos.

—Oh, creo que si...— Murmuró ella, sin prestarle mayor atención a su abuelo, quien estaba furioso viendo como perdía con Hika por tercera vez en las cartas.

A pesar de haber hecho trampa varías veces.

Itadori revisó la bolsa, y no tuvo el corazón de decirle que se había equivocado y había traído dangos—esa noche tuvieron que comer  comida rápida—,honestamente, es un misterio como Hika había conseguido un trabajo estable y donde le pagaban bien.

Hablando de la mujer, esta se encontraba ordenando pacientemente su habitación, ordenando las figuras de tortuga en una fila prolija.

Cabe destacar que toda la habitación estaba llena de tortugas, de todas las especies y colores, ¿de donde aparecían tantas decoraciones? Quien sabe.

Una vez vestida, la chiquilla salió de su hogar, dando pequeños saltos, sin mayores preocupaciones.

Recorrió el mismo camino de todos los días, y que a pesar de todo, tanto le costaba recodar, sin embargo, luego de un tiempo se detuvo cuando vió una bola blanca a sus pies.

'¿Nubes en el suelo?'

Luego de arrodillarse y observar al extraño objeto blanco, se dio cuenta de que era un gato, que por cierto, era muy ruidoso y cariñoso, así que, comenzó a acariciar a un gato que se le había cruzado por el camino.

'Tierno', fue lo que pensó, observando como el gato se subía a su hombro derecho, contento, y lamiendo su mejilla.

De alguna u otra manera, llegaron a un gran edificio, imponente y de varios pisos, gente entraba y salía del lugar, se quedó allí, viendo una mariposa cerca de un árbol y como única compañía el gato en su hombro.

—Hika-sama, bienvenida, la llevaré a su oficina— Una suave y grave voz de un hombre la sacó de su estupor.

La mujer extendió su mano, y juntos comenzaron a caminar hacia dentro del edificio. El hombre de cabello rubio cenizo comenzó la "conversación", dándole menor importancia al gato  en el hombro de Hika, como si fuera ocurrencia de todos los días.

—Por favor, intente no distraerse, hoy llegó dos horas atrasada— A pesar del estoico rostro del hombre, su voz tenía un dije de preocupación.

—Con respecto a la oficina, todo se realizó tal y como esperaba y las ventas aumentaron significativamente, por ello, hoy se estipuló otra reunión con la compañía Lapix además de...— Y luego de poco tiempo llegaron a una habitación elegante, con un escritorio amplio y con papeles organizados en distintas secciones.

—...Si no necesita nada más, la dejaré por el momento— No hubo respuesta, al menos no de la rubia, pero si de ese horrible gato blanco, que maulló fuertemente, aún en el hombro de su jefa.

Nanami solo lo miró con asco pues le recordaba al engreído de Satoru Gojo.

Hika sólo miró la interacción con una expresión neutra, y luego acarició al gato con una mano, y con la otra comenzó a trabajar, el gato se bajó del hombro de la mujer y comenzó a explorar la oficina, y se encontró con la sorpresa de que había una gran cama para gatos en el suelo y además había comida y agua a un lado, en medio de una oficina de trabajo.

Maulló fuertemente, moviendo su cola vigorosamente de un lado a otro, esperando al parecer respuesta de Hika, quien a ese punto, estaba dibujando en unas hojas de contrato con una empresa de moda, estaba distraída.

El gato, indignado se subió a lo alto de unos muebles y botó un jarrón al suelo.

Hika, después de treinta minutos alzó la mirada, y observó los ojos brillantes del gato blanco, llenos de vida y maldad. Suspiró, aún perdida en su propio mundo y comenzó a mover sus manos.

"Minana lo compró camino a la oficina, ¿creo? Eres la primera nube en estar aquí"

Si, Hika Itadori le habló en lenguaje de señas a un gato blanco que rompió uno de los jarrones más caros en todo Japón. Un silencio basto se hizo presente en la oficina, y sin más aviso, el gato maulló contento y se lanzó a los brazos de la mujer, quien solo lo sostuvo suavemente y se durmió.

Una prueba más de que Haki estaba más loca que una cabra, pues, es imposible que un gato entienda lenguaje de señas, una locura...

¿Verdad?

Obsessed| yandere!gojo x ocWhere stories live. Discover now