UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]

POV; cap. 8

¡Hey, hey!

IMPORTANTE:  

Además de haber nuevo capítulo, me emociona saber que se acercan unos muy especiales para mí. Si os acordáis de la cronología sabréis a cuáles me refiero. 

SISISISI, ¡la fiesta!

Dejé un anuncio en mi perfil explicando por qué tanta demora con todos los libros, espero sepáis entenderlo. Espero que disfrutéis este capítulo tanto como yo. Las cosas empiezan a ponerse... difíciles para Alarick.  

Sin más, os quiero, xx

—

Lo sentí nada más vi cómo él la miró. Sentí algo que no creí hacer de nuevo y la sangre me hervía. Ese era el cabronazo que le hizo daño. Mis ojos no podían apartarse de él, analizándolo, mientras ellos se saludaban. Pelo castaño, mediana altura y tenía ese "ser" que nada más conocer a una persona así sabes que va a ser un capullo. El típico caza mujeres. Y por alguna extraña razón, o quizá no tanto, quería partirle la cara ahí mismo.

—Ya veo, ¿sigues haciéndole el trabajo a Celia? —preguntó inclinándose ligeramente hacia ella, con esa sonrisa que todo hombre sabe para qué es.

Estaba intentando ligar con ella. Y mis ganas por pegarle iban en aumento. Pero debía mantener la calma.

—En absoluto. Le dije al fin que tenía que espabilar por sí sola —dijo ella y ambos rieron—. ¡Ay, mi madre! Disculpa, no os he presentado.

«Vaya, ahora se acuerda de nuestra existencia»

El capullo me tendió la mano.

—Soy Frank. Un... amigo de Nedra.

«Más quisieras»

Estaba entablando un marcaje. Y eso conmigo no iba a funcionarle.

—Al. También un amigo —dije y le estreché la mano con fuerza. Él lo supo y eso me bastó—. Encantado.

—De hecho —saltó Nedra, enganchándose a mi brazo—, tenemos algo de prisa, ¿verdad?

Me miró, sonriéndome de forma que a él le molestase, encantandome a mí a pesar de ser mentira. Y en ese momento no me importó el motivo, porque, si era sólo por fastidiar, me era suficiente. Le sonreí de la misma forma y la rodeé con mi brazo, dejando clara la situación.

—Sí, vamos a patinar —aseguré, recordando que era algo que a Nedra le encantaba hacer, me comentó, y él nunca hizo con ella. 

—Oh, estupendo —respondió Frank intentando mantener la compostura ante una derrota abrumante.

—¡Bueno! —interrumpió Nedra—. Ya nos veremos.

—Claro —dijo Frank con otra falsa sonrisa.

Todos continuamos nuestro camino, pero entonces pasó algo raro. Nedra dio un vistazo atrás y poco después se giró con una sonrisa dibujada en su rostro.

—¿Tonteando con el enemigo?

Se me escapó. Ella frunció el ceño, de esa forma en la que sé que miente. Y entonces sí me molestó.

—Claro que no. Tan sólo... miraba.

Me tragué mi molestia, inquieto, con todas mis fuerzas. Si algo sabía hacer era precisamente esconder. Y quería creer que ella jamás cometería ese error de nuevo, que se daría cuenta de que un capullo como él no merece la pena, ni en esta vida ni en cualquier otra. Y mucho menos para un ser como ella; tan bueno.