CAPÍTULO 4

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Chris miraba la escena confundido, me vio fijamente esperando una explicación o al menos tal vez una presentación.

- Quiero estar contigo a solas – menciona este hombre aun con su mano en mi mejilla y su cínica sonrisa-

- Hablemos en la habitación – me alejo-

- Sera mejor que me vaya – dice Chris acercándose-

- Claro – lo miro con una sonrisa- te debo una comida

- Está bien, no te preocupes – sonríe y sale por la puerta-

- Hasta que se fue – me suelta con rudeza y se va directo al sofá-

- ¿Qué ha sido eso? – lo miro enfadada-

- Solo buscaba una forma en la que se fuera – se estira- me iré a mis aposentos

- ¿Tus aposentos? – reí- lárgate de una vez, no vas a quedarte aquí – abrí la puerta de la casa esperando que saliera-

- ¡No! – menciona subiendo las escaleras- he decidido quedarme aquí un tiempo, al menos hasta que encuentre la forma de regresar a Westeros.

- ¡Estás loco! – subo detrás de él- no hay espacio para ti – lo jalo del brazo-

- ¿Me estás tocando de nuevo? – mira mi mano posada en su brazo-

- Lo estoy haciendo ¿Algún problema? – lo encaro-

- Tú eres el maldito problema – me agarra del brazo y me lleva a la recamara de invitados-

- ¡Suéltame! – intenté zafarme de su agarre pero era imposible-

Me llevó con su fuerte agarre hasta topar con la pared, no vi en que momento llevó el cuchillo a su mano, rodeó mí cuello con sus manos y me sostuvo con fuerza.

Coloqué mis manos en su agarre tratando de soltarme, pero era imposible, su fuerza era realmente impresionante, sentí como el aire se me estaba agotando

- Conmigo no vas a jugar – me deja respirar un momento disminuyendo la fuerza en mi cuello- ahora veamos que tienes aquí.

Acerca el cuchillo a mi cuello, lo baja lentamente hasta llegar a los botones de mi camisa, fue cortando de uno en uno hasta qué quedó expuesta mi ropa interior, su fuerza aumento nuevamente sobre mi cuello, me miró fijamente y cortó por la mitad mi sostén.

Ya en este punto el aire se me estaba agotando, me sentí mareada jurando que caería inconsciente en algunos segundos.

- Ahora estamos a mano – miró mi cuerpo semidesnudo y me soltó por completo-

No pude evitar caer al suelo, respiré con desesperación y como pude me arrastre hacía mi cuarto, lo último que quería en ese momento era verlo, entré a mi habitación y aun en el suelo seguí respirando.

- Maldito loco – susurre agarrando mi cuello-.

...

La noche pasó larga y oscura, parece que el tipo no dormía y a mí me ha quitado mi tranquilidad, pero no le dejaré las cosas tan fáciles.

Desperté y como si nada hubiera pasado me duché, la marca de mi cuello era ahora más evidente, aun sentía dolor, pero esto apenas comienza, tenía todo muy calculado, no me la iba a cobrar de la misma manera, pero algo tenía que hacer, su hospedaje en mi casa no sería tan placentero.

Bajé las escaleras, corrí a la cocina y preparé el desayuno para ambos, de verdad esperaba que quisiera desayunar, preparé algo sencillo y delicioso, panqueques con fruta y chocolate caliente, que el invierno no tarda en llegar.

Escuché sus grandes pisadas y se acercó a la cocina sin hablar, me miró por un momento y volteó los ojos, sé que no soy su persona favorita, de eso estoy segura, pensé en hacerle plática para que mi plan funcionará.

- ¿Quieres comer algo? – lo miro por el rabillo del ojo-

- Si no es algo bueno no quiero nada – mencionó al sentarse en la silla-

- Tal vez si lo pruebas lo sabrías – volteo los ojos-

- Sirve –me mira-¿Qué esperas?

Sin decir nada más serví su plato, espero que nunca haya probado el Wasabi, esa cosa no se la daría a nadie en exceso, sus bellos panqueques tenían un poco de esa fascinante especia, reí en mi interior y acerqué su plato.

- Pruébalo – dijo sin expresión alguna-

- Umm – me mira brevemente y antes de todo le sorbe a la bebida- ¿Quieres contarme de dónde vienes? – finjo interés en él para que baje la guardia-

- No te importa – menciona sin mirarme-

- Anda – digo mirándolo fijamente-

- No te importa. – come un bocado de los panqueques-

- ¿Qué tal están? – lo miro con una gran sonrisa-

Sin decir nada más veo como su rostro pasa de su pálido color a uno colorado, si las miradas mataran estaría muerta y sepultada, se levantó de su lugar y tomándome del cuello me arrastro a la pared.

- ¿Me quieres matar? – pronuncia cerca de mi rostro-

- ¿Tienes una fijación por tomar a las personas del cuello? – reí para dejarle saber que a mí no me intimida-

- Tengo una fijación por quebrar cuellos y cortar cabezas – pronuncia apretando los dientes-

Con una sonrisa en mi rostro patee su entrepierna y me deshice de su agarre, se agarró sus partes y me miró enfadado.

- ¡Esto no va a quedar así! – dice retorciéndose un poco del dolor-

- Estoy segura que no – sobé mi cuello y recuperando la respiración salí directo al establo-

Tomé la cuerda de Bojack y sin colocar su silla lo monté, llegué hasta el lago y me bajé tomando mucho aire, reí por mi pequeña victoria, hacerlo enfadar me hacía sentir mejor.

Me senté en el pasto y sentí una vibración en mis pantaloncillos, era un mensaje pero decidí ignorarlo, me acosté completamente en las hierbas y suspiré, miré a Bojack de reojo y este hacía lo mismo.

- Mi hermano tenía razón al decir que aquí estarías. 

UN AMOR DE OTRO MUNDO (DAEMON TARGARYEN Y T/N)Where stories live. Discover now