Un mundo Nuevo

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-Exactamente, Brisbane, Australia. Cloudy- Una joven chica de 21 años de edad, de especie "Saarloos WolfHound". Era de color grisáceo oscuro, tenía una mancha blanca que cubría desde su ojo izquierdo hasta la parte superior de su cabeza sin afectar a su oreja. Sus patas eran de color blanco dividiéndose de sus antebrazos que volvían a su color grisáceo en un patrón irregular. Su cola era frondosa, acababa con una parte de la punta en color blanco como una mancha. Además, usaba unos lentes rojos.

-Vaya, Samara, me hubiera gustado haber elegido un lugar más cerca. Minimo así no estaríamos tan lejos de casa.- contestó una joven de 21 años. Esta chica era de la especie "Cavalier Kig Charles". Al igual que la Saarloos Wolf-Hound, era color gris oscuro, casi llegando a un negro pálido. Sus cuatro patas tenían una división más simétrica que separaba el color blanco de sus patas del color oscuro de su cuerpo. De orejas grandes, con tres manchas blancas en cada una, era más bajita que su compañera.

-Me gustaría que así hubiera sido, pero no es como que podamos viajar a lugares tan obvios porque nos terminarían encontrando.- Samara, distraída viendo el gigantesco aeropuerto en el que estaba, le respondía a Cloudy con un poco de lentitud. Algo que le pareció curioso fue ver como una señora de pelaje crema con manchas naranjas le ayudaba a un joven French Puddle a encontrar un juguete que parecía haber perdido.

-Sam, de nuevo te estás distrayendo.- Cloudy rio levemente al escuchar como su hermana estaba lentamente perdiendo el hilo de la conversación.

La joven Wolfhound se apenó un poco, pero tan pronto como se dio cuenta de su pequeña falta de atención soltó una leve risa. -Perdón, sister, es que jamás había estado en un aeropuerto tan grande.- La joven se disculpaba mientras observaba a su hermana con algo de pena.

-No pasa nada, no te preocupes.- Cloudy respondió amablemente. Ya la conocía de hace mucho y para ella no era ningún inconveniente que se distrajera, le parecía hasta algo divertido ver como de vez en cuando Samara terminaba en lugares al azar por su propia falta de atención.

Ambas se encontraban en un aeropuerto australiano, la vida las llevó a tomar una decisión muy precipitada, pero no les había dado más opción. Las chicas llevaban unas bolsas de lona algo grandes con ropa, un par de tenis, unos cargadores para sus celulares y alguna que otra cosilla especial que se habían traído de casa o lograron comprar antes de venir. El aeropuerto era bastante grande, con mucho espacio y algo concurrido. Cloudy se puso un poco nerviosa al ver un lugar tan concurrido, esto lo notó Samara y puso su brazo por encima de los hombros de su hermana en silencio. La pequeña Cavalier se sintió en calma, y aunque Samara no lo vio por andar distraída de nuevo con todo lo que podía admirar de este nuevo lugar, Cloudy sonrió al sentir como sus preocupaciones se desvanecían. Samara tenía todos sus pensamientos revueltos, entre ellos, muchas dudas sobre la decisión que acaban de tomar. No fue fácil para ellas el tener que salir de su país de origen, era un cambio radical que las marcaría de por vida, más la situación ameritaba que tomaran una decisión drástica sobre el camino que deberían tomar a partir de ahora. Samara recordó que tenía unos documentos en sus bolsillos que ella había mandado a hacer para poder salir de aquél país en el que estaban. Lo que tomó de su bolsillo era una identificación creada a partir de información ficticia que ella le había proporcionado a un viejo contacto que tenía en la cual no tenía ni sus nombres ni apellidos, tampoco tenía la dirección real en la que Samara solía vivir y mucho menos era verídico todo lo que aparecía en la misma.

Esto también lo hizo Cloudy, aunque en su caso ella tuvo que usar un documento de identificación diferente que era acorde a su país de origen. Las chicas no sabían que hacer ahora que habían llegado a Australia, su plan era vivir lo suficiente en este país para conseguir la ciudadanía de este país de cualquiera de las formas posibles, pero eso tomaría bastante tiempo y debían mantenerse por debajo el radar de las personas que estaban buscándolas. Los documentos, por más inventados que fuesen, estaban registrados en las bases de datos de su lugar de origen por lo que, a pesar de todo, podían ser catalogados como oficiales dentro de él margen legal de esos países, o al menos eso les explicó el contacto de Samara a las chicas. Ambas tenían guardados sus documentos, Cloudy en su mochila de lona y Samara en su bolsillo, pero al no prestar atención como de costumbre se le cayó uno de los mismos que, aunque no era importante, sí contenía los nuevos datos de Samara junto a una foto de ella. Ninguna de las dos chicas se dio cuenta de este detalle y siguieron caminando como si nada. Todo estaba en inglés, un idioma que al menos Samara dominaba, más sin embargo a pesar de que Cloudy lo conocía, no era muy buena en ello y se le dificultaba un poco el hablarlo. Esto le presionaba un poco al escuchar como todo mundo a su alrededor hablaba el idioma con fluidez. Samara y Cloudy se acercaron al estacionamiento del aeropuerto, lograron observar una parada de autobuses que se encontraba a las afueras del lugar. Además de eso arriba de sus cabezas se encontraba un cartel que decía "Brisbane International". Las chicas lo observaban con algo de temor, en especial Cloudy. Samara volteo a ver a su hermana y recordó los momentos que vivió con ella tras el desastre que ambas vivieron antes de conocerse. Desde hace mucho ella le acompañó en sus aventuras en aquel país del que provenían: desde viajar a lugares llenos de cosas por hacer hasta quedarse en casa de Samara para ver películas. Samara de nuevo abraza con mucho cariño a su hermana y le anima un poco para que ella pueda dar el primer paso, un paso que definirá el cómo pasará su vida a partir de ahora.

Samara y Cloudy: Un fanfic de BlueyWhere stories live. Discover now