𝐀𝐫𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚..
La chica se removió en la oscuridad de su cuarto, abrazándose a lo que estuviera cerca de ella, tratando de ignorar la voz que la llamaba, 𝑨𝒔𝒍𝒂𝒏.
El mismo la estaba volviendo a llamar luego de haberla dejado hace seis meses...
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" La mejor sensación "
SI ME DIERAN A ELEGIR ENTRE QUEDARME EN MI CASA O SALIR, elegiría quedarme sin dudar un segundo, esa soy yo, luego tenemos a miss "Hablo con cada persona que me encuentro", Susan, es extremadamente sociable, aveces cambiamos de lugar, pero estas semanas era su turno, y yo no sabía cómo decirle que no a nada.
El cumpleaños de una amiga que tenemos en común era el plan para estar tarde, sin embargo, estaba tan cómoda en mi cama con mi prima que no quería ir a ningún lado.
Isabel me abrazaba sumiendo sin ninguna preocupación mientras le acariciaba el cabello en lo que leía un libro.
El teléfono a lado de mi cama empezó a sonar logrando que Isabel me apretara contra ella buscando oscuridad y silencio.
—Apagalo—Exigio ella ocultando su cabeza metiendo la bajo mi remera.
Me reí de ella estirando el brazo en busca del teléfono, apreté los labios cuando lo toque, ojalá no fuera Susan insistiendo en ir a la dichosa fiesta.
Acerque el teléfono a mi oído, suspire y hable calmadamente.
—Hola, habla con Arabella, ¿Quien es?—Pregunte de la manera más amable que pude.
—Vaya, que agradable escucharte siendo tan dulce—Rodé los ojos escuchando su voz, que jodido fastido.
—¿Que quieres, Pet?—Pregunte sonando ya más brusca.
—Que bonito fue mientras duró.. Susan me dijo que te buscará para el cumpleaños de Eli—Hablo haciendo referencia a nuestra amiga Elizabeth, no sabía que fueran cercanos.
—Uh, ¿Eli?—Pregunte sin pensar en lo que decia—¿Asi le dices ahora?
Su risa por el teléfono era agradable, y molesta al mismo tiempo, que melosa se había vuelto.
—Oh vamos, no seas celosa Bella, te iré a buscar a ti—Hablo, que me hablara como si fuera que me importaba me fastidio.
—Pues... —No estsba segura de porque me molestaba, sin embargo lo hacia y no queria ir a ver como la saludaba calurosamente.
«¿Que le diría?, "Hola Eli, que bella te vez, aunque claro, siempre estás bella, quieres.."»
Me sentí furiosa de solo pensarlo y nisiquiera termine mi frase, cruze mis brazos, apreté mejor el teléfono y luego volví a hablar.
