prologo

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¿Es el comienzo de una nueva mujer o la muerte de otra ?

La brisa desordenaba mi escandaloso pelo negro, mientras yo a puras quejas volvía a ordenarlo. Iba de camino a clases, era mi primer día en 4to año de secundaria luego de la pandamia, tenia cierto nerviosismo ya que en estos dos años de cuarentena no había socializado con otros seres humanos aparte de mi familia; si, okey, puede que de vez en cuando allá salido, una o dos veces, o haya socializado en el regreso escolar del último trimestre de tercer año; pero eso no quita que en los tres meses de vacaciones de verano sí no haya socializado con otros seres humanos.

Cerre unos segundos los ojos y detuve mi andar para disfrutar del clima tan hermoso de esa mañana. Era un camino corto de mi casa a la secundaria, para ser específicos: dos cuadras

Imposible que llegara tarde.

Pasaba todos los días por allí, sin embargo el verde de las plantas, del cotidiano pasto y el color de las pocas flores siempre me hipnotizaban.

Siempre fui feliz con lo simple.

Segui mi camino encontrándome con una multitud de adolescentes esperando que abrieran las puertas. En ellos sólo busque a quien conociera para sentirme menos extraña; fue ahi donde encontré una cabellera negra azabache a lo lejos buscándome. Era mi mejor amigo, la razón por la que me había quedado en esta escuela, o la persona a la que injustamente quería culpar de ello. Odiaba esta escuela, no solo por mis compañeros o por sentir que no encajaba, sino por el hecho de que yo quería seguir artes, en una escuela mucho más linda, con mayor nivel de educación. Pero no podía culparlo a él, eran mis padres que por protección no me dejaban ir a ese colegio, ya que para llegar a el era un camino más largo y a estas horas a ellos les resultaba peligroso, pero no importaba, mi mal manejo de la ira me hacia sin querer culparlo a él.

Me acerqué con una sonrisa y al tenerlo en frente lo abracé con fuerza. Me separé, mire sus ojos rasgados color café oscuro cubierto de pestañas mientras me sonreía con la misma generosidad de siempre.

-¿Como se siente tu primer día en turno mañana? Marian -Sonreí levantando las cejas.

-Y acá andamos, cagandonos de frío -rei por su comentario.

- Vamos a ver cuanto aguantas en este turno -lo desafie mirándolo a los ojos. Su piel morena se estremecía por el frío a la vez que con un movimiento de cabeza cubria sus jugosos labios bajo el cuello de la campera.

-Yo digo que tres semanas.

-Mmm.. yo digo que menos de una.

-¿Tan poca fe me tenes?

-Solo soy honesta -admiti con una sonrisa admirando su presencia, era extraño tenerlo acá.

Comenzamos a ser amigos en primer año, lo conocí como el amigo de mi novio en aquel entonces, él pertenecía a turno tarde. Fuimos muy buenos amigos, sin darnos cuenta nos tratábamos diferente al resto de el mundo, él siempre fue muy desconfiado de todos, siempre estuvo muy a la defenciba, sin embargo conmigo se permitía hablar, me relataba todo lo que sentía, todo lo que vivía, y sin darse cuenta me volví parte de su mundo. Tuvimos una relación sin importancia de pocos días, tuvimos nuestras caídas, solíamos llevarnos mal de vez en cuando; éramos buenos amigos, remarcó, pero cuando peleábamos nos alejabamos el uno de el otro por meses, aunque sabíamos que siempre tendríamos un lugar a donde ir, quizás yo, por lo menos, y era algo que odiaba, porque siendo de las personas más importantes de mi vida sentía que podía desaserme de él fácilmente, y no es que lo haga por maldad, sentía culpa por querer asi, simplemente mi amor era de esa manera, reemplazante, egoísta y sin memoria, y lo odiaba, mucho, sobretodo por el hecho de saber que el a mi no me merecía, no después de cada cosa que hizo por mi.

Mordí mis labios pensativa, frustrada; mire al piso remordida y cambie mi posición cuando a mi izquierda escuche como abrían la entrada de el colegio. Mire a Mariano en busca de su compañía y al encontrarlo entrelace nuestros brazos rumbo a nuestro respectivo salon.

hasta que las estrellas dejen de brillarOnde histórias criam vida. Descubra agora