Peli, miedo y pañal

4.3K 35 2
                                    

Ya había me había meado encima cuando Laura entró en el comedor con la peli. Fue muy poco, así que no notó que mi pañal estaba mojado.

-Recuerda, te lo he puesto solo por si acaso, intenta aguantar esta vez- dijo, dándome un par de palmadas en la parte trasera de mi abultado pantalón.

Hacía una semana del accidente. Estábamos viendo Los Mundos de Coraline, y pese a tener la vejiga llena, no quería parar la peli. No sirvió de nada que le dijera que fue porque no aguantaba más, ella estaba convencida que me había meado de miedo con una peli para niños. No era verdad, y para convencerla me había comprometido a ver una peli de terror. Eso sí, "protegido". No puedo decir que me gustasen las películas de miedo, pero para nada iba a asustarme lo suficiente como para hacerme pis.

Pero, como digo, ya me había meado. No sé si fueron los nervios o qué, pero mientras Laura hacía palomitas me quedé quieto mirando la tele, aun apagada, y no pude evitar mojarme ligeramente. Y la peli no había ni empezado.

Al sentarme en el sofá tuve que concentrarme para no soltar una rabieta al sentir el tibio pañal apretándose contra mis partes. Laura debió notar algo, ya que me miró con una sonrisa pícara, satisfecha de mi situación, aunque no sabía de la extensión de esta.

- ¿Enserio tengo que llevarlo toda la peli? - dije, probando suerte.

-No queremos que ensucies otros pantalones, ¿verdad? - contestó ella, serena.

-Pero Laura, es ridículo, me los voy a quitar- sentencié, haciendo el gesto de levantarme. Cerró su mano derecha en mi muñeca, deteniéndome.

- ¿Dónde te crees que vas? - Su tono de voz, mucho más serio, me provocó un escalofrío.

-No... a ninguna parte- Balbuceé, ligeramente asustado.

-Así me gusta, que me hagas caso- dijo sonriente, dando por terminada la conversación. Me quedé quieto, mirando como encendía la TV, sin saber qué hacer. Siempre había sido un cobarde, huyendo permanentemente del conflicto, y era incapaz de gestionar la situación. No quería llevar pañal, pero tampoco quería hacer enfadar a mi novia, más grande y fuerte que yo, que seguro podía impedirme levantarme del sofá si se lo proponía. Pensando en eso, y sin darme cuenta, se me escapó un poco más de pis.

Empezamos a ver la película, un Thriller de terror psicológico asiático, no recuerdo cuál. Los primeros veinte minutos fueron bien. Pese a algún que otro sobresalto, estaba manteniendo mis nervios a raya. Laura me iba echando alguna que otra mirada. Su sonrisa estaba desapareciendo, imagino al ver que no me estaba asustando tanto como ella esperaba. Intentó darme un susto ella, tocándome el hombro en un momento de tensión, pero la vi venir.

-Que pesadita, ¿eh? – me atreví a decirle, viendo que manejaba la situación. Era consciente de que tenía el pañal un poco mojado, pero me sabía capaz de esconderle ese dato toda la tarde.

Como había visto que podía controlar el miedo, había hecho la ridiculez de presumir de ello bebiendo un par de cervezas junto a las palomitas. No tenía muchas ganas de ir, pero notaba un poco la presión. La película continuó y, para mi desgracia, la tensión de la narración empezó a subir. Poco a poco, me fui haciendo pequeño, protegiéndome instintivamente entre mis brazos y detrás de Laura. No me estaba gustando la peli. Había mucha tensión. Eché un par de gritos en momentos de suspense, y Laura empezó a reírse.

-Venga miedica, que esto no es nada- dijo, frotándome la cabeza como a un niño. -No te habrás meado, ¿no?

-Claro que no, es solo que...- No encontré las palabras, y la siguiente escena, en la que un monstruo aparecía en la ciudad, fue mi perdición. Me escondí tras el cojín y grité, muy asustado. Empecé a temblar y fui incapaz de contenerme. Sin poder hacer nada, el pañal se fue hinchando. Me había meado del todo. Laura pausó la peli.

¡A parvulario!Where stories live. Discover now