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nueve | nos casamos 📍Maldivas enero '22
Maldivas es el lugar en sueño de cualquier persona, o eso creo yo. Llegamos ayer por la tarde noche y dormimos hasta recién. Hoy es mi cumpleaños numero veinticuatro y el bebé cumple tres meses en mi panza. Tanto Nico como el resto de la familia estamos muy ansiosos por el nacimiento del porotito. La panza ni se me nota todavía pero algo me dice que me va a crecer de golpe. No volví a tener contacto con Lisandro desde que blanqueamos definitivamente con Nicolas pero algo en mi lo extraña, fueron muchos años de estar juntos.
El movimiento de mi novio en la cama de desconcentra pero el no se despierta. Ya me estoy aburriendo y la panza me empezó a hacer ruido. Despacio me levanto de la cama para dejarlo dormir a mi novio y me voy a buscar algo para comer. Al rato se despertó Nico y terminamos desayunando juntos con la hermosa vista que nos ofrecía Maldivas.
Durante el día, nos la pasamos en el agua riéndonos de la vida, como tanto nos gusta hacer. Después de almorzar volvimos a nuestra casita en el mar y me dijo que a la noche, por mi cumpleaños, tenía una sorpresa para mi. Mientras él dormida su amada siesta, yo me torturaba pensando en que podía ser.
Respondí un par de mensajes de mis amigos, quienes me deseaban un feliz cumpleaños pero no me llegó ese mensaje de todos los años. La siesta también me atrapó a mi y a mi cuerpo gestante y me dormí completamente.
Nico está vestido con una conjunto de lino totalmente blanco, nunca lo vi tan lindo como ahora, pero creo que son las hormonas. Recién terminé de bañarme y todavía no elegí mi outfit cumpleañero. Ver el sunset es una de mis cosas favoritas, en cualquier lugar en donde este me tomo unos minutos para ver el atardecer.
— Estás hermosa mi amor, no veo la hora de que empiece a crecer — Dice Nico, abrazándome por atrás y dejó sus manos unos segundos en mi vientre. Yo acaricié un poco sus manos y bese su mejilla. Pero por alguna extraña razón, mi mente me gritaba que elija otra ropa.
Nico se tiró en la cama mientras yo sacaba de la valija un conjunto verde que me había regalado yo misma hace unos meses que nunca me lo puse. Me maquillé un poquito y cuando estábamos a punto de salir, la chica que trabaja en el lugar me vendó los ojos mientras caminábamos a la playa.
Mis pies tocaban la arena quite seguía bastante tibia por el sol del día. Nico caminaba despacio para que yo no me caiga y en un momento frenemos. Mi novio me suelta la mano y no se donde está.
Unas manos desatan mi venda y la primera imagen que ven mis ojos es a mi novio arrodillado con una cajita abierta. Los ojos se me llenaron de lágrimas al segundo.
— Mumita, te queréis casar conmigo? — Pregunta y las palabras no me salían, la emoción era tan grande que solo pude asentir.
Nico me agarra la mano y pone el anillo en mi dedo anular. Se acerca a besar mis labios y en medio de ese beso, las palabras empiezan a salir.
