Capitulo 5 | Lo'ak

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Eyva

Estaba caminando hacia mi escondite, sentía que alguien me miraba y seguía, pero cada vez que volteaba no había nadie. Me sentía extraña, parecía una loca creyendo que alguien me seguía cuando no era así. Seguramente estaba exagerando, como algunas veces.

Aunque después de todo ¿Quién se atrevería a seguirme?

No tenía nada de que preocuparme.

Seguí caminando, hasta que llegue. Caminé como unos 10 minutos, el lugar estaba un poco alejado del pueblo. Para llegar se tenía que pasar por un pequeño bosque con arbustos y pequeños árboles, pero no era nada peligroso. Recuerdo la vez que lo descubrí, había peleado con Madre por culpa de Aonung, estaba muy molesta y me aleje mucho de la Tribu, fue cuando llegue a este lugar. Al parecer nadie sabía del lugar y saqué provecho de eso, conviertiendolo en mi lugar secreto.

Había algo que sobresalía del lugar, era un árbol. Uno muy bello, tanto que cuando lo vi me deslumbre, no sabía que tipo de árbol era, pero no importaba.

Me senté en el suelo, la arena de este lugar era muy suavecita, nada que ver con la arena del pueblo.

Me seguía sintiendo observada, aunque no sabía si en realidad alguien me espiaba.

Lo tenía que descubrir a como diera lugar. Tenía un plan para hacerlo.

Si alguien me observaba significaba que me estaba viendo, entonces... ¡Ya sé!

Fingí mirar al frente, como si no notará nada raro, hasta que volteé. Muy muy rápido.

¡Como el exorcista! O peor, pero no importaba.

Al voltear lo primero que oí fue un ruido, como si alguien se hubiera movido, entonces pude confirmar que alguien me observaba. El ruido provenía de los arbustos que se encontraban a unos metros de distancia, significaba que quién sea que me esté viendo estaba ahí.

Mi vista fue directo a ese punto y me levanté de golpe.

- ¿Quién anda ahí?

No obtuve respuesta.

- ¿Quién está ahí?

Tampoco obtuve respuesta.

Y me estaba impacientando.

Por instinto tomé una rama que se encontraba a centímetros de mí y apunté en dirección a los arbustos.

- ¡Quien sea que seas, sal ahora o iré por ti! -amenace tratando de sonar lo más amenazadora posible.

Muy bien Eyva, vas muy bien. Se ruda.

- ¡Hablo enserio, sal ahora!

No salía.

- Contare hasta cinco, si no sales ten por seguro que iré por ti y te mataré... ¡Muy lentamente!

- ¡Uno!

Nada.

- ¡Dos!

Nada.

- ¡Tres!

Nada.

¡No salía!

¡Me está hartando!

¡Esta colmando mi paciencia!

Si no sale ahora iré por él o ella.

No me va a importar que no haya terminado de contar.

- ¡Cua...!

Me detuve por lo que ví.

Me sorprendí.

Porque lo ví.

Índigo // Lo'akDonde viven las historias. Descúbrelo ahora