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ADVERTENCIA: Esta historia es ficción. Si eres sensible, creyente o no te gusta el desarrollo de la historia, evita colocar malos comentarios y busca otro fanfic para distraerte.

Tuvo un gran impacto al estar en frente del árbol de la vida, desbordaba magia y belleza. Las hojas de los árboles tradicionales eran verdes pero esas hojas que veía, eran blancas y cada una de estas relucía con la luz de sus bordes.

Ráfagas de luz iban y venían con destellos dorados a los alrededores del árbol, Lilith intento tocar los rastros de energía, soltando algunas risillas alegres por el cosquilleo en sus manos.

Llego a pensar que no sería testigo de experimentar alegría y en esos instantes disfruto sus risas y el improvisado baile efusivo, Luzbel seguía a la mujer al ser contagiado por una extraña sensación al verle bailar, no sabía que era exactamente, pero se dejó llevar, Lilith volvió a reír con más entusiasmo a causa de su compañero.

Un tercero veía la escena mientras estudiaba las interacciones cercanas de un ángel y un humano, observo los cambios de humor positivos del humano a causa de la dopamina que su cerebro estaba produciendo. La energía blanca, alimentaba al árbol de la vida notándose principalmente en la luz radiante que brotaban de sus raíces y ramas, era todo un espectáculo.

La energía adopto la forma de hilos dorados y delgados que envolvieron dos cuerpos físicos, uno femenino perteneciente a Lilith y uno masculino que sostenía entre sus brazos a la joven dama. Tanto el expectante como la protagonista de la escena, no podían creer lo que veían, Luzbel que era una luz blanca transformo su energía en un cuerpo físico. La joven soltó un grito de sorpresa y temor, rompiendo con la interacción armoniosa.

- ¿Quién eres? ¿Dónde está Luzbel? - retrocedió y marco distancia entre ellos, no aceptaba la idea de que ese sujeto era la bola rara de luz.

- ¿Qué sucede contigo? Mencione mi nombre anteriormente, soy Luzbel - la mujer cayó al suelo mientras seguía retrocediendo.

Al dar un paso hacia delante, él mismo bajo la mirada a sus pies desnudos e imito a la femenina en gritar desconcertado. No, no, no, no, había desobedecido a su tutor, podría ver el rostro decepcionado del ángel Miguel. Cubrió su rostro con vergüenza, no estaba listo para ver su reflejo y, por lo tanto, tampoco mostrarse a nadie.

Lilith hizo caso omiso a las oraciones temblorosas del ángel, quien suplicaba que no se acercara a él. El cuerpo era más grande y mejor proporcionado que el de Adán y estaba tan curiosa de ver su rostro descubierto, que no dudo en tocar sus manos grandes y retirarlas con tranquilidad para evitar alterar más a Luzbel.

Cabellera rubia, semi larga y ondulada, acaricio el rostro del hermoso ángel de cejas rectas, extremos curvos y de espesor mediano, nariz delgada y respingada, el arco de cupido delineaba a la perfección los labios carnosos y rosados, los pómulos acentuados y la quijada sobresaliente le daban rasgos esbeltos y armoniosos, al grado de ser perfecto. Lilith, marco con la yema de sus dedos estos rasgos, perdiéndose en su mundo de fantasías con ese hermoso ángel. Luzbel no entendía lo que pasaba y parecía que la única que disfrutaba de ello era la humana, él seguía asustado.

Lentamente las respiraciones se mezclaban, el cálido aliento del ángel chocaba contra los labios femeninos, estaba decidida a dejarse llevar por el momento y besarlo por un par de segundos, tenía tanta curiosidad de probar algo nuevo. Pero no hubo tanta suerte para la humana pues, el creador apareció a tiempo para separarlos.

El Origen •Lee Taemin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora