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Pov t/n:

Cuando eres pequeña siempre sueñas en como será tu vida cuando crezcas, yo por ejemplo, soñaba con tener una casa con un tobogán gigante color rojo, siempre imaginaba que llegaría a casa después de un agotador día de trabajo y me lanzaría por ese tobogán hasta llegar a mi casa. Claramente eso no pasó, pero hoy en día, en mis sueños sigue apareciendo eso bellos tobogán rojo como un recordatorio de que nunca tendré lo que deseo. Ahora uno de mis deseos es perder el miedo y ser yo misma, mostrarme hacia los demás sin sentirme intimidada, se que algún día lo voy a conseguir pero por el momento me quedaré en mis sombras.

Corriendo a toda prisa por los pasillos de mi universidad, se siente como si el latido de mi corazón estuviera en mi cabeza, martillando contra mi cráneo.

Carajo.

No puedo creer que esto realmente sucediendo ¿Como puedo llegar tarde en mi primer día luego de vacaciones de invierno?

Anoche puse mi despertador más temprano, incluso diseñe la ropa que quería usar después de escuchar el sermón de mi querida amiga Sonia sobre ser una adulta responsable que debería tener todo en orden y más por ser escritora.

Me abro camino a empujones por los pasillos mientras agarro con fuerza mi horario en la mano, manchando la tinta negra con mis manos sudorosas.

Ya imaginando mi entrada, mi corazón late un poco más fuerte, no sintiéndome avergonzada por las miradas errantes que se posaron en mi sino por la reacción del profesor Evans.

Inglés 104, no era exactamente mi clase
más fuerte, y atraer más atención no deseada hacia mi no mejoraría la relación entre el profesor y yo.

Al pensarlo, me sonrojo de nuevo por la vergüenza de lo que está por venir y aceleró el paso, empujando a otro estudiantes que pasan por mi camino.

Después de unos minutos me paro frente la salón de clases antes de entrar al foso de los leones. Con un suspiro tembloroso, trató de abrir la puerta de la sala de conferencias lo más silenciosamente posible.

Me doy cuenta que el profesor aún no está aquí, viendo a los estudiantes charlando animadamente entre ellos

Con alivio bajo las escaleras, deseando calmar los latidos de mi corazón.

- ¡oye t/n! Ven aquí, reserve un asiento para ti - Andrés grita tres filas por delante de mí, levantando la mano para llamar la atención.

Sonriendo al ver a mi mejor amigo, rápidamente me siento a su lado, dándole un breve abrazo.

- Dios, gracias. Ya pensé que llegaría demasiado tarde y que no encontraría un buen asiento- le digo, compartiendo mis suposiciones que destrozan los nervios con el.

- Por eso, me tienes a mi, pendeja. Tu maravilloso príncipe de brillante armadura - dramáticamente, se lleva las manos al pecho y me mira con ojos de corazón.

- Oh, no seas tan modesto - dije sarcásticamente - estas siendo muy fanfarrón, me dan ganas de vomitar -digo golpeándolo contra su brazo mientras pongo los ojos en blanco, ante su comportamiento infantil.

- Bueno, no puedo ocultar lo que claramente está allí, además¿Por qué llegaste tarde? Pensé que tu amiga te dio una buena charla ayer por teléfono, ¿La señorita no escucho a su mami ? - Bromea Andrés, sabiendo sobre el tema de la llamada telefónica ya que después le envié, molesta porque mi amiga todavía me ve como una niña.

- Oh, cállate. Mi teléfono se me descargo antes de que sonara la alarma y olvide ponerlo a cargar - expliqué.

- Buenos días estudiantes, por favor dirigirse al patio central que se les dará una información importante - avisaron y todos empezaron a salir.

Un Amor Verdadero? [Elizabeth Olsen ]Место, где живут истории. Откройте их для себя