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Hablar de su relación parecía ser el elefante de la habitación.

Ambos cumplían, estaban en los celos del otro, sus lobos se llamaban pero Kazuki no se sentía nunca capaz de marcarlo ni de llenarlo de sus feromonas (cosa normal en una pareja que esta saliendo), ni siquiera cuando sus celos coincidían (esto pasaba porque a veces estos eran muy cercanos, el que llegaba primero arrastraba a que el otro iniciará también).

Rei no se quejaba, no preguntaba, no parecía ofendido, al día siguiente podía estar recién bañado sentado en el sofá jugando algún videojuego, dispuesto a seguir la rutina.

Nunca intentaba cubrir los chupetones de su cuello (que de hecho terminaba por tener en todos lados), ni cuando usaba aquella sudadera en casa ni cuando trabajan.

Las cosas se facilitarían mucho si hacían el vínculo y sus celos se conectaban, pero parecían estar los dos bien con esta situación.

Kyu no dijo nada la primera vez que notó los chupetones ni más adelante, la rutina no había cambiado más allá, Rei solo dejaba su aroma salir durante sus celos, él era un omega dominante, le explicó después, tenía control sobre eso, así que eso explicaba porque nunca lo vio tomar ni tener medicamentos que lo hicieran levantar sospechas ni nada por el estilo.

Kazuki era un alfa normal, sabía contenerse,  muy diferente a los dominantes (omegas, alfas) que tendían a ser muy posesivos, Rei no era así, ni un poquito.

Todo era tranquilo, pese a todo, eran prácticamente una pareja y seguían siendo unos profesionales en su trabajo (razón principal por la que Kyu aún no se quejaba).

El dolor de su vínculo roto desapareció, incluso sentía que respiraba mejor, que todo era un poco más brillante.

Seguía con la incertidumbre de todo porque era consciente de que de nuevo podía perderle todo al seguir en el mismo trabajo, no lo sobrepensaba, más ese miedo nunca se iba.

Los días pasaron, de repente ya llevaban 3 años viviendo juntos y teniendo sus rutinas.

Hasta que de nuevo algo pequeño cambió todo.

Bueno, más bien una pequeña.

Miri era una pequeña niña, se sentía como si fuera parte de su destino, Kazuki no se pudo negar, sintió como su lobo se agitaba alegre al tenerla cerca y él mismo se sintió tan feliz cuando la tuvo en sus brazos mientras lo llamaba papá.

Rei parecía indispuesto.

Que si, esto no era parte de la misión ni del trabajo, que era contradictorio porque cumplía con la razón por la que no lo dejo adoptar un gato y ellos eran los responsables de que ya no tuviera papá biológico.

No le dió esas razones, solo huía de ambos, cuando Miri se le acercaba no la apartaba, eso si, apenas le hacía caso, no seguía el juego de ser "Papá Rei".

Los dejó ser, quizás se sentía indiferente porque no la reconocía como su bebé.

Las cosas mejoraron un poquito después del intento de reunión con la madre de Miri que termino en que ella tenía rechazo a la pequeña y que apoyaba que ellos se la quedarán, cuando regreso al automóvil encontró a la pequeña niña dormida en el regazo de Rei y bueno, él se veía más cansado (y quizás aturdido) de lo usual.

Parecía que la había tranquilizado con sus feromonas, eso era algo que solo los omegas podían hacer, le sorprendió el acto, más cuando Miri lo llamaba Papá y él no se lo negaba.

Poco a poco Rei y Miri formaron una conexión de madre y cachorro.

Miri rondaba alrededor de Rei desde entonces.

Así eran sus días con esa pequeña extrovertida y traviesa que adoraba a sus papás y por las noches, desde que Miri los convenció de dormir todos juntos, eran tranquilizados por el aroma de Rei.

Así fue como por fin lo vió por primer vez dormido, sus rasgos parecían más suaves, tranquilos, su corazón se sentía tan enternecido por la imagen de su omega y bebé dormidos a su lado.

Su omega.

Su bebé.

Estaba feliz, su lobo se sentía emocionado, tenían una familia.

Eventualmente comenzó a parecer una buena idea mandar a Miri a una guardería, si bien Rei ayudaba a tranquilizarla cuando sus obligaciones los ponian en situaciones que lo justificaban, la niña no podía vivir así todo el tiempo, necesitaban ayuda y a Miri le emocionaba la idea de convivir con más niños.

-Creo que deberíamos casarnos -soltó una mañana mientras Miri aun dormía dado que se había desvelado jugando con Papá Rei.

Nunca antes había visto a Rei soltar el control para tomarle la palabra.

-¿Sí?

-Ya sabes, haría las cosas más simples, nos facilitaría el papeleo, aunque tendremos que pagar por una multa por presentar a Miri tan tarde.

Lo vió maldecir por lo bajo cuando retomó el juego.

-Nos vamos a casar y Miri frente a las autoridades será oficialmente nuestra bebé —concluyó Rei.

-Asi es, yo me puedo ocupar de todo si lo prefieres -le contestó.

Rei asintió.

Debía de ocuparse de eso y de su preocupación al saber que el celo de Rei sería en dos días, con toda la conmoción y rapidez de hechos ambos lo habían olvidado.

¿Qué pasaría con su niña?

Ni el ni Rei tenían familiares para que la cuidaran y aun no podían pedir ayuda en alguna institución al no estar casados ni contar con documentos oficiales sobre Miri.

Odiaba, realmente odiaba pensarlo, solo tenían a Kyu, ellos no eran así de cercanos, no sabia si él aceptaría.

No estaban teniendo problemas en las encargos, Rei arrullaba en sus brazos a Miri mientras la tranquilizaba (imagen que le tocaba el corazón) para dejarla en un lugar seguro y podían seguir sabiendo que su niña estaba bien.

Para alguien como ellos, todo eso aun así suponía un peligro, él lo sabía bien, sabía que Kyu no dudaría en reprocharle eso.

No tenían más opciones inmediatas.

Miri ese día estaba inquieta (más de lo usual) y se negaba a que Rei dejara de cargarla, así que ahí estaban los tres frente a la cafetería de Kyu.

Pesé a ser un alfa se sentía nervioso, miró a Rei que tenía la mejillas sonrojadas y un aire más delicado por la proximidad del celo, su temple cambió de inmediato cuando sintió el aroma de Rei.

Arrepentido por portarse como un cobarde, entró.

La cara de Kyo no cambió cuando los vió, como ya sabiendo todo, aún así los regaño cuando Miri se quedó dormida en brazos de Rei, quien momentos antes, pese a no querer ceder a alejarse de Papá Rei se había llevado bien con Kyu.

-Saben los riesgos que corren por la organización, sobretodo tu Rei.

Kazuki tenía la cabeza gacha, formulando que decir y entonces la respuesta de Rei altero a todos.

-Como si tú no lo hubieras hecho todo esto adrede y no lo esperaras, por algo mandaste a un alfa a mi departamento.

-¿Cómo iba a saber que eran destinados? Ni que yo fuera un-

-No, pero sabías que existía la posibilidad de que algo pasara, que pese a al vínculo roto un omega dominante puede hacer de sustituto.

Toothpaste kisses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora