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La brisa nocturna acariciaba los platinados caballos de Aesop mientras que un calido y dulce aliento chocaba contra su cuello, ambos chicos llevaban de pie en aquel balcón por al menos media hora y en todo ese rato ninguno de los dos había pronunciado palabra. Simplemente permanecía en silencio admirando aquel melancólico pero a la vez reconfortante paisaje, era tan bello ver cómo la luz pálida de la luna iluminaba la blanca y brillante nieve debajo de ellos

-¿me dejaras en algún futuro?- al final fue lapin el que rompió aquel ensordecedor silencio -¿Me traicionaras?- poco a poco el más alto fue ajustando el agarre de sus brazos al rededor del contrario, quería tenerlo más cerca, quería sentirlo cerca

-nadie sabe lo que pasará en el futuro- Fue lo único que respondio el contrario pues sabía de que iban aquellas preguntas y no quería terminar enredado en alguno de sus juegos

-realmente preferiría morir antes de que tan siquiera pienses en dejarme...- aquel cambio en el tono de voz de lapin fue lo que consiguió alertar a Aesop pues de un momento a otro aquel tono dulce y suave había cambiado a uno totalmente triste y casi tan bajo como un susurro, aún con eso Carl tenía la sensación de que aquello lo había gritado desde lo más profundo de su garganta

-¿Porque tan pesimista?- le cuestionó Aesop mientras daba media vuelta pasando las palmas de sus manos por su pecho y luego los hombros terminando finalmente en la nuca del contrario la cual abrazo con una mano mientras que con la otra jugaba con uno de los mechones del largo y sedoso cabello del albino -¿Cuál es el punto de todas estas preguntas-

Los ojos de lapin miraron con detenimiento cada rincón en el rostro de Aesop, desde las sombras grisáceas en sus ojos hasta la delgados y delicados labios del chico -¿Sabes Aesop?- los ojos celestes del más alto miraron fijamente a Aesop pero... ¿Dónde quedaba aquel brillo que lo caracterizaba? -no hay nadie que pueda amarte como yo lo hago-

-vaya... Que modesto eres...-

Lapin lo interrumpió -estare satisfecho si tan solo pudieras devolverme una fracción del amor que te doy-

Aesop se quedó en silencio con su mirada fija en algún punto de la camisa de lapin. El jugueteo de sus dedos en el cabello del contrario se había detenido pues realmente lo había desconsentrado aquel comentario aunque para ser sinceros no estaba ni seguro de lo que había escuchado

-¿Yo te gusto?-

-claro que me gustas jos-...-

-¿Me amas?- preguntó rápidamente lapin mientas sus dedos se hundían más a cada segundo que Carl tradaba en contestar

Aesop posicionó sus manos en los hombros del más alto agarrándolo con algo de fuerza y alejándolo de él bruscamente, el entrecejo de Carl estaba totalmente fruncido y su mandíbula totalmente tensa

-¿Porque crees que me mudé contigo? ¿Porque crees que tolero tu comportamiento?-

-pero... ¿Cómo vas a demostrarlo?-

Los ojos de Carl se agrandaron dando un paso hacia atrás manteniendo el silencio, no sabía que decir o que hacer, de lo único de lo que estaba seguro era el hecho de que aquella conversación no había tomado un buen rumbo

-Aesop realmente no me conoces tan bien ¿Crees que realmente seguirás amándome si sabes todo sobre mi?- los ojos del albino comenzaron a cristalizarse mientras agachaba la cabeza

-¡¿Entonces como te lo demuestro?!- respondió Carl con desesperación mientras se acercaba de nuevo a él y lo tomaba de los hombros bruscamente, necesitaba hacerle saber que realmente lo amaba

-mata a alguien más por mi- fue lo único que dijo lapin aún con la cabeza agachada

Carl solo se quedó en silencio durante unos eternos segundos, realmente lo amaba así que haría lo que fuera para demostrárselo

-¿A quien debería matar?-