Capitulo 1

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Al Emperador No Le Gustan Las Mujeres                                                      

El imperio llamado Huo se empezó a expandir en los últimos años. Conquistando ciudades y formando alianzas.

Se podría decir que era uno de los mas grandes y poderosos del continente y las personas que vivían en la capital de este, estaban muy consientes de este hecho, por esta razón la palabra descanso no existía en su vocabulario. Si las personas no trabajaban se encontraban festejando u organizaban pequeñas reuniones sociales donde charlaban bebían y se regocijaban de lo bueno que era el lugar donde vivían.

Esto convertía a la gran capital en una muy ajetreada, incluso una noche fría de invierno como aquella las calles se encontraban llenas, especialmente la calle llamada "Noche Cálida" que estaba compuesta en su mayoría por bares y burdeles, aunque los bares estaban uno al lado del otro, todos estaban llenos y a ninguno parecía irle mal.

Un bar que se encontraba al final de la calle estaba especialmente bullicioso. las mesas de este bar estaban llenas de borrachos, mujeres y algún llorón el aire estaba impregnado del olor a licor y perfume barato.

En un rincón olvidado del bar sentada perezosamente en una mesa, se encontraba Shi Yun, que no parecía tan sobria como le hubiera gustado estar al llegar a aquella ciudad.

Shi Yun recorrió un largo camino para llegar a su ciudad natal donde, después de pensarlo mucho, planeaba asentarse. Originalmente tenia pensado pasar al bar a descansar después del largo viaje que tuvo que soportar para llegar a la capital y luego conocer su nueva casa, no pensó que se quedaría horas en aquel bar.

Su resistencia al licor era muy grande después de viajar por todo el imperio probando todo tipo de vino. ¿Quién pensaría que en la capital se encontraría con el mejor licor que hubiera probado?  engañada por la fragancia del vino gasto mas y paso mas tiempo en el bar del que le hubiera gustado.

Después de un tiempo perdida en sus pensamientos, noto que se hallaba acompañada en la mesa,  enfrente de ella estaban tres mujeres,  una parecía mayor que las otras dos y a juzgar por su aspecto debían ser viajeras.

—nunca pensé que esta ciudad seria tan agitada—decía una de las jóvenes—con su emperador creí que seria diferente

—¿Qué tiene el emperador Wen?—pregunto su acompañante 

La joven llamada Wen contestó—Niña si que eres descuidada ¿acaso olvidaste de lo que nos advirtieron los demás viajeros?—Wen bajo la voz y siguió hablando—dicen que el emperador es una persona despiadada 

La mujer mayor parecía querer reprenderlas pero otra voz se le adelanto 

—eso es cierto, es despiadado y loco—las tres personas se volvieron al origen de la voz y vieron que era una joven muy bella que se sentó en la mesa sin ser invitada mientras hablaba—es tan loco que se atrevió a rechazar a la princesa Cheye ¡la princesa Cheye! dicen que no hay mayor belleza sobre la tierra que la princesa.

Las dos jóvenes que originalmente hablaban entre ellas oyeron la historia de la recién llegada con curiosidad y se le quedaron viendo para que continuara con su historia. La mujer mayor frunció el entrecejo pero no interrumpió.

La recién llegada parecía gustarle la atención de las jóvenes así que continuo 

—fue tan despiadado que destruyo el imperio anterior y tomo el trono por la fuerza  

Shi Yun que había oído toda la conversación en silencio no dudo a unirse a ella aunque tampoco la habían invitado

—dicen que también a rechazado a muchas mujeres bellas   

Todas las miradas se dirigieron a Shi Yun percatándose que había otra persona en la mesa. La joven Wen observo a Shi Yun y se sorprendió, era muy bonita.

Tenia rasgos finos y un par de ojos de fénix claros  aunque su cabello estaba desordenado y en sus mejillas  había rastro de que había bebido todas esas botellas que tenia enfrente.

—¿Cómo puede rechazar tantas bellezas?—pregunto la hermana de Wen

—talvez ya esta enamorado—sugirió Wen

—oh—empezó Shi Yun—tiene otras preferencias

La joven no invitada que hablo primero se sonrojo y dijo en voz baja—hablas de... ¿hombres?

—apuesto que tiene un harem de hombres escondido en su sótano—dijo con mucha seriedad Shi Yun

Después de oír semejante declaración la mujer mayor finalmente dijo—vámonos 

Las dos jóvenes trataron de refutar para seguir oyendo sobre tan interesante teoría, pero recibieron una mirada que las silencio a las dos. Después de despedirse casualmente se marcharon.

Shi Yun vio como se iban y se sintió decepcionada, realmente quería hablar mal del emperador con alguien.

Pero para su buena suerte la joven que hablo sin invitación se quedo, pidió mas licor y siguieron hablando mal del emperador.

Resulta que esta señorita se llamaba Shen Ming y que era de una buena familia, la razón por la que odiaba al emperador era porque también la rechazo.

¿Quién hubiera pensado que dos personas totalmente desconocidas se volvieran tan cercanas solo por el mutuo odio que le tenían a alguien? 

Descubrieron que Shen Ming tampoco toleraba el licor, y con las jaras extra de vino toda tolerancia que Shi Yun le quedaba desapareció por completo.

Las dos jóvenes se embriagaron tanto que cantaron, lloraron por sus penas y lo ultimo que Shi Yun recuerda es pararse en el edificio mas alto de la capital y gritar con todas sus fuerzas

—¡AL EMPERADOR LE GUSTAN LOS HOMBRES!


La Emperatriz TontaWhere stories live. Discover now