Puertas abiertas

Un lobo o una vaca

Clase 3-E. La clase final. El fondo del barril. Ryouma había pensado que encontraría gente como él aquí. Personas que no estaban preocupadas por las calificaciones o las apariencias. Personas con las que podría divertirse. En lugar de un lugar estancado donde podía forzar su camino hacia la cima de la jerarquía, encontró un lugar de crecimiento. Todos estaban mejor bajo la tutela de ese monstruo. Al menos había esperado que el perdedor sin peculiaridades se quedara en su lugar, pero incluso él siguió escalando. Sus calificaciones habían subido constantemente con la ayuda de Korosensei, e incluso parecía que le estaba creciendo la columna vertebral.

Al menos, asumió que es por eso que Korosensei había estado en su trasero antes de que pudiera moverse en la dirección de Deku para recordarle su lugar después de que saltó al puesto 72 en la escuela, en comparación con su antiguo rango de 164 y el actual de Ryouma. rango de 159.

Por supuesto, a Korosensei no le había gustado nada de lo que Ryouma tenía que decir sobre el asunto y lo envió a hacer cosas al azar en el bosque durante una semana después de eso. Y luego duplicó sus lecciones para que volviera a ponerse al día con el resto de la clase. Por mucho que Ryouma lo odiara y tratara de ignorar al maldito pulpo, aun así terminó aprendiendo.

Es por eso que cuando ese bastardo de Shiro le dio un plan y algo de dinero, lo aceptó. Destruir la piscina había sido genial, y el dinero adicional no dolió. Ver a los otros estudiantes desesperar por su preciosa piscina también había valido la pena.

Por supuesto, la maldita mierda sin peculiaridades tuvo que irse y comenzar a pensar de nuevo, dando a Ryouma y sus amigos una mirada extraña en lugar de desesperarse como el resto de la clase. "¿Qué diablos estás mirando, Deku?" gruñó, dando un paso adelante para agarrar al chico que se estremecía por la parte delantera de su camisa. "¿Crees que somos los culpables o algo así? ¿Qué te va a traer eso?

Deku solo tuvo la gracia de parecer asustado por un momento antes de poner esta mirada en su rostro y abrir la boca como si realmente tuviera algo que decir.

"Tienes toda la razón," interrumpió Korosensei. "Buscar un culpable no servirá de nada, así que no nos preocupemos por eso". Y así se arregló la piscina. "¡Ahí tienes! ¡Como nuevo! Por favor, ve a jugar como si esto nunca hubiera pasado".

... Ryouma odiaba a ese pulpo.

Continuó con el plan, incluso si las cosas seguían desmoronándose. Incluso si sus amigos, Taisei, Takuya y Kirara, estaban entrando en los planes de lecciones de este monstruo.

Funcionaría. Tenía que funcionar. El pulpo estaría muerto y todo volvería a la normalidad. Tendrían un maestro normal, y todo sería como se suponía que debía ser.

Solo que el resto de la clase no estaba dispuesto a escucharlo. Seguir, tal vez, pero no escuchar. Algo que ver con él no ayudando con sus intentos de asesinato.

"Harás lo que te pida, ¿verdad, Deku?" dijo, empujando al mocoso sin peculiaridades contra la pared donde lo había acorralado.

"No, no lo haré," gruñó de vuelta, "y no me llames así. No es mi nombre.

"¿Crees que puedes decirme qué hacer? Tú no eres nada."

"Si no soy nada, odiaría saber lo que eres". Deku miró más fuerte. "Si no me respetas, no voy a ayudarte, no importa lo que diga Korosensei. Me voy a quedar aquí, y cuando vuelvas toda decepcionada porque fallaste, te estaré esperando. Seguro como el infierno que no voy a perder mi tiempo en el plan a medias que has preparado. En serio, ¿cómo piensas meterlo en el agua? No lo hará solo porque se lo pediste amablemente o porque le apuntaste con un arma a la cara".

"Tu pequeño-"

Deku golpeó con el puño el estómago de Ryouma, luego rápidamente su cuerpo lo detuvo a un lado y lo tiró al suelo, bailando fuera de su alcance antes de que Ryouma pudiera reaccionar. "Ya no soy un niño pequeño con el que puedes meterte. No voy a dejar que tú, ni nadie más, me moleste solo porque no tengo una peculiaridad. Puedo más que cuidar de mí mismo". Deku salió corriendo antes de que Ryouma pudiera recuperarse.