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La sonrisa de Gai se hace grande cuando ve un viejo cedro, recordando la vez que él y su más amado Rival tuvieron un desafío de escalar árboles con una sola mano y sin chakra.

Y a su lado... oh. El rostro de Gai se crispa cuando ve un pequeño sapo saltar entre los matorrales. Eso siempre le recuerda a cuando la invocación de Minato-sensei los llenó de baba por error durante un entrenamiento juvenil.

Y más allá... Gai se ríe entre dientes, emocionando cuando ve ese diminuto volcán de hormigas bala, pensando en el día en el que él y su más amado Rival...

— ¿Podrían dejar de hacer eso? — Mirai grita y azota los pies, deteniéndose abruptamente delante de los dos y señalándolos en una sucesión de zigzag que confunde a Gai por unos segundos.

— ¿Mnh? ¿De qué hablas? — Kakashi murmura relajadamente desde atrás de la silla de ruedas, frenando para que la pierna de Gai no golpee a Mirai por accidente.

— ¡Eso! — Mirai toma distancia para no herir a Gai, pero su dedo sigue agitándose entre los dos — Eso que están haciendo ahora.

Gai frunce el ceño y mira hacia los lados, tratando de encontrar alguna anomalía en el entorno que haya puesto a Miran tan inquieta como para detener su viaje justo a la mitad.

Era verdad que a veces Gai no podía contener la felicidad y la emoción y terminaba hablando demasiado, pero esta es una mañana tranquila. Su amado esposo despertó de buen humor y Gai ha estado muy quieto, disfrutando de ver y oír toda la hermosa naturaleza del mundo a su alrededor.

— ¿A qué cosa te refieres, mi valiente y asombrosa compañera de equipo? — Gai la mira fijamente al rostro, ladeando la cabeza de un modo que solo la hace sacar más chispas y azotar los dientes en un claro gesto de nerviosismo incomprensible.

Bueno, los shinobis tienden a ser más malhumorados en su juventud, y si Mirai estaba pasando por una etapa hormonal difícil quizá era entendible que cualquier detalle tonto la irrite. Tal vez; el silencio, o el exceso de quejas, o...

— Llevan toda la mañana poniendo la misma expresión — Mirai los señala a la nariz, subiendo y bajando la mano para apuntar a sus rostros — Cada vez que damos un paso hacen exactamente lo mismo. Si necesitan hablar solo háganlo, es menos complicado que verlos... haciendo los mismos gestos.

Gai levanta las cejas y jadea, mirando a Kakashi hacia arriba en el momento justo para verlo levantar las cejas y jadear.

— Mnh, creo que te equivocas, Mirai, es imposible que Gai y yo hagamos algo así.

— ¡Sí, exacto! Mi Rival y yo somos muy diferentes, ¡no hay modo de que podamos tener la misma expresión a la vez!

Gai agita la cabeza en una reiterada afirmación para Mirai y para sí mismo. Por supuesto, ama a Kakashi y ama cada detalle de su comportamiento como el primer instante en el que se enamoró, pero Gai no podría mentirle a su propia cabeza. Por mucho que ame el rostro de su bello y amado esposo... bueno, honestamente jamás podría poner una cara tan simple como él.

— ¿Ah, no? — Mirai pone los ojos en blanco y hace una señal para que ambos se acomoden en un círculo a su alrededor, dejándolos a unos pasos de ella antes de hurgar en su bolsillo — ¿Qué opinan de esto?

La mano de Mirai saca uno de los anuncios del festival del perro, mostrando intencionalmente una foto bonita de un pequeño cachorro que se parece mucho a Pakkun cuando era bebé, tan esponjadito y rechoncho, con esas pequeñas orejas que...

— ¡Ahí!

Mirai apunta a sus caras y ambos tienen la oportunidad de observar al otro, sonrojándose cuando notan exactamente el mismo gesto tierno y melancólico que obviamente inspiraría Pakkun.

Konoha Shinden KakaGai FicletsWhere stories live. Discover now