Prólogo ❄️

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Akaza presentía lo peor y realmente el no quería que lo que estuviera rondando por su cabeza se hiciera realidad. No, era imposible sus premoniciones jamás han sido reales a excepción de una...pero eso no quiere decir que está sea real además han pasado solo dos años después del accidente¿No puede ocurrir otra vez verdad?

— Joder — Susurra. Mira por un momento el semáforo frente a el perdiéndose entre el color rojo.

Hace algunos minutos había dejado a su mejor amigo en su departamento, aunque el no quería llamarlo mejor amigo pues esta enamorado de él desde que son niños, Soyama cree que es un estúpido por no haber declarado sus sentimientos cuando Kyojuro se había enamorado de él. Ahora no podía hacer nada, Kyojuro se había casado con un bonito chico pelirrojo de aretes hanafuda y el solo era un soltero borracho que seguía enamorado de su mejor amigo y del cual ni una mosca lo pelaba.

Veintiocho años de amistad y el en ningún puto momento se dió cuenta de las indirectas que el de cabellos flama posteaba en su Facebook, de las millones fotos que subía a instagram y específicamente lo etiquetaba, de su rostro literalmente adornando el fondo de pantalla de Rengoku y por supuesto de aquel beso que se dieron en la universidad.

Era un completo imbécil.

Pensó que sus sentimientos jamás serían correspondidos, que se convencería a si mismo de solo ser su mejor amigo. Y cuando pensó que ya era el momento Kyojuro había llegado a su casa con una invitación de color rojo y amarillo.

El amor de su vida se iba a casar con un tal Kamado Tanjiro.

Ese día su mundo y sus ilusiones se esfumaron como en las caricaturas cuando un personaje hace "puf", así se sentía el, su fantasía más íntima era casarse con el, tener una adorable hija que fuera idéntica a el, una casa junto a la playa y un perro o gato que llamarían chisgete porque a Rengoku le encanta la saga de Leo San Juan.

Y entre sus pensamientos más lujuriosos cogería a su amado esposo por las noches tan agresivamente que el pedir piedad no sería parte de su vocabulario.

Era triste ver como eso poco a poco esas fantasías se iban yendo. Pero si de algo estaba seguro es que desde lejos seguiría amando, apoyando, y riendo a lado de el con tal de verlo feliz porque para Akaza el ver feliz a Kyojuro era el sinónimo de el también ser feliz.

Aunque no fuera con el.

Cuando conoció a Kamado Tanjiro y se presentó como "el mejor amigo de Kyojuro" sentía un ira invadiendo su ser, sentía ser una cucaracha diminuta que corría por su vida antes de que la pisarán. Y pensó, realmente lo pensó, que ese chico jamas amaría a Kyojuro como el realmente lo ama. Pero ese día fingió amabilidad y apretujo la mano del menor lo menos agresivo que podía ser y que se podía permitir, obviamente, el pelirrojo se dió cuenta de eso. Decidió entonces enfocarse en solamente Kyojuro.

Cuando el rubio habla es como estar en un prado lleno de flores y mariposas revoloteando a su alrededor, escuchar a Rengoku es uno de sus placeres. Habla tan despacito y tranquilo, sin prisas, en cada oración siempre hay una breve pausa porque es fácil cuando el rubio se distrae pero no es difícil para que vuelva a retomar su plática, así, cada vez que lo ve Akaza presta total atención a Kyojuro en si. La forma en como su pecho se infla cuando está orgulloso de algo o cuando está feliz, lo imaginativo que puede ser al hablar de las personas de su trabajo, incluso hasta apodos les puso, lo sensible que es cuando ve una escena triste en una película.

Y ¡Oh! Cuando habla de su hijo ...le da una rotunda envidia y frustración.

Tanjiro se había embarazado después de la luna de miel algo que Akaza no le gusto pues era obvio que el escuincle ya estaba preñado desde antes de casarse. Ojalá no hubiera sentido esas emociones negativas cuando Rengoku le informo de la "Gran noticia", y es que, simplemente no lo podía creer primero se casa y luego ya es papá.

La noticia le cayó como un torbellino, como una bomba atómica, como aquel puñetazo que le dieron en su fiesta de cumpleaños número siete. Hakuji, su hermano gemelo le gustaba darle puñetazos cada vez que cumplía años y viceversa, era una costumbre que entre hermanos fueron creando pero no se comparaba esto con su primer golpe. Era muy diferente.

Tojuro, así lo habían llamado.

Para Akaza era la combinación de la primera letra del nombre de Tanjiro y las últimas sílabas del nombre de Kyojuro, en sus pensamientos solo quería regresar el tiempo e impedir que el rubio se casará con aquel demonio rojo (como el suele llamarlo, puesto que así lo ve, un niño de cara bonita pero disfrazado de un demonio). Para su mala suerte fue declarado oficialmente el "tío" de Tojuro.

Una completa mierda.

Soyama prefería ser el tío de un niño huérfano que ser el tío del producto de Rengoku y Kamado.

Y del cual estaba muy seguro que ese niño y el no se llevarían bien, lo veía en sus ojos y de eso estaba muy seguro.

— ¡Avanza imbécil! — Abrió los ojos de sorpresa. ¿Se había quedado dormido?

Miro a lado suyo, aquel idiota que le había dicho imbécil le enseño el dedo de en medio inmediatamente un foco rojo y el cartel de "Alerta" resonando en su mente era el claro ejemplo de "HUIR". Y antes de salir del carro la llamada entrante de Tanjiro lo hizo inmovilizarse.

— ¿Qué?— Contestó.

— ¿Dónde está Kyo?— Le pregunta ignorando los constante pitidos de los autos y de la contestación grosera del pelirosa.

— ¿Qué dices? Acabo de dejar a Kyojuro a su casa —

— No está aquí —

— Debes estar bromeando Kamado. Te estoy diciendo que deje literalmente a Kyojuro en la puerta —

Avanza mientras sostiene el celular por el hombro. Fija su vista en un local de elotes y se estaciona.

— No estoy bromeando, no ha llegado, y tengo que cuidar a mi hermana en el hospital. Akaza agradecería mucho que te dejaras de bromas y dejes a mi esposo a la casa —

— Y yo te estoy diciendo que deje a tu esposo, osease, mi mejor amigo frente a la puerta —

Antes de que el menor pudiera responder la llamada es cortada. Soyama levanta el celular para verificar si el pelirrojo de atrevió a colgarle y efectivamente, la llamada había finalizado. Decidió no tomarle importancia a fin de cuentas posiblemente Rengoku fue a comprar unas cervezas o las tutsi pop que siempre compra.

Por ahí de las doce de la noche, después de lavar sus dientes, limpiar la caja de arena de "melón" su gato y apunto de acostarse recibe la llamada de su cuñada, Koyuki. Y con toda la flojera y la desesperación de no dejarlo en paz se dirige al tocador para agarrar su celular.

— ¿Qué pedo?—

Silencio.

Akaza despega el celular de su oído, sí, es Koyuki.

— Koyu, ¿Qué pedo? Contéstame — Mira la hora en el reloj ya eran las doce. Su cuñada no le hablaría a esta hora si no fuera de una emergencia. El color de su cara bajó a uno pálido, entonces se preocupo por su hermano — ¡Koyuki! ¿¡Dónde está Hakuji!?—

Se escucha como el celular es agarrado y la respiración de una persona se abre paso.

— Akaza soy yo, Hakuji —

El aire contenido por fin es expulsado, por fin puede respirar pero aún siente que algo malo está pasando, una espina que no puede sacar y tiene miedo de preguntar.

— ¿Q-Qué sucede?— Con voz temblorosa pregunta, con el terror invadiendolo.

Y nuevamente se crea un silencio. No fue hasta después de dos minutos que Hakuji decidió hablar pues sabía lo impaciente que era su hermano.

— Yo...agh..mierda no se brother...

— ¿No sabes qué?— Espetó. Apretó su mandíbula y trago grueso.

— Kyojuro.... murió —

Detrás de sus ojos Where stories live. Discover now