深い森のピアニスト (El Pianista del Bosque Profundo)

Séptimo movimiento: "Una melodía honesta"

Había pasado alrededor de un mes desde aquellos tres días que estuvo con Sesshomaru; y por casualidades del destino por fin tuvo noticias de él.

Sucedió cuando estaba haciendo letreros para los nuevos productos de la panadería, al encender el televisor una melodía con el piano sonó durante un comercial. Y como si alguien la hubiera llamado , Rin miró hacia la pantalla y ahí estaba él, tocando con elegancia.

-( Señor Sesshomaru)

El comercial anunciaba que los boletos para el inicio del tour nacional ya se habían agotado en casi todas las plazas, sin embargo debido a la alta demanda se abrieron fechas adicionales y la preventa de boletos para su presentación triunfal en la ciudad en la que vivía Rin había comenzado vía telefónica.

La preventa ya había empezado.

Presa del pánico anotó el número que apareció en el anuncio detrás del letrero que estaba haciendo y corrió a su cuarto para traer su celular. Sin embargo, la llamada no entraba y para cuando por fin tuvo respuesta fue solo para escuchar que las entradas se habían agotado.

Era su oportunidad de verlo otra vez.

La fecha final del tour estaba planeada para dentro de un mes, sin embargo para ella esa fecha era la única oportunidad que tenía de verle. Quería escucharlo tocar el piano en aquel escenario donde lo vio por primera vez, en donde se enamoró de él.

Aquellos 3 días con él se habían transformado en un recuerdo importante para ella. La había besado y abrazado muchas veces, no se olvidaba tampoco de la deliciosa comida ni de la suave interpretación del piano que le había dado.

Inclusive le había compuesto una canción.

Pero...

No quería que le pidiera no verlo otra vez.

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No podía quedarse sin hacer nada, así que el día del concierto aunque no hubiera podido comprar boleto, fue directamente hasta el lugar del evento. Y así como lo había visto la primera vez, todos aquellos que no habían podido conseguir entradas gritaban desesperados por alguien que les vendiera una, con carteles que decían "Por favor véndeme un boleto".

Pero ella sentía que si podía entrar, en ese auditorio estaba Sesshomaru, estaba tan cerca, y aun así lo sentía tan lejano.

- (¿Qué haré?)

¿No habrá nada que pudiera hacer para poder entrar? El número de Sesshomaru lo había borrado él cuando le confiscó su teléfono y no podía contactarlo de ninguna forma. La situación empezaba a tornarse oscura para ella y se quedó mirando fijamente hacia el auditorio. De pronto un rostro familiar pasó frente a sus ojos.

- ¡Señor Jaken!

- ¡Que! Rin, ¿eres tú?

No se olvidaba de ese rostro, era el manager de Sesshomaru; se preguntaba si había ido de compras, pues había bajado la bolsa del combini que traía en la mano cuando Rin lo tomó del brazo.

- ¡Por favor! ¡Déjeme ver al señor Sesshomaru!

- ¿Qué ? ¡Pero qué rayos dices niña!

-¡Se lo suplico, tengo que verlo! ¡Hay algo que debo hablar con él!

Aún cuando le pidiera eso...

Era cierto que últimamente el carácter de Sesshomaru se había tornado más que horrible; a pesar de haber regresado a su ciudad de origen se había negado a volver al departamento ordenando hospedarse en un hotel y reservando salas de piano por aquí y por allá para practicar todos los días. Y si por equivocación llegaba a mencionar a Rin en la conversación, lo miraba como si fuera a matarlo y lo amenazaba diciéndole que no volviera a mencionar ese nombre.