La elección de Renan #ONC2023

Capítulo 3

14 años después

Un joven con rizos azabaches se movía inquieto en su cama. Su frente perlada de sudor, y su respiración alterada eran indicios de que sufría el sueño de muerte. Así lo llamaron los sacerdotes licántropos. Los brujos por su parte no estaban de acuerdo con aquello. Los sueños de muerte tenían otras características muy diferentes a las que el príncipe sufría. Por eso lo llamaron, maldición del durmiente. Porque después de tanto tiempo, el príncipe seguía padeciendo de aquello una noche por cada mes. El sueño no se cumplía, por más que desde que nació lo venía atormentando. Característica que sí tenían los sueños de muerte. Al poco tiempo que el soñador tenía esa pesadilla moría. Por lo general, de la misma forma que lo hacía en su sueño.

El príncipe se despertó de golpe, con los ojos marrón oscuro bien abiertos acostumbrándose poco a poco a la realidad. Su respiración seguía alterada por lo que se sentó en la cama e inspiró hondo y exhalo despacio. Llevó la mano a su corazón para sentir como sus palpitaciones mermaban.

Ya no gritaba como antes, sus padres no iban más a su alcoba y su hermano no estaba a su lado para calmarlo. Ya no.

[...]

— ¿Tienen noticias? —demandó con voz seria y dura

—No mi príncipe, seguimos recorriendo la región de punta a punta pero no encontramos rastro.

Se escuchó un sonoro golpe que hizo sobresaltar al soldado. Renan no ocultaba su furia, por el contrario dejaba que sus ojos comunicaran toda la ira que sentía en ese momento.

—No puedo creer eso. Nosotros no perdemos rastros. Nosotros somos capaces no solo de encontrarlos sino también de seguir las esencias.

—Señor...

—No actué antes porque mi padre me convenció de que él mismo se haría cargo. Pero después de tres meses esto ya es insostenible.

El príncipe se levantó con paso decidido y firme. Solo estaba esperando la confirmación de uno de los soldados que estaba en el grupo de búsqueda que comandaba su padre. A pesar de que el rey le dijo que no se metiera, Renan no podía dejarlo sin más.

Al inicio, sí confió en su palabra y también porque sabía que la experiencia de su padre era incomparable a la de cualquiera. Pero luego del primer mes sin noticias, un mal presentimiento se instaló en su pecho. Olvidando las reglas y su promesa, hizo que uno de los soldados de su padre le presentara un reporte semanal.

Durante el segundo mes, estuvo muy sobrecargado con las obligaciones que su padre dejó a su cargo y también con su búsqueda secreta. Su madre, que siempre sabía todo lo que ocurría en el castillo lo confrontó una tarde. Sus argumentos para defender su accionar quedaron en el suelo porque la reina con palabras certeras y directas le dio a entender que no confiaba en su padre. Fue un golpe bajo, pero sirvió para convencerlo de que debía dejar las cosas en manos de su padre.

No obstante, ahora mismo Renan ya no podía tolerar más la situación. Le hizo caso a su madre, pero con mucha culpa en su interior. Él sabía que si se tratase de él, su hermano habría ignorado al reino entero con tal de salir en su búsqueda.

Abrió con decisión la puerta de la biblioteca del castillo, allí lo esperaba Bel.

—Bel, llegó el momento y solo cuento contigo para lo que voy a hacer.

—Sé que me voy a meter en problemas, pero yo también extraño a Ferkan. Cuenta conmigo mi señor.

[...]