Capítulo 17.

7.8K 478 38
                                    

Debía estar soñando, o quizá el golpe de anoche en el gimnasio me había dejado en coma y ahora estaba teniendo esta pequeña fantasía, no podía ser cierto que estaba sobre Jamie, en mi cama, besándonos de esta forma tan desenfrenada, sus manos sostenían mi rostro contra el suyo, la barba que comenzaba a salirle me picaba suavemente mientras nuestros labios estaban unidos, sus dientes me mordían con suavidad mientras su lengua se abría paso entre mis labios.

Jamie sí que sabía besar.

¡Besar!

-Basta –me separé de golpe cuando su lengua comenzaba a recorrer mi boca, me solté y puse de pie- ¡Esto está muy mal! Cielos, me estoy volviendo loca.

-Dakota, por favor –se puso de pie delante de mí y sus enormes manos me abrazaron con fuerza por la cintura hacia él- sé que lo que estamos haciendo no es correcto...

-Pero...

-¡Pero! –Me cubrió la boca con una de sus manos- ni tú ni yo podemos evitarlo.

Tenía razón, ambos los sabíamos así que una vez más volvió a besarme, esta vez me puse de puntillas y le eché los brazos por el cuello mientras el beso se hacía más profundo, más intenso y lleno de pasión, sus manos dejaron mi cintura y bajaron hasta el borde de mi camisa, metió las manos debajo erizando mi piel mientras sus manos acariciaban mi cuerpo con lenta sensualidad, cuando sentí sus manos bordeando mis senos me tensé un segundo, pero recordé que él ya conocía mi cuerpo y lo tocaba con la misma reverencia como lo hacía cuando grabábamos... yo quería más.

Llevé mis manos a mi espalda para desabrochar mi sostén sin dejar de besarlo y lleve sus manos hasta mis senos, su gruñido de aprobación me excitó hasta límites increíbles, se separó un momento para mirarme, después sacó su camisa para después tirar la mía junto con mi sostén, no supe donde cayeron pero nosotros caímos en la cama, sentir su calor sobre mi hizo que dejara de pensar en nada además de él. O casi.

-Jamie –jadeé- ¿Cómo entraste a mi habitación?

-¿Es que importa ahora?

Tenía un punto, aún así...

El beso se volvió muy intenso, casi asfixiante y eso me encantaba, sus manos estaba por todos lados, explorando, tocando, acariciando, volviéndome loca, y yo por fin pude tocar toda esa masa de definidos músculos que me hacían babear, su abdomen, espalda, enormes brazos y finalmente mis manos engulleron su trasero. Menos mal que Jamie no tenía los mismos complejos que su personaje, todo lo contrario, parecía ronronear cuando lo tocaba.

Me ahogaba en sensaciones, pero quería más: más íntimo, más piel, sentir sus barba pinchándome el rostro y unirnos aún más; por suerte Jamie era bastante instintivo, ya que una de sus manos comenzó a tantear el borde  de mi pantalón corto, tiraban del resorte hacia abajo, pidiendo permiso.

-Maldición Jamie, hazlo de una vez –sus labios atacaron mi cuello mientras esa mano traviesa se hundía, frotando por encima de mis bragas- ¡Sí!

-Así, despacio... cielos, estás tan lista para mi...

-Sí, por favor.

-No podemos, preciosa –me miró fijamente- lo deseo tanto como tú, pero no podemos.

Tenía razón, nos estábamos excediendo demasiado pero no podía contenerme mientras atraía sus caderas a las mías, fue entonces cuando sus dedos se abrieron paso hasta la parte más íntima de mi cuerpo, tanteó un poco antes de hundir un dedo profundamente en mi cuerpo. Grité.

-Tranquila, déjame llevarte.

Y me estaba llevado, lejos y con rapidez, mis manos se aferraron con fuerza a sus brazos, pidiéndole que no se detuviera, el me miraba fijamente, estaba hundida entre las nubes grises y tempestuosas de sus ojos, el movía su dedo dentro y fuera de mí, con un rito decadente y enloquecedor, mis labios buscaron de nuevo los suyos y mi lengua se enredó con la suya mientras buscaba desesperadamente mi satisfacción.

Estaba soñando, volando alto, cuando su pulgar encontró mi pequeño botón de placer me arquee contra su cuerpo a punto, tan cerca...

-¡Dakota Mayi! ¿Estás ahí?

No, no, no, esto debía ser un sueño, una pesadilla cuando Jamie se separó en tres segundo de mí, dejándome expuesta, frustrada y humillada. Una vez más.

Pero el sonido de alguien tocando la puerta acompañado de aquella inconfundible voz, nos sacó a ambos de la burbuja donde estábamos.

¡Pop! Explotada en un segundo.

-¿Esa es...?

-Mi madre –me senté, jadeando- mierda, no puede verte aquí.

-Peor –me miró tirando de su cabello- no aseguré la puerta.

-Joder-me puse de pie de un salto, las rodillas aun me temblaban, caminaba con un cervatillo recién nacido- necesito mi ropa...

-Toma –me arrojo mi camisa mientras se ponía la suya a toda prisa- ¿Dónde me escondo?

-En el baño –lo empujé- ¡Rápido!

Justo cuando cerró detrás de él, escuché la puerta abrirse y cerrarse, Zeppelin recibió a mi madre ladrando alegremente y después los dos entraron a mi habitación, estaba a los pies de la cama, con aspecto de recién levantarse después de un buen polvo y con ojeras, mientras mi madre frente a mí, tenía el aspecto de siempre: pulcra, imponente e importante.

-Quería sorprenderte cielo –dejó un par de bolsas al lado y se acercó a mí, tomando mi rostro encendido en sus manos- pero Sam me dijo que hoy suspendieron grabaciones ya que no te encuentras bien, te ves acalorada, ¿tienes fiebre?

-Estoy bien mamá, un tanto agotada.

-No preguntaré porqué –sonrió y después de besarme en la frente, ambas nos sentamos en un pequeño sofá de la habitación- ¿no será por Matt?

-¿Qué dices? Claro que no.

-Me llamó hace unos días, para pedirme tu nuevo número –sonrió- tuve que dárselo.

Por eso el mensaje de ayer, yo tenía su número registrado pero olvidé que dos meses atrás había cambiado el número.

-No hablé con él, ni siquiera me ha dado señales de vida.

-Entonces estarás enferma –palpó mi frente- pero no tanto, he visto que tienes todo un banquete preparado en la mesa.

¡Jamie! Me había traído desayuno y todo.

-Sí, sobre eso...

-Me parece escuchar que no estás sola.

Apreté mis dientes mientras me giraba a ver a Jamie salir del baño con una amplia sonrisa y un aspecto no mejor que el mío, no parecía que había estado a punto de darme un orgasmo hace menos de tres minutos.

-¡Oh! Tú debes ser el famoso Jamie –se puso de pie y estiró su mano.

-Un placer conocerla, Melanie –le devolvió el saludo con una caballerosidad impresionante.

-Háblame de tu, Dak me ha dicho que se llevan muy bien, solo he venido a comprobarlo.

Jamie me miró, con una sonrisa que no conjuraba más que sucios secretos.

-Después de esta visita, no te quedará la menor duda.



Nota de la escritora:

Hola a todas las lectoras, siempre me hace mucha ilusión leer todos sus comentarios y ver que les gusta mi fic, en verdad que me motivan mucho, espero que estén disfrutando la historia tanto como yo lo hago al escribirla, ya deben saber que todo lo que pasa en mi fic es ficticio, los personajes existen y todo pero la historia es lo que me gusta pensar que, hubiera pasado si ellos se gustasen. Gracias a todas y cada una de ustedes por tomarse el tiempo de leer las locuras que salen de mi cabeza y esta semana actualizaré varios días porque tengo menos carga en la universidad y en mis tiempos libres les escribiré todo lo que pueda. Muchos besos y saludos a todas, me gusta ver que hay chicas aquí desde el primer capítulo y otras tantas nuevas, se los agradezco infinitamente. Y quiero pedir un favor: ¿Podrían recomendarme alguna buena historia aquí en Wattpad? Recién uso mi cuenta y estoy buscando que leer, no tiene que ser precisamente una fic Damie, solo recomiendenme alguna que les guste. Muchas gracias, disfruten el capítulo (¡Díganme que les pareció!) y nos leemos pronto.

You're mine |Jamie y Dakota| IWhere stories live. Discover now