Naruto: Historias variadas, historias cortas, One Shots y demás

El Regreso de Hound

Historia escrita por LinSetsu
Sinopsis: "Sasuke traicionó al pueblo para entrenar con Orochimaru, Naruto se fue a un viaje de entrenamiento con Jiraiya y Sakura continua su entrenamiento con Tsunade. ANBU exige el regreso del Agente Hound a las filas.

Kakashi se congeló en el momento en que sintió la punta de la espada contra su garganta. Podía sentir la frialdad que irradiaba la katana meticulosamente afilada a través de la astilla de un corte en la tela que cubría su cuello. Su mente entró en un frenesí de cálculos: el tiempo que le tomaría a su oponente arrastrar el arma por su cuello, la presión y la velocidad necesarias para cortar efectivamente la carne y la arteria, las posibilidades de su supervivencia si seguía la corriente, manteniendo algo de daño pero manteniéndolo con vida el tiempo suficiente para que pueda despachar al enemigo.

¿Enemigo?

Frunció el ceño lentamente, sin atreverse a parpadear, y ni siquiera tuvo que concentrarse en mantener su cuerpo quieto: agachado, con una mano apoyada en la tierra, la otra en el acto de enrollar un dedo alrededor del lazo. de un kunai, los músculos de sus piernas agrupados y listos para impulsarlo lejos del suelo, su Sharingan girando constantemente en su ojo izquierdo: el instinto apenas lo dejaba respirar.

"Me decepcionas, Hatake Kakashi. Esperaba más del infame Copy Ninja y antiguo Hound (Sabueso) de ANBU".

Kakashi se obligó a hablar, aunque sus alarmas mentales seguían chirriando sobre el arma que amenazaba su vida colocada contra su piel desnuda. No podía ver al bastardo que de alguna manera se las había arreglado para ponerse detrás de él, pero por el ángulo y la inclinación de la espada sabía que estaba de pie a la izquierda de Kakashi, con el cuerpo ligeramente girado.

Pero ya no necesitaba cálculos.

"Creo que lo hice bastante bien", respondió Kakashi en un tono ligero, "considerando, bueno, esto". Con cuidado, para no volcar la hoja, asintió muy levemente hacia el paisaje circundante.

Aproximadamente una docena de ANBU enmascarados estaban esparcidos por el campo de entrenamiento estéril de Arena 44 (fuera de los límites incluso para el Jounin estándar) en diversos estados de inmovilidad. Algunos estaban totalmente inconscientes, otros sufrían en las garras de una ilusión, y otros necesitarían ayuda médica para enderezar algunos huesos aquí y allá.

El propio Kakashi lucía un corte largo en los omóplatos y, aunque era poco profundo, podía sentir la sangre brotando de la herida y empapando su ropa rasgada. El sudor hizo que su cabello se le pegara a la cara a pesar del hitai-ate levantado, y tuvo que esforzarse para recuperar el control de su respiración entrecortada.

Hizo todo lo posible por ignorar su estado físico gravemente comprometedor.

"14 ANBU, ¿en qué, 15 minutos? No está mal, ¿eh?" murmuró.

Tanto Kakashi como el ANBU que estaba detrás de él sabían lo contrario. Y cuando el hecho se hundió más profundamente, Kakashi casi hizo una mueca, sin tener nada que ver con el dolor punzante en su espalda.

Porque además del ANBU que lo tenía a merced, quedaban al menos otra docena , mirando desde las ramas de los árboles o posados ​​en rocas, todos rodeando a Kakashi. Bueno, joder.

14 ANBU en 15 minutos? ¿A quién creía que estaba bromeando? Y la mayoría de estos, estaba seguro, eran niños ANBU novatos , de quienes dudaba que supieran la diferencia entre Jounin y ANBU. Realmente, la paz podría ser algo tan mortal como la guerra.

Kakashi era la prueba viviente de esa afirmación.

14 abajo en 15 minutos. Hace cinco años, habría superado el doble en el mismo período de tiempo. Hace siete años, habría habido el doble de cadáveres en la mitad de tiempo. Hace años... cuando todavía era parte de ANBU. La misma organización que ahora quería que él se reincorporara a sus filas.

"Ya no tienes estudiantes que cuidar", le habían dicho. Podía escuchar las voces silenciosas debajo de sus palabras, porque él mismo pensaba en eso todas las noches. Tus alumnos te abandonaron por profesores que sabían más que solo los conceptos básicos y las técnicas de asesinato. Como de todos modos no les enseñarías esto último, recurrieron a otros, lo que dice lo suficiente sobre el hecho de que no puedes hacer nada más que trabajar en las sombras.

En ANBU. Como el legendario Hound.

14 oponentes derribados en 15 minutos. Muy lejos de las habilidades del Sabueso, cuyo nombre aún se pronunciaba entre susurros como una leyenda por derecho propio. Una leyenda en las sombras, así como Yondaime y los Sannin eran leyendas en la luz.

Una leyenda que no aceptaría 14 en 15 minutos.

Maldijo en voz baja por lo bajo.

La hoja se retiró y Kakashi escuchó el suave clic cuando volvió a su vaina, pero no se movió. El grupo silencioso e inmóvil de ANBU reunidos se movió, y uno por uno, desaparecieron, llevándose consigo a sus camaradas caídos, hasta que solo quedaron Kakashi y el bastardo.

"Te esperamos, no, esperamos al Agente Hound , en la Sede mañana a las 0500 exactas".

Kakashi no respondió, sus ojos disparejos miraban un grupo de malezas moribundas a medio metro de distancia pero no las veía.

"Tuviste tu oportunidad de intentar vivir en el mundo exterior. Mira a dónde te llevó eso. ¿Dolor, culpa, arrepentimiento? Es hora de que regreses a donde perteneces y dejes de tratar de actuar como alguien que no eres".

Algo resonó en el suelo al lado de Kakashi mientras el ANBU desaparecía en una fina bocanada de humo. Kakashi enfocó lentamente sus ojos en el objeto, sabiendo muy bien lo que encontraría.

El rostro abstracto de un sabueso lo fulminó con la mirada. Las ásperas líneas pintadas en la máscara de porcelana eran familiares y extrañas al mismo tiempo. Se burló de él en silencio, provocándolo con palabras que resonaban en la parte posterior de su cabeza. Kakashi apretó los dientes y levantó un puño, apretándolo tan fuerte que lo sacudió. Con un gruñido de enfado, lo derribó, pero en lugar de romper la máscara, se clavó en la tierra seca junto a ella con un ruido sordo.

" Joder ". El único que merecía ser maldecido era él mismo.

Una tensión rígida invadió la sede de ANBU a las cinco en punto de la mañana siguiente. Los jóvenes novatos se congelaron en su lugar, inmóviles por la pura presión que emanaba de la figura solitaria que caminaba por el oscuro pasillo. Los miembros mayores sonrieron sombríamente detrás de sus máscaras, reconociendo la armadura gastada que llevaba el Hound, hablando de sus años de servicio en las sombras. No habló con nadie mientras se dirigía a la oficina del comandante, su postura engañosamente casual sin mostrar un momento de indefensión.

El aire se sentía helado.

Una leyenda había regresado.