Prologo

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El especial de Corazón de Bruja.

Hannah esperaba en el hotel que su jefe había convenido para la reunión. A su lado, el pergamino y la pluma que usaría si sus entrevistados se lo permitían, aunque, para su pesar, intuía que no lo harían. Tampoco sería necesario que tomase notas, cuando llegase a la redacción siempre podría dejar el recuerdo en el pensadero de la revista y revivir el momento tantas veces como fuesen necesarias.

Negar que estaba nerviosa sería mentir. En el bolsillo de su túnica, su mano, tensa, apretaba con fuerza su varita. Al fin y al cabo, seguía siendo una Hufflepuff y las cinco personas con las que iba a reunirse fueron los Slytherins más temidos de su año. Se sentía como si tuviese de nuevo once años en vez de los veinticuatro que había cumplido el mes anterior.

La puerta se abrió y ella se puso en pie rápidamente. Una mole de casi dos metros de alto y uno de ancho, con músculos que hacían tragar saliva, se asomó y ojeó el lugar antes de retirarse y permitir la entrada de aquellos a quienes esperaba.

La primera, sonriendo divertida, fue una mujer tan hermosa como elegante, de largas piernas delgadas, corto cabello negro y ojos oscuros que destacaban su piel blanca.

Un joven, alto y delgado, de cabello castaño y ojos azul verdoso la seguía, vestido con una elegante túnica verde oscuro.

Una pareja franqueó entonces la entrada. Ella era robusta y alta, no una belleza en el sentido clásico de la expresión, pero con encanto y exquisitamente vestida. Él, de cabello castaño claro, peinado a la última, ojos ambarinos y piel morena, del tono estereotipado que uno esperaría de un italiano. Unos segundos después, entró la figura que robó el aliento de la mujer.

Alto, cuerpo esbelto sin un gramo de grasa ni nada que desentonase en el conjunto de perfección que él era; vestido de negro y de la diseñadora revolución del mundo mágico, también compañera de colegio de Hannah, Lisa Turpin. Cabello platino caía sobre su cara cubriendo parte de su frente en un look despeinado que resaltaba más si cabe su hermoso pelo. Pestañas con máscara negra para dar mayor profundidad a sus ojos gris plata y la sonrisa condescendiente que solo perdía en el escenario.

Ellos eran The Silver Dragon, el grupo de música del momento en todo Europa y que acababan de regresar de su gira americana de presentación de su segundo álbum: Unreal Hero. Eran ricos, guapos y famosos. La mujer robusta se acercó a Hannah tendiéndole su mano.

- Señorita Abbott, lamentamos el retraso - sonrió cuando la periodista les indicó con un gesto que se sentasen en los sillones.- Como sabrá, soy Millicent Bulstrode, la manager del grupo, y me encargaré personalmente de vigilar que sus preguntas no incomoden a ninguno de los chicos.

- Por supuesto señorita Bulstrode. Vamos a sacar un especial de The Silver
Dragon y tengo una serie de preguntas para cada uno de ustedes así que, si les
parece bien, empezamos con la entrevista en conjunto y luego me centraré en cada uno de ustedes.

- Comience, por favor.- pidió amablemente el bajista, Theodore Nott.

[...]

-No me puedo creer que estés leyendo esa basura.- la voz de Harry provocó que Ginny levantase la vista de su revista.

- Oh, Harry, callate y déjame tranquila.- replicó la pelirroja sacándole la lengua.

- En serio Ginny, después de todas las mentiras que ha publicado, ¿cómo puedes leer Corazón de Bruja?

-No estoy leyendo Corazón de Bruja porque sea Corazón de Bruja.- espetó ella con el ceño fruncido y una ligera mueca impaciente en su hermoso rostro. - Estoy leyendo el especial que viene con el ejemplar de esta semana.

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