1. Love will get you there.

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Nuevos caminos era lo que necesitaba el adulto Gojo y había encontrado la forma en delimitar un poco su vida y sentirse cómo un adulto que tenía una parte de ella arreglada. Aunque tenía el dinero, la casa que había comprado Gojo era de un estilo antiguo japonés pero remodelada de un modo en el que los detalles de esta permanecieron ahí. Un espacio meramente suyo, alejado de toda la inmundicia y en medio del bosque donde pudiese descansar del ruido visual, la gente y a veces, de él mismo. 

Había vivido solo la mayor parte del tiempo pero quería una casa un poco más habilitada a sus tiempos aunque no pasara la mayoría de ellos en su hogar.  Quería un lugar dónde relajarse y ser el mismo, dónde quitarse las vendas un raro y continuar al día siguiente aunque sabía y en el fondo de su corazón lo admitía, que no sería así por mucho. 

Inspeccionó todo absolutamente para darse una vuelta en lo que se acostumbraba al nuevo ambiente. Todo era tan increíblemente diferente pero los cambios después de años estaban bien. La escuela de hechicería seguía de la misma manera esperando un real cambio después de todas las tensiones que en cualquier momento explotarían. A nadie le convenía hacer lo que Gojo no quisiera y nadie desatendía ese tipo de cuestiones. No era ético ni posible y por lo tanto podría disfrutar de algunos tiempos libres. 

El silencio en la casa reinaba y era increíblemente tranquilizador. Gojo encontró una silla perfecta hacia el jardín y se dejó llevar por el viento que hacía una corriente tranquilizadora. las hojas de los arboles caían despacio y el cielo estaba despejado, lo suficiente para que el sol no quemara. Decidió recostarse y descansar un rato la vista, durmiendo casi de inmediato. 

No fue hasta que sintió una intranquilidad que parecía realidad. Estaba con sus ropas de preparatoria cuando era un simple estudiante y tenía un cigarro en su mano. Jamás en la vida había fumado pero sabía que cuando eso pasaba, era por que estaba deteniendo los cigarrillos de su mejor amigo; este estaba casi consumido, quemando el dedo índice de inmediato. Giró a su alrededor y no encontró absolutamente nada más que un silencio que dolía. No había nadie a su alrededor y en su muñeca guardaba una de las ligas del cabello de Suguru.  Tiró el cigarro intentando ver más detalles para averiguar dónde estaba. 

Satoru llevaba sus gafas puestas, sólo así fue que río internamente porque ya no las usaba y aquello le había recordado ciertos momentos con ese articulo. 

Estaba extrañado, confundido y solo. Si era un sueño trataría de despertar pero su mente jamás le había llevado a un lugar así de desolado, se sentía casi como aquel día en dónde perdió la otra mitad de la que se había adueñado, proclamándola como suya. 

¿Todo eso era verdad? No.

Porque Suguru tenía 28 años. 

Y había perdido a su mejor amigo y amante hace años. 

Entonces nada de aquello era real. Porque el Satoru actual tenía 28 años, era maestro y Suguru había muerto. ¿Entonces porqué se sentía así? Cómo si pudiera hacer algo al respecto con el dolor o tuviera la consciencia de que aquella no era su edad ni el sitio al que pertenecia actualmente. 

Satoru se pellizcó. Nada parecía llevarlo a su realidad y si se trataba de algún tipo de maldición, no podía hacer nada para salir de ahí así que espero a que dejara de suceder. Fueron minutos interminables dónde no podía hacer nada más que caminar, tratando de encontrar pistas. 

Nada. 

No fue hasta después de minutos que pasaron como eras que se levantó asustado con la ropa empapada en sudor y la venda tirada. No sabía si se había forzado a despertar pero jamás en toda su vida había tenido sueños tan vividos, su mente era controlada perfectamente que nada de eso funcionaba en él. 

Estaba asustado. Tanto que esa noche ni siquiera pudo dormir pensando en qué era todo eso y porqué había sucedido. 

If you're gonna break my heart.Where stories live. Discover now