Amor Del Mar

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Había una vez un joven llamado Alejandro que vivía en la costa de una pequeña ciudad costera. Alejandro era un apasionado del mar y a menudo pasaba horas explorando las playas cercanas y buceando en busca de vida marina.

Un día, mientras nadaba, vio algo que lo dejó sin aliento. Un tritón, mitad hombre y mitad pez, emergió del agua y se quedó mirando a Alejandro con curiosidad.

Alejandro estaba asombrado y sin palabras ante la presencia de la belleza de aquella criatura mitológica que solo había visto en cuentos de hadas.

Los días siguientes, Alejandro se acercaba a la playa con la esperanza de volver a ver al tritón. Y finalmente, una tarde soleada, lo encontró nuevamente en una playa aislada.

Esta vez, el tritón no parecía asustado y Alejandro se acercó con cautela. Pronto, comenzaron a hablar y descubrieron que tenían mucho en común.

Alejandro descubrió que el tritón, llamado Arian, podía hablar y entendía el español, ya que había aprendido a hablar mientras observaba a los humanos.

Con el tiempo, Arian y Alejandro se convirtieron en amigos cercanos. Arian le enseñó a Alejandro cosas sorprendentes sobre el mundo del océano, y Alejandro le mostró a Arian la belleza de la vida humana.

Sin embargo, ambos comenzaron a sentir algo más profundo por el otro, algo que nunca habían sentido antes.

Después de luchar con sus sentimientos durante un tiempo, finalmente se dieron cuenta de que estaban perdidamente enamorados.

A pesar de las dificultades que enfrentaron por ser de diferentes especies y mundos, Alejandro y Arian se mantuvieron fuertes y lucharon por su amor.

Arian, siendo un tritón, no podía vivir en tierra, pero con la ayuda de Alejandro, construyó una casa bajo el mar donde ambos podían vivir juntos.

Con el tiempo, aprendieron a combinar lo mejor de ambos mundos y construyeron una vida feliz juntos.

Ahora, después de varios años juntos, Alejandro y Arian son una pareja feliz. Viven juntos en su hogar submarino, disfrutando de la belleza y la tranquilidad del océano y la compañía el uno del otro.

Aunque al principio la gente se sorprendió por su amor, finalmente aprendieron a aceptarlo y apreciar su único e inusual amor.

Alejandro y Arian han demostrado que el amor verdadero no tiene fronteras y que el amor puede encontrarse en los lugares más inesperados.

FIN

FIN

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