Final

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En nuestra fecha de cumpleaños o el sitio que hacía como tal, lo celebramos en mi casa. Lissa y Mika se habían venido a vivir conmigo, la habitación de nuestro hijo fue decorada a su gusto y Nikolái me ayudó con algunos detalles.

Después de varios meses de lucha y constancia, hace dos días tuvo su última cita y hoy podíamos festejar doble. Aproveché el día en que nos dijeron el cáncer era parte del pasado para pedirle oficialmente ser mi esposa. No había una fecha, ella quería esperar que su hermana diera a luz y estuviera allí para ayudarle.

Con la firma de los documentos renunciando a todo vínculo con Ava, le dije adiós a esa parte de mi vida. Ella y los Callaghan se radicaron en Edimburgo, gracias a Jaz y su vínculo con Gabriela y Thomas Mackay sé de ella. Se ha adoptado a la ciudad y tiene amigos, está en ayuda psiquiátrica.

Es feliz y es lo que cuenta.

Su tío y yo, decidimos lo mejor era mantenerme alejado. Jones Callaghan no levantó la orden hacia mí, me imagino, es su forma de lograr que cumpliera. No era necesario, entendí que debía escoger entre mi familia y Ava.

Escogería a Lissa y a Mika, por encima de cualquiera, hasta de mi vida.

—No me gusta —comenta Stan viendo a las chicas charlar amenas alrededor de la piscina —demasiadas sonrisas en una sola charla.

—¿Celos Borch? —Angelo sonríe estirando sus piernas —Anker está con ellas, nos dirá lo que planean. Es un alivio que para ellas no aplique aún para hombre y lo consideren un niño.

—¿Niño? Yo a esa edad había tenido mi primera experiencia sexual —se mofa Nikolái —Stan tiene razón, nada bueno resultará de esas cuatro en plenaria.

Alexandra O'hurn se unió al grupo desde lo de Mika, logrando lo que hasta ese instante no creímos posible. Unir a las cuatro mujeres y en adelante, no cesaron las reuniones, salidas a spa, salón, que estresaban a Stan y divertían a los demás.

A Noah le gustaba que su mujer hiciera amistad, a Angelo que Sasha se distrajera y dejara de pensar en matrimonio por la iglesia. Alexandra O'hurn se negaba a casarse delante un juez y exigía que fuera por la iglesia. Angelo había decidido no hacerlo y no teníamos idea de sus motivos.

En cuanto a mí, era un alivio ver a Lissa feliz y rodeada de personas queridas. Con su hermana en el quinto de embarazo eran pocas las salidas que podían hacer que no fueran comprar cosas para el bebé.

—¿Por qué no casarte? —Angelo deja a medio camino la copa y frunce sus cejas, viéndome, enfadado —¿Qué más da? Noah es tan o más ateo que tú y se casó.

—No era un sacerdote real —confiesa el mencionado —era un juez que aceptó usar sotana para la ocasión. —finaliza entre risas.

—Jaz lo sabe, por si se te ocurre ser soplón —gruñe Stan. —¿Por qué no llamas a Anker?

—Lo hará cuando tenga toda la información, confía en mí —le hace un guiño y retoma la bebida —de todas maneras, puedo deducir que soy el protagonista.

La pequeña Adara se incorpora y avanza hacia su padre arrastrando una muñeca de trapo. Al parecer, se ha aburrido de jugar con Terek que la imita y avanza hacia su abuelo. Su cabello adquiere un tinte rojizo cuando el sol la cubre y sus ojos brillan al ver a su padre abrirle los abrazos.

Bampás̽ —menciona en un griego que ya da muestras de perfección y la sonrisa de su padre aumenta llena de orgullo.

—Eso es cariño, soy tu padre —dice alzándola en brazos ocasionando ella sonría y su prometida lo mire desde el extremo de la piscina con enfado.

Akim (Saga Angeles  y Demonios #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora