Amo tus besos... ¿Lo sabes?
Amo tus ojos... ¿Lo sabes?
Amo tu carita redonda... ¿Lo sabes?
Olvida todo lo anterior, fue escrito hace un tiempo, más antiguo que esto que estás leyendo.
Ya no me gusta nada de eso, tampoco lo logro recordar, ¿Voy por buen camino, no?
Por buen camino va mi alma si no logro recordar ninguna sensación tuya o que llegaste a provocar.
Es algo patético todo esto, terminaste convirtiéndote en un anillo que decidí sacar de mi dedo.
No te odio, talvez creas que te ruego porque te quiero... Pero es todo lo contrario.
Fuiste más como una acción que una sensación. ¿Malo, no?
¿Recuerdas tus alas? ¿Recuerdas como las describí?
Tal vez ya no logro verlas, tal vez nunca existieron. Hay muchas cosas inexistentes últimamente. ¿No lo crees?
Ya no hay dolor, ni angustia, creo que eso me generabas, ya no hay disculpa ni lamentos, tampoco hay lágrimas, de muchas cosas pude deshacerme.
No quería hacer esto pero así como se cierran un libro terminado yo cerraré y quemaré este. No sé cómo empezar con esto porque aún me siento mal. Recuerdo poner empeño y mi tiempo en escribir para tí, estar para tí pero ya no. Solía definir lo "nuestro" como un "te amo tanto que siento mi corazón salir por la boca" ahora sale por mi boca del dolor que creaste el cual me impide respirar y me da dolor en el esternón... Esto ya no se trata de tí, se trata de tú egoísmo. Fuimos forjados con diferentes materiales pero con las mismas capacidades de empatizar... Sin embargo cada quien decide si las usa o no. Odio muchas cosas que hiciste y me lastimaron, soy incapaz de creer que merezco el amor o al menos un amor sano, dijiste que no me odias pero aquí estamos. No seré del todo grosero, tengo sensibilidad, sólo te hago saber cómo me hiciste sentir.
El día que todo acabó... Fue por mi ataque de ansiedad, en el cual llamaste y no dijiste absolutamente nada, tuve que colgar y disculparme para que respondieras, te dije que me había lastimado y te dije que no quería tu ayuda, porque sabía que te daría poder, poder que sólo yo quiero tener sobre mí, dejaste en azul mi mensaje y por la tarde dijiste "cómo estás, amor?" No tendría por qué pedir perdón por lo que siento, en lo absoluto... Porque no soy un fenómeno, soy un ser humano.
Me hacías sentir tanto que la mayoría no lo pude diferenciar... Ahora sé que no eran cosas buenas, era tristeza y miedo porque eras tan complicada como un laberinto, como un cubo Rubik, cómo la receta para la felicidad, tal vez no complicada pero si imposible.
Odio que me mires, con esos ojos lamentables porque estoy roto, quebrado, agrietado, echo trizas, polvo, soy sólo las ruinas de lo que llegué a ser.
