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Sentada, sola, fumando un cigarro que me ayude a evadir esta realidad tan mala.
¿Dónde estás?, que tonta me debo escuchar al decir eso, pero...es estúpido que me diga mentiras y no confiese que te extraño o te amo lo suficiente para sentir en este punto, que mi vida se vino al piso.
Fuimos torpes para bailar y manejar el fuego que creaba nuestro apasionado amor. Resulto ser el fuego más grande que nosotros mismos, de hecho, terminó matando toda la belleza que habíamos construido. Solo quedaron unas cenizas azules, donde se podía sentir el dolor, tristeza y frustración, porque nuestro hermoso girasol y tulipán estaban hechos polvo.
Nunca pensé que la frase, "donde fuego hubo, cenizas quedan", tuviera tanto sentido para mi ahora.
Es verdad, disfrute de un vals con un fuego abrasador, que nos envolvía fuertemente, al punto que le dimos vida a un amor que parecía ejemplar, único, perfecto...interminable.
Teníamos unas flores hermosas, que hicimos florecer y crecer. Se veían tan fuertes que parecían imperecederas, se veían...preciosas. Pero cometimos un error antes de bailar nuestra última canción y asesinar sin ninguna piedad nuestra mejor creación de amor.
En nuestro estrecho camino, vimos pasar mil cosas, abejas que ayudaron a nuestras flores a crecer, mala hierba que querían extinguirlas, vimos tormentas que arrancaron varios de sus pétalos y días calurosos abrumadores que casi las dejan totalmente sin vida.
Nuestras flores de amor lograron llegar muy lejos a pesar de las complicaciones que llegamos a tener en su cuidado. Pero no le dimos importancia a las hojas secas que la rodeaban. Esas hojas fueron nuestro fin. Algunas de esas hojas fueron obra nuestra, otras fueron puestas por cercanos de nosotros, para que cuando nuestro fuego estuviese cerca, simplemente se extinguiera lentamente derramando dolor en cada parte que se convertía en ceniza.
Confiaba en ti...te amaba, te amo.
Sabiendo en el fondo que nuestras flores corrían el riesgo de padecer un final tan desgarrador como el que vivió.
Lo recuerdo muy bien. Veía en tus bellos ojos castaños el cansancio, la molestia, la ira y el enojo. Sabía que esa sería la última vez que te vería, sabía que sería la última vez que esas flores tendrían vida...sabía que sería nuestra última chispa juntos.
Recuerdo sentir un vacío y dolor pujante, porque no quería perderte. No quería que esta historia quedara simplemente como un recuerdo. Aunque todavía no deseo ese final.
No pude salvarnos, tal vez porque en ese momento la única que quería salvar nuestras flores...era yo.
Recuerdo como si fuera ayer tus labios diciendo "te amo, pero no puedo", porque después de haberme dicho eso, prendiste un papel con fuego. Me recuerdo suplicando por tu dolorosa decisión, no podía pensar que aquello que más amaba, era el mismo quien estaba matando y acabando todo...
pero al final lo hiciste.
Las flores ardieron en llamas, las hojas secas ayudaron a incendiar todo, ayudaron a que no pudiera salvarlo todo, salvarnos...salvarme. Ese día mi corazón murió con esas flores, pero el dolor y lágrimas que deje en las cenizas, también plasmaron el amor infinito que le tengo a lo que alguna vez fue nuestro y a lo que quisiera que volviera a serlo.
No te he vuelto a encontrar amado mío, no te volví a ver, no volviste a mí. Tal vez algún día volverás solo para mirar primero las cenizas que tú mismo causaste, porque ese fuego quemó mi corazón hasta extinguirlo completamente.
Me doy cuenta que soltarte no es fácil y tal vez sin darme cuenta, tenga un hilo amarrado en mi espalda tan fino y ligero, que me une fuertemente a tu pecho, Y nunca podre solarte, dejarte de amar, en general olvidarte. Ese hilo me hace mirar nuestras fotos y preguntarme mil veces, el ¿por qué carajos paso esto?, ¿por qué me...dejaste sola?, ¿había otra flor...con alguien más?
Que difícil es entender, que el pasado nos trajo hasta donde estamos, donde las cenizas plasmadas con sentimientos que ardieron, aún tienen efecto en nosotros. Que ahora nos cause nostalgia no haber podido crear un jardín juntos.
Se que me amabas...me amas tanto como yo aunlo hago. Se que me extrañas tanto, como yo inconscientemente lo sigo haciendo.Se que sufres mucho por mi... y lo siento. No deseo que sufras y vivas llorandolas cenizas que llevo llorando día y noche. No deseo que te odies por ladecisión que tomaste para salvarte a ti mismo.
No amado mío. No deseo que sufras.
Admito que extraño abrazarte todavía, que extraño tu esencia y tu cabello, que me encantan tus ojos y tu extraño sentido del humor. Porque me causaba felicidad verte. Me aliviaría verte otra vez, pero la culpa aún me persigue. Me persigue el pasado de pensar que pude darte más de lo que te di, que no fui suficiente para lo que querías y....por eso te fuiste.
No deseo que te alejes de mí. Pero sé que me quedaré llorando nuestras cenizas una vez más, por días, meses, años y tal vez...toda la vida. Eres mi corazón, desde ese último día en que el fuego ardió, una gran parte de mi corazón se fue contigo, se extinguió en las llamas y quedó votado en aquellas cenizas que ahora lloramos.
Pero sigo viva amado mío, no morí. Sigo aquí contigo.
Quiero cuidarte. Así sea a la distancia. Me prometí nunca dejarte solo. Y no puedo hacerlo. Significas más de lo que imaginas para mí. Eres más valioso de lo crees en mi vida. Y siento más cosas de las que tú mismo piensas.
Y ¿sabes?, no deseo que desaparezcas.
No deseo que te vayas...que te extingas. Que te pierdas una vez más. Amare las cenizas que alguna vez fueron flores preciosas. Yo nunca te olvidaría y no tengo pensado hacerlo. Así que me veras ahí, así sea amando a alguien diferente o mejor...que yo
Te amo mi querida ceniza y lo hare... hasta la muerte.
