El último atardecer || Loki Laufeyson

Capítulo 19: Asgard

El verano había pasado demasiado deprisa. Cuando quise darme cuenta, septiembre y su calidez otoñal ya abrazaban Nueva York. Y a mí me quedaban 246 días de vida por delante.

Mi hermana Morgan ya había empezado su nuevo curso. Mi padre trabajaba más profundamente en sus inventos y cada héroe estaba a lo suyo. Wanda y Pietro decidieron ir a Sokovia para seguir con los avances tras el antiguo desastre de hacía ya años. Optaron por llevarse a Dennis, así que tampoco lo tengo a él. Los demás iban por libres también.

Y los dioses estaban a punto de irse.

Sí, correcto. Se van.

Hace un mes que Thor decidió casarse con su novia Jane. Ella aceptó encantada y celebrarán todo en Asgard con intención de quedarse allí a vivir. Y si se iba Thor, Loki lo seguía. Realmente, él tenía pocos motivos para quedarse aquí. Y yo no era un motivo muy llamativo. Solo quedaba despedirse con una pequeña celebración y esperar a que la boda se celebrara antes de mi muerte.

•••

—¿Se puede? —Loki Laufeyson llamó a la puerta del laboratorio y Tony Stark lo miró con sorpresa—. Stark, necesito hablar contigo.

Tony miró un instante a Bruce.

—Dame un segundo —le dijo a su compañero de investigación. Se quitó las gafas y el resto del equipamiento para salir al pasillo con el dios—. ¿Qué quieres, cuernitos?

—Llevar a Harley a Asgard —dijo sin tartamudear.

—No —negó el padre rotundamente.

—Escucha antes mi excusa. No la quiero secuestrar.

—No quiero oír nada. Lárgate.

—Se lo prometí —insistió—. Le prometí que la llevaría a la biblioteca del palacio de Asgard alguna vez. Que le enseñaría a tocar el piano y a montar a caballo. Quiero ayudarla a cumplir sus deseos. Stark, déjame hacerlo.

Él se mostró serio por unos minutos. Los ojos azules del dios rogaban y rogaban.

—Lo pensaré. Ya veremos, Laufeyson.

—Bien —contestó, y se dio media vuelta para desaparecer.

•••

—¿Harley? —mi padre me pilló saliendo de mi cuarto vestida con ropa de salir y no un viejo pijama—. ¿A dónde vas?

—A casa de Peter. Quería enseñarme su nueva adquisición de legos. Llegó tarde. ¿Te pasa algo?

—Yo... Puede esperar. Diviértete.

—¡Vale! ¡Nos vemos!