09 ;; ❦

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Más comentan más actualizo 👀

A Jungkook no había nada que le gustara más que vestir a su hijo menor, le ayudaba a bañarse con paciencia entre quejas avergonzadas, teniendo mucho cuidado y trato especial con ese cabello blanco brillante y su piel tan suave, ojitos rojos que aveces se enfadaban y él, aunque lo evitara, reaccionaba como un humano naturalmente, una sonrisa que si alguien lo viera se extrañaría mucho, pero valía totalmente la pena con ese pequeño chico acompañándole con pequeños dientes y finos labios. A la hora de elegir un atuendo era fácil, cada conjunto en negro le quedaba bien, incluso solo por esa ocasión podía decir que se veía lindo con esa remera de rayas blancas y negras, con un short negro y sus medias de arañitas, su cabello pálido estaba bien peinado y sus ojos adormilados de seguro lograría lo imposible, derretir esos viejos corazones secos de la familia.

-bajemos por comida yoonie -y gracias a esos meses de estadía comenzaba a ver frutos de su pequeña semillita venenosa, yoongi comenzaba a encontrar su lugar seguro con ellos y ya era común verlo actuar más tiernamente, siempre relajado y si bien habían quejas, se podría decir que el cariño se estaba haciendo mutuo, lo sabía al ver cómo con total confianza dormitaba sobre su hombro sin importarle donde iba.

Lo que daría por haber conocido antes a su bolita de nieve, evitarle tantas noches frías y solitarias, altercados y situaciones peligrosas por las que pasó y con confianza les confesó. Pero su mayor enemigo llamado tiempo no le daría la oportunidad de ir al pasado, por lo que se había asegurado de que un buen presente y un magnífico futuro enterrara lo demás, no importaba si debía perder su lugar especial en el infierno, o si debía afrontar la tortura de vestir algo blanco; su familia siempre estaría primero.

-Niños ¿Ya están listos? -bajó las empinadas escaleras a pasos cortos y en el gran recibidor vió a sus hijos jugar muy entretenidos, sus mejizos tan traviesos nunca descansaban y encontraban en el mínimo lugar algo entretenido por hacer.

-¿Podemos jugar un poco más? La máquina apenas se está calentando -Yeonjun resaltó con más insistencia un puchero en sus labios, mientras su hermana le acompañaba con quejas; quien casualmente estaba totalmente sujeta a una silla, brazos y piernas inmóviles, con un extraño objeto metálico a su cabeza que se conectaba a un medidor de voltaje que con tantas ansias su hijo mayor parecía querer poner en marcha.

Sus niños no importa que edad tuvieran, siempre se entretenían con esa vieja silla eléctrica.

-Llegaremos tarde para recibir a los invitados, es la fiesta de yoonie - recibió más ojitos tristes y no pudo con ellos, comenzaba a preguntarse si tener a yoonie en su vida le había cambiado de cierta forma, si sus instintos humanos habían despertado un poco ante esa pobre criatura que toda su vida estuvo sola, abandonada y con malas influencias. Ojalá no fuera así, porque sería un dramático llorón y antes prefería rezar dos veces, a qué eso sucediera -Está bien, en 10 los quiero en el patio -

Se adentró en la cocina en busca de un refrigerio para el menor, no fue raro encontrarse con su esposo tan efusivo y emocionado, no había otra persona con esa actitud más que él, incluso se había metido en cada mínimo detalle de la organización, se podía ver por como estaba con decoraciones en una mano y con la otra probaba los distintos platillos que seokjin preparaba con mucho entusiasmo, las cosas parecían marchar de maravilla para la presentación de su hijo pequeño. Al salir al patio pudo ver cómo las personas comenzaban a llegar, altos, bajos, pelados y peludos, las personas no temian en mostrarse como son y era de esperar porque nunca serían juzgados.

-Las personas que están llegando son muy graciosas -solo sonríe y no deja de admirar a las personas conversar de cualquier cosa sin prestar atención mínima a cosas tan banales como la apariencia física de los demás, ¿Cómo podrían ser ellos los "monstruos"?

-Son únicas cariño, al igual que tu, solo que los humanos odian y temen a las cosas únicas -esos ojitos rojos lo miran todavía con un poco de tristeza, sanar el pasado era difícil y aprender a aceptarse era un proceso lento por el que estaba pasando con ayuda de su nueva familia.

-¡Pero mira esa carita! Parece cadáver listo para un entierro -una joven se acerca a grandes pasos, era pálida y tenía el cabello oscuro, largas uñas y un maquillaje extravagante con tonos neutros, su vestimenta parecía de invierno mientras una gran máquina lanzando ráfagas de frío la seguía.

Se pronto más y más personas los rodearon, hombres con barbas largas, niños que con sus palabras llegaban a asustarlo, los incontables apodos escalofriantes que le dieron, y a pesar de que todavía no lograba acostumbrarse del todo a su forma de hablar, sabía que todo eran en buenas intenciones...a su manera. Su yo del pasado, tan básico e idiota los abría juzgado, sin saber que ellos eran los primeros en ayudarle y amarle como se merecía, su lugar seguro en un lugar tan fuera de lugar, tan extraño, tan único.

Una gran fiesta de bienvenida, no solo a la familia, sino a sus secos e inusuales corazones.

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Holi

Tkm <3 bai 🌱

‧ੈ๑↷𝔟 𝔞 𝔟 𝔶  𝔣 𝔯 𝔢 𝔞 𝔨 ;; ❦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora