I

322 51 23
                                    

El ruido le rodeaba.

Desde las calles repletas de sonidos, desde el motor de los autos, hasta los transeúntes que cruzaban por la acera.

El mundo estaba repleto de ruido y ella lo amaba.

Mientras que acomodaba el maletín en su hombro, no pudo evitar que sus labios se apretaran en una línea recta, estaba nerviosa por el encuentro que tendría.

Una nueva oportunidad de trabajo le esperaba a la vuelta de la esquina.

Vestida con sus mejores ropas y con una detallada referencia guardada en su maletín, creyó que se encontraba lo suficientemente preparada para lo que vendría.

Le resultaba curioso que alguien tan importante como el señor Kurokawa le pidiera reunirse en un parque local en lugar de una elegante oficina en la que usualmente se hacían esa clase de eventos.

Pero cuando llegó al lugar lo entendió a la perfección.

En el parque de juegos, las risas de los niños podían ser escuchadas.

Un grupo de 20 niños jugaba a los alrededores, había adultos que se encargaban de supervisarlos.

Todos parecían felices.

Su atención se centró en el hombre de cabello blanco que se acercaba a ella, una sonrisa cálida se alzaba por sus labios y un ligero saludo con su mano.

- Buenas tardes.- Saludó el peliblanco.

- Buenas tardes.- Contestó la mujer, mostrando una sonrisa, ocultando los nervios.

- Lamento tener que citarla aquí.- Dijo el hombre.- Hubo un pequeño contratiempo en los horarios y no podía cancelar los planes con los niños.

La sinceridad en su voz era notoria, la (c/c) solo pudo negar con su cabeza ante la disculpa del moreno.

- No tiene que preocuparse señor Kurokawa.- Volteó para apreciar a los niños que se divertían jugando.- Veo que todos aquí están felices.

Izana asintió.

- Tratamos de que los niños puedan tener un día de recreación cada cierto tiempo.- Inmediatamente el de ojos amatista recordó por qué estaban ahí en primer lugar.- Oh cierto, pero no estamos para hablar sobre eso, mi error.- Con un gesto de mano, el hombre animó a la mujer para que ella le siguiera.- Vamos a sentarnos.

Ambos fueron hasta una de las mesas de picnic vacías, apenas tomaron asiento, la (c/c) no tardó en sacar una carpeta del maletín y entregarla al peliblanco.

- Estoy segura de que puede encontrar todo lo que necesite saber, señor Kurokawa.

Echando un vistazo a los folios que tenía en mano, el peliblanco asintió mientras que continuaba leyendo.

- Veo que llegaste preparada.- Curioso, los ojos amatista se alzaron del papel para encontrarse con los (c/o).

- Por supuesto señor.

- No hay necesidad de hablar con tanta formalidad, puedes tutearme si te parece bien, claro.

- Mi mismo podría decir de ti.

A él parecía gustarle la respuesta, también mostró una expresión satisfecha.

- Me gustaría hablar más de tí.- Dejando de lado los papeles, Izana juntó sus manos y las posó sobre la mesa de madera.- ¿Por qué quieres trabajar con nosostros?

El contacto visual con esos orbes amatista hicieron que la chica volviera a sentir nerviosismo. Si estómago se revolvió un poco con incomodidad, pero no permitió que fuese notorio en su semblante.

Lamiendo discretamente sus labios secos, se dispso a comenzar a hablar.

- He trabajado antes con personas con discapacidad auditiva, tengo experiencia enseñando y traduciendo con adultos mayores y jóvenes.- Tomó una pausa para pensar como continuar.- Pero esta sería la primera vez en la que trabajo con niños.

Izana mostró interés entre la declaración.

- ¿Por qué el cambio tan repentino?

- Escuché de su grupo por las noticias.- De tan solo recordar el día en que se enteró de aquella organización humanitaria, su corazón dió un vuelco que terminó siendo reflejado en una cálida sonrisa.- Es una labor muy noble la que usted y sus compañeros hacen, señor Kurokawa, quisiera poder ser parte de ella.

De repente un par de niñas de se acercaron a la mesa, con una sonrisa de oreja a oreja, una de ellas, mostrando en sus palmas abiertas algunas flores que había recogido.

- Onii-San, mira.- Dijo una.

- Se ven como tus ojos.- Señaló la otra.

Él las sostuvo en sus manos, sonriendo con cariño.

- Que lindos, muchas gracias.- Ambas niñas rieron y volvieron a su lugar, corriendo de regreso a los juegos. Tras esa pequeña interrupción, ella volvió a centrarse en la mujer (c/c) frente a él.- Entiendo a qué te refieres.- Miró a las Flores en su mano.- Esto es algo de todos los días ¿Estarías dispuesta a prestar tu tiempo en este lugar?

Enérgicamente, ella asintió con una gran sonrisa.

- Por supuesto que sí, lo haré.

El joven hombre le extendió la mano vacía, sorprendiendo un poco a la mujer.

- Bienvenida a Tenjiku, señorita [__].

- Hubo pixel de Muto, no pude resistirme

- Culpo a todos los que estuvieron alentando a mis ideas absurdas
SABEN QUE SOY UN PENSADOR DE IDEAS ADICTO EN RECUPERACIÓN 😭

- En este momento el resto de mis libros sin terminar me están juzgan por pasar tanto tiempo pensando en otros JAJAJAJAJAJAJA

- En fin, espero que les guste

Muchas gracias por leer, Ciao!

Heartbeat [Yasuhiro Muto x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora