Día 5

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Camino Ninja / Mundo Alterno

Provenir de una de las familias más renombradas en el siglo XVII, tiene sus privilegios pero en el mismo paquete vienen incluidos los deberes. Una de las más importantes es "Conservar un alto estatus económico y que el apellido no pase al olvidó".

- Tú no lo amas. - expulsó la rubia dando comienzo a una discusión.

- ¿Acaso tú llegaste a amar a tu esposo? - contrataco la casataña poniéndose el collar de perlas.

- No estamos hablando de mí. Sino de tu felicidad.

- Con él tengo mi felicidad asegurada. - dándose la vuelta para quedar enfrente de su amiga.

- Deja de engañarte ¿No ves que te lastimas con esa idea? - la tomo de las manos.

- Así cómo yo acepte tu matrimonio, te pido que hagas lo mismo. - se alejó de la rubia para que no la viera derramar sus lágrimas.

- Ni tu, ni Neji se merecen esto. - sentenció la rubia.

- Ino, te pido de la forma más amable que te retires de mi habitación.

- Yo no tuve elección. Soy hija única, tenía que casarme para salvar el prestigio de los Yamanaka. - abrió la puerta. - Pero te entiendo. Si me encontrará en la misma situación que tú, haría lo mismo.

Le regaló una última sonrisa antes de cerrar la puerta y volver a ser la mujer fría frente a la sociedad, incluyendo a su esposo. Ino solo demostraba su verdadera personalidad con la familia Rock y su hijo, Inojin.

- Ino, ¿mi hermana?

- Se está colocando los últimos detalles. Ya sabes, cosas de mujeres. - respondió mientras tomaba a su hijo de 4 años en brazos.

- Perfecto, porque ya está el carruaje esperando - dijo acomodándose el moño. - ¿Deidara Kamiruzu te viene a buscar? Si no te podemos llevar en el carruaje familiar.

- No te preocupes Lee. Él vendrá en un rato. - agradeció mientras se le dibujo una línea al costado.

(...)

Las campanas resonaron por toda la capital avisando que dos personas se profesaron amor frente a Dios para unir sus vidas y volverlas una sola.

- ¡Que vivan los novios! - gritó alegre la menor de la familia Hyūga, mientras Lee y Naruto aplaudían y chiflaban de la alegría.

- Mi niña. - tomó a su hija de la mano para alejarla de su, ahora, esposo. - Yo sabía que tenía una hija brillante, ahora no solo eres la envidia de Konoha - la abrazo para susurrarle en el oído - sino que también eres la dueña de la fortuna de los Hyūga.

- Madre, porfavor. - se separó del abrazo. - Yo adoro a Neji por lo que es, no por su dinero.

- Cómo tú digas mi niña. Solo espero que seas muy inteligente y lo mantengas a tu lado, ahora si me disculpas, tengo que felicitar a mi yerno. - sonrió con sorna para luego marcharse.

Cómo odiaba a su madre, jamás olvidaría que la manipuló para que se casará, con el pretexto de que terminaría con la vida de su padre enfermo, si le confesaba que su única hija prefería vestirse de monja que darle nietos.

- Señorita. - la llamo su esposo, tomándole las manos para que dejará de ver al nada y que se centrará en él. - ¿Se encuentra bien?

- Sí, solo estoy un poco cansada. Y te pido que dejes de ser tan formal conmigo, ahora soy tu esposa. - le regaló una pequeña sonrisa para que el castaño no se preocupará.

Tenten Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora