[PAUSADA] Ti voglio bene~ //RONI//

#021 Scusa 💗

— ¿Familiares de Raúl Salianas? — el médico acababa de salir de la sala en donde tenían al abogado, ya eran la 1am de la noche, no hubo respuesta pero en la sillas se encontraba el italiano tumbado durmiendo. El de bata blanca se acercó a él y posó una de sus manos en el hombro, moviéndolo un poco para que despertara — Disculpe, necesito que me conteste — aquellos ojos azules se hicieron presentes, el rubio había despertado al ver al médico se acomodó sentándose rápido y luego se arreglo el pelo —

— Si digame, disculpe por mi falta de educación — se notaba que aún tenía sueño su voz era más tranquila que de costumbre —

— De acuerdo, el paciente despertó y me pareció correcto que pudiera ir a verle y si quiere puede quedarse en la habitación a descansar — al escuchar que Salinas esta consciente se emociono tanto que se levantó directamente de la silla y le dio un corto abrazo al médico, antes de entrar a la habitación se despidió con un "gracias por todo" para luego ver como estaba el abogado.

Se encontraba acostado en la camillas con algún que otro cable conectado al monitor, se acercó lentamente donde la camilla viendo aquella imagen del pelinegro acostado. Inconscientemente sonrió, había estado horas esperando para ver si se encontraba bien, esto era lo que podía hacer Carlo si se lo proponía y mucho más.

— Scusa vita mia — habló con una voz dulce aún con algo de sueño, tomando la mano del contrario y dándole un suave beso en la frente. Estaba claro que aún seguía dormido, despertaría en algunas horas por eso no se esforzó en hablar mucho el italiano.

Ya era por la mañana y el italiano se encontraba dormido en la silla a lado del paciente, toda la noche se había quedado ahí sin moverse.

El doctor entró a la sala, consigo traía en su mano un vaso de café, se acercó donde se rncontraba el rubio y le sacudió del hombro ligeramente, intentando despertarlo. Aquel chico abrió los ojos lentamente, observando su alrededor para recordar que hacía en aquel lugar, se acomodó bien en la silla y miro al chico con vata que le había despertado, prestandole atención.

— Buenos días, te traje café, ya que te quedaste toda la noche deberás estar con sed y hambre — habló tranquilo con aquella voz de porrero que tenía  y le ofreció el vaso de café —

— Oh... muchas gracias, es usted muy amable — Agarró el vaso con sus dos manos y se lo acercó a la boca para darle el primer sorbo, pero antes sopló un poco para que no le quemará tanto —

— También venía avisarle que seguramente el paciente despierte antes del medio día de hoy — se le formó una gran sonrisa al rubio y giró rápidamente a ver al abogado que seguía acostado en aquella camilla descansando —

— Que buena noticia me acaba de dar, neces— su teléfono le interrumpió empezó a vibrar, agarró el vaso con una mano y con la que estaba libre saco su móvil del pantalón para contestar — deme un momento — fueron sus únicas palabras dirigidas al doctor después de que escuchara la voz de Hai —

.

.

.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .
           

— Poni debe' venil, te necesitamo' pala una misión

— Hai estoy ocupado, debo estar con el abogado y no lo dejaré solo

— Mielda Poni, de veldad tu helmano tenía lazón con que apesal de lo que le hizo a Igol estas con él

— No me hables de eso, al menos si quieres que vaya a la misión luego debería pensar lo que dices antes de hablar

— En dos holas vente, pelo no pidas má' polque sela la última vez que te deje

— Entendido, me verás allá y llevaré a Raúl si no os importa

— Si quieles taetelo pelo no se si a Pato le guste la idea

— Que Carlo me la chupe si quiere

.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .

Guardó su teléfono de nuevo en su lugar y no habló más, solo se dedicó a tomar su café mientras miraba si el pelinegro mejoraba su estado o lograba despertar, seguia teniendo la cara con golpes, se le veía apesar del vendaje. El doctor salió de la sala dando privacidad a aquellos dos mientras el otro se recuperaba.

No paso mucho tiempo hasta que el abogado empezó a toser y el sonido de las máquinas invadió el lugar con aquel pitido que estresaba al italiano que reaccionó de mala manera dejando bruscamente el vaso en el suelo y tapándose los oídos.

La sala se lleno de enfermeros y procedieron a echar al rubio quien se quería negar pero no tuvo más opciones ya que eran bastantes enfermeros quienes le llevaban a la salida.

.

.

.

‐ actualizaré de muy apoco pero por ahora la historia sigue en pausa