4. Energías renovadas.

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Tanjiro es llevado a su casa por Ume en la motocicleta después de haber estado en la colina contemplando la hermosa vista de la ciudad. Ese había sido sin duda alguna una de las mejores experiencias visuales que el pelirrojo pudo haber contemplado en su vida, a tal grado e que incluso aquella preciosa imagen se que quedó grabado en la mente.

Al llegar, la chica lo deja en la entrada de su casa, él quitándose el casco y entregándoselo a la chica, ella tomándolo en sus manos, aunque luego ella también se baja de la moto y se acerca al chico tomándolo de los hombros, algo que lo tomó por sorpresa.

—Escucha... Sé que esta situación es bastante difícil y ha pasado tiempo ya, pero quiero que sepas que cuentas con el apoyo de todos los que están aquí, cuentas con mi apoyo y no dejaré que nada malo te siga atormentando —ella lo abraza—. No te preocupes, todo estará bien...

Tanjiro se sorprende ante las palabras de Ume, respondiendo en abrazo lentamente y sonriendo, recuperando nuevamente la calidez en su corazón.

—Gracias, Ume...

Ella se separa y le da un pequeño beso en la mejilla—. No agradezcas, eres de mis más preciados amigos y quiero que estés bien —ella se sube a la motocicleta—. ¡Nos vemos, idiota! —se despidió con una sonrisa arrancando el vehículo, yéndose de ahí.

Tanjiro sacude su mano en el aire despidiéndose con una sonrisa en sus labios. Se sentía bien con esa calidez en su pecho, una calidez que tenía tiempo sin sentir y que sin dudar le agradaba bastante.

Entró a su casa y lo primero que ve es una mano dirigiéndose a gran velocidad a su rostro, que por suerte pudo esquivarlo con agilidad. Abrió los ojos de sorpresa soltando un pequeño grito por el ataque que casi recibe.

—¡¿Donde estabas metido?! —Nezuko era quien casi le vuela una cachetada—. Te llamé incontables y no contestaste ni una sola vez —tenía el ceño fruncido.

Tanjiro al escuchar eso saca su teléfono viendo el historial de llamadas, viendo solamente una llamada perdida por parte de su hermana.

—Pero si solo me llamaste una vez...

—¡Eso no importa! ¡¿Donde estabas metido?!

—Nezuko, tranquilizate —la madre de los Kamado interviene, tomando a la mencionada de los hombros—. Ya te dije que él había salido con unos amigos.

—¡Ya lo sé! ¡Pero igual tiene que avisarle personalmente a su hermanita!

—Los veo en el comedor cuando terminen, hay que cenar —la madre riéndose se va a dicho lugar, dejando a ambos hermanos solos.

Tanjiro ríe y le acaricia el cabello a Nezuko—. Lamento preocuparte, Nezuko... Pero tranquila, aquí estoy.

—¿A donde fuist-...? —ella ve algo peculiar en la mejilla de su hermano—. Oh...

—¿Que pasa?

—¿Y esa marca de labial en tu mejilla? ¿Fuiste con tus amigos a donde las cariñosas?

—¡¡¿E-EH?!! ¡¡¿CÓ-CÓMO VAS A ESTAR PENSANDO EN ESAS COSAS, NEZUKO KAMADO?!! —Tanjiro se ve a un espejo y ve un labial marcado en su mejilla, borrandola de inmediato con la manga de su camisa.

—No sabía que habías llegado a la juventud tan rápido.

—¡N-No es eso! —negó con un rubor en sus mejillas y una expresión enojada—. Me encontré con Ume y simplemente me dio un beso en la mejilla para cuando nos despedimos.

—¿Ume? He hablado con ella por chat todos los días, pero tengo tiempo sin verla en persona. Se la pasa preguntando por ti.

—No me sorprende, me llevó a un lugar donde podía quitarme el estrés de todo.

¡Kimetsu Academia! 2: Un viaje increíbleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora