Chapter I: Prólogo

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El diablo y yo
-Obi Wan Kenobi.

La nave tambaleaba ante la gran fuerza ejercida por el rival. Los combatientes que estaban en aquella tripulación comenzaban a morir a grandes cantidades, mientras que el timón trataba de redirigir la nave hasta un punto más alejado de la galaxia.

Unos pasos pesados comenzaron a escucharse y todo voltearon sus atemorizados orbes al frente, una respiración se posó entre los ventanales, haciendo un ruido sordo. Eso solo significaba una cosa...

El comandante Kenobi estaba luchando contra Darth Vader.

Camine a tu lado, camine al lado de Satan, del mismo diablo y la pura maldad siendo yo pureza, siendo equilibrio y siendo diamante.

Tu eras un diamante negro y yo el blanco. Habíamos de complementarnos pero inevitablemente volvimos a repelernos tal como polos iguales; traté de volver a verte con los ojos de antes, pero en ti solo pude ver la ira y la cólera.

Ya no pude curarte.

Ya no pudimos caminar lado a lado.

Ni yo en confiar en ti, ni tu en poder perdonarme por algo que, ciertamente, fue culpa mía... por que no te deje ser feliz.

Porque la senadora te hacía feliz, por que vivir y sentir te hacían feliz y yo te los arrebate por algo que al final fue en vano. Al final supongo que lo que más te dolió fue que te mentí y en tu mente cometí traición.

Nunca dejé de pensar.

Nunca dejé de querer amar.

Satine buscaba en mi un refugio que logró encontrar y yo encontré en Mandalore un hogar al cual llamar, siempre que estuvie se en peligro inminente sin poder dar marcha atrás.

Quise cruzar el cambio y nuestro delta que juramos se construiría de poco a poco, hasta volverse uno solo con nosotros, pura verdad.

Pero tú ya habías sido consumido por algo más macabro..: por tu ego.

Tu egocentrismo te llevo a pensar que tú podías con todo lo que se te atravesara, que eras el mejor, que Padmé no podría encontrar nada mejor y por eso al final qusiiste deshacerte de ella; por que te golpeó donde te dolía, pero ella ya llevaba tus hijos en su vientre.

Así es, yo camine lado a lado de la oscuridad.

Le ilumine el camino.

Le ilumine la vida.

Pero esa luz le consumía y jamás me di cuenta de ello hasta que ya fue muy tarde para retenerlo.

Los propulsores empezaban a fallar, solo un milagro les salvaría del terrible fin que les perseguía desde que iniciaron sus vidas. Algunos se mantenían escondidos lloriqueando por el perdón mientras que otros se alzaban en armas para evitar el paso del enemigo.

Fuese como fuese todos estaban luchando contra algo, incluso contra sí mismos

En una guerra de toma y dame, de quítate y deshazte, de luchar de frente contra aquellas barreras gigantes. Así que con sable en mano y la determinación alterada, el general Obi Wan Kenobi, avanzo firme nuevamente para contraatacar al viejo padawan, ahora convertido en su forma original.

En Darth Vader, en Satan, en oscuridad y en la maldad.

En ese ser no había arrepentimiento u algo que le recordara a Kenobi sobre el tierno niño que dejaron entre sus brazos a su cuidado cuando el tenía 16 años.

Obi Wan se sentía incompetente pero es algo que ya sabemos, algo que se sabe al verle tan inhibido por las cosas a su alrededor. Actuando frívolo y como si lo que está pasando ya hubiese sucedido más veces...porque así era.

En la galaxia, en el cosmos y el universo siempre habrá problemas por que el balance universal ocupa de la perfección e imperfección para existir. Para crear vida a su imagen y semejanza como en muchas religiones suele decirse, pero no hay nada mejor que saber quién eres sin necesidad de confiarle ciegamente tu vida a algo inerte.

Obi Wan lo sabe.

Por eso confía en su sable y en el mismo para derrocar a la bestia y que anhele su encuentro nuevamente, hasta que se le olvide que existe pues si gana esta vez, Kenobi tampoco le tendrá piedad, ninguna piedad pues ya había sido dañado lo suficiente como para suplicarle a Darth Vader que parara esta guerra.

Y como un boomerang, todo lo qué haces vuelve a ti, así que ten cuidado y mira por donde pasas antes de cruzar.

Darth Vader tenía esto en mente y aunque no creía en héroes o el karma, sabía que en todo el universo hay justicia más allá de la simple culpa, la culpa podría remorderte pero si no piensas más en ello simplemente desaparece. Es una buena tortura mientras eres débil.

El no es débil.

No hay culpa.

No hay flores más que las que callaron del ataúd de Padme, solo esas.

Las flores de las pecas de Obi wan en un jarrón, guardadas y esperando a que florezcan más.

Darth Vader no amaba a Obi wan, el estaba obsesionado con el general.

Y Obi Wan haría lo que fuera para traer a su padawan de vuelta.

Belak'Nera (Obi-Wan Kenobi) Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz