Capitulo 3

51 8 0
                                    

|ENFERMA|

Emma:

-Estoy enojada con la vida -me dije a mí misma mientras me envolvía en una manta en el sofá de la sala -No puedo ir al cumpleaños de mi hermana, ni tampoco al colegio porque me dio gripe.

Me iba a quedar sola en casa ya que mi mamá y mi papá también iban al cumpleaños. Intenté no pensar en ello y me fui a la sala, donde puse mi playlist favorita en la televisión. Corrí los muebles a los lados y barrí el piso.

No podía ir al ensayo de ballet así que me pondría al día yo sola. Sé que estoy enferma, pero una fiebre no me va a sacar mi papel. Además, haríamos el Cascanueces y mi papel es el Hada de Azúcar, que ha sido mi favorito desde pequeña.

Después de calentar, me puse mis zapatillas y empecé a practicar. Hago ballet desde hace siete años y me encanta. Desde que dijeron que haríamos el Cascanueces, me puse a practicar intensamente porque quería el papel de Clara, pero me dieron el de Hada de Azúcar.

Tomé mi teléfono y empecé a grabar un TikTok. No soy muy famosa como mis hermanas, pero tengo mis seguidores fieles. Había estado practicando durante dos horas hasta que me dio hambre, así que decidí cocinar brownies.

La receta de brownies de mi abuela nunca falla. Sus brownies son los mejores, obviamente no me salen iguales a los de ella, pero lo intento. Soy una amante del chocolate desde que tengo memoria, al igual que la pastelería. Mi abuela me enseñó todo lo que sé, ya que mi madre está muy ocupada con mis hermanas.

Al terminar de hacer la mezcla, la puse en un molde, la metí al horno y puse una alarma para no olvidarme. Mientras esperaba, me quedé viendo los comentarios del vídeo que había subido. La mayoría eran cumplidos o preguntas, aunque había algún que otro comentario ofensivo.

La verdad, me afectaban mínimamente; había comentarios más que suficientes para sentirme bien y no iba a dejar que uno me afectara. De tanto pensar, escuché la alarma de mi teléfono. Tomé un trapo y saqué los brownies del horno, los corté en pedacitos, tomé algunos y los otros los guardé en un táper.

Acomodé los muebles como estaban antes, me preparé una chocolatada, tomé ambas cosas y subí a mi habitación. Me puse a ver recetas por YouTube y las anotaba en un cuaderno, ya que quería hacer galletas y pasteles para Navidad.

Cada cierto tiempo estornudaba y tosía; era un típico resfriado de invierno como cualquier otro. Seguí así hasta que escuché cómo abrían la cochera. Bajé con mi taza en la mano y abrí la puerta.

En ningún momento pensé que sería Becca quien estaría enfrente mío, pero así era.

-Oh, hola Emma -dijo con una enorme sonrisa.

Luego miré hacia atrás y allí estaban Mady, Violet, Mason y Brook. Me quedé recalculando hasta que me acordé que estaba con mi pijama de estrellitas.

-H-hola, pasen -respondí para dejarles el paso- Ya vuelvo.

Subí las escaleras lo más rápido posible. Era la vergüenza de mi vida: no solo estaba en pijama, sino que tenía el pelo revuelto y una taza en la mano. Me puse una remera de Stranger Things, un pantalón negro, acomodé mi pelo y bajé lo más casual posible.

-¿Qué es esto? -preguntó Mady tomando el táper donde estaban los brownies.

-Son brownies, los hice hace un rato -contesté.

-Okey, tomen -les pasó el táper a los demás y empezaron a comerlos -Están secos.

-Para mí están ricos - dijo Becca con la boca llena.

Una sonrisa se formó en mi cara. A Becca le habían gustado mis horrorosos y secos brownies. Pasamos la tarde hablando y riendo hasta que Brook y Mason se tuvieron que ir. Así que estábamos Mady, Becca y yo en mi cuarto.

Estábamos hablando de estupideces mientras comíamos papas fritas y tomábamos Coca Cola. Por alguna razón, mi madre llamó a Mady para que baje a la cocina, haciendo que Becca y yo quedemos solas.

-¿Te gusta Stranger Things? -preguntó Becca señalando mi remera.

-Sí, es mi serie favorita -respondí, sintiendo mi entusiasmo aumentar.

-En serio, la mía también -Becca parecía súper emocionada- ¿Cuál es tu temporada favorita?

-La tercera, amo la amistad de Once y Max -respondí con cara obvia.

-No puede ser, la mía también -sonreía de oreja a oreja- Por fin encontré a alguien que le gusta su amistad. Le pregunté a Mady, pero ni se vio la serie.

-Sí, a Mady solo le gustan las películas clichés y empalagosas -dije, recordando que su película favorita era "El stand de los besos".

-Es verdad -dijo Becca entre carcajadas.

-¿Y cuál es tu película favorita? -pregunté sentándome a su lado.

-Narnia, definitivamente. Son las mejores tres películas que he visto.

-No puede ser, la mía también. Me las he visto como treinta veces.

Seguimos hablando de nuestras cosas favoritas y debatiendo quién era mejor, Billie Eilish o Lana del Rey, hasta que volvió Mady. La conversación fluyó naturalmente, riendo y compartiendo anécdotas. Me sentía más conectada con Becca de lo que había estado con nadie más en mucho tiempo.

Cuando Mady volvió, noté que traía una caja de pizza.

-¡Hora de comer! -anunció Mady.

Nos sentamos en el suelo y compartimos la pizza, mientras molestabamos a Mady por tener tan malos gustos cuando se trataba de cine. La noche avanzó y pronto nos encontramos envueltas en mantas, viendo Stranger Things. Becca y yo intercambiamos miradas cómplices cada vez que sucedía algo emocionante.

A medida que la noche avanzaba, mis ojos comenzaron a cerrarse y aunque no quería el cansancio me venció. Me quedé dormida sabiendo que, a pesar de todo, había pasado uno de los mejores días en mucho tiempo.

StrarGirl | Rebecca ClarkeWhere stories live. Discover now