°1° - Encuentros.

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Quackity tenía un secreto, probablemente el secreto mejor guardado de toda su vida. 

Quackity tenía un hijo, y los padres no eran otros más que Sapnap y Karl, sus ex-prometidos. 

Ellos no tenían ni idea de la existencia de su hijo, y Quackity pensaba asegurarse de que nunca se enteraran. El mismo Quackity sólo se había enterado un mes después de la pelea con sus prometidos, y aunque deseaba haberles dicho, no lo hizo. 6 meses después, su hijo Mush vino al mundo. 

Y quizás Quackity se dejó llevar por la nostalgia, recordando cómo alguna vez habían bromeado sobre qué nombres usarían si tuvieran un hijo, eventualmente decidiendo entre los 3 el nombre Mushroom, así que nombró así a su hijo. 

Mushroom, heredero de Las Nevadas y, aún sin saberlo, de Kinoko Kingdom. Un bebé de piel lechosa, cabellos negros medio ondulados y ojos de un profundo color ámbar. 

A pesar de ser un bebé, tenía la misma mirada llena de energía de Karl, su sonrisa era idéntica a la de Quackity, y su voz podía llegar a ser tan llena de pasión como la de Sapnap (Quackity estaba seguro que su llanto sería capaz de despertar a su nación entera, de no ser porque su habitación era a prueba de ruido). 

Y de alguna manera, Quackity logró hacerlo funcionar. Sólo Foolish y Slime, sus aliados más cercanos, sabían la verdadera razón de su súbita ausencia del ojo público. Foolish de alguna manera parecía tener experiencia cuidando de un bebé, y Slime aprendía sobre la marcha. Quackity no podía evitar pensar en el cómo un curioso hermano mayor para Mush. 

No es que no confiara en Fundy y Purpled, sus otros dos aliados de Las Nevadas, pero definitivamente confiaba más en Foolish y Slime, además mientras menos personas supieran de la existencia de Mush, mejor. 

Entonces Tubbo lo visitó, tan sólo un mes luego de que el mismo Quackity se enteró de la existencia de Mush. 

Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que se habían visto, cuándo Tubbo simplemente desapareció junto a Ranboo un día. 

Pero Quackity nunca dejó de pensar en su primer hijo. 

—Escuché que Las Nevadas abriría pronto, pensé en venir a ver el lugar… —fue lo que dijo Tubbo, la vista fija en sus zapatos mientras pateaba algo de arena. 

Quackity hizo algo que no hacía en mucho tiempo: se acercó a abrazarlo. 

Tubbo se tensó al principio, pero eventualmente se relajó, abrazando también a Quackity. Tal vez Quackity se encontraba sentimental al saber que tendría que hacerse cargo de otro hijo pronto y eso lo hizo extrañar a su primogénito, pero sea como sea, Quackity extrañaba demasiado a Tubbo. 

Ambos se separaron, y Quackity tomó la oportunidad para revolver el cabello de Tubbo, haciendo que este soltara un quejido e intentara alejar sus manos. 

—¡Ma! —se quejó Tubbo, casi sin pensarlo. No 'Big Q', cómo ya lo llamaba siempre, había vuelto a llamarlo 'ma'. 

Tanto Tubbo como Quackity parecieron darse cuenta de eso al mismo tiempo, quedándose congelados en sus lugares por un momento. Quackity reaccionó primero, ahora quitando el fleco de la frente de Tubbo con el cariño y cuidado de una madre. 

—Te extrañé, Tubbs.

Tubbo le sonrió cómo hacía tiempo no lo hacía. 

—... Y yo a ti, mamá. 

Y Quackity decidió que no podía guardar el secreto de Tubbo, merecía saber que tendría un hermano. 

Tubbo, a su vez, lo sorprendió con la noticia de que había adoptado un pequeño Piglin y ahora Quackity tenía un adorable nieto llamado Michael. 

Darling, we're through (or so you claim) [Karlnapity] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora