°2° - Oportunidades

1.2K 155 31
                                    

Karl y Sapnap parecían decididos a intentar seguir a Quackity, pero Sapo Peta los detuvo, tomándolos de los hombros. 

—Será mejor que le den algo de espacio. 

Ambos intercambiaron miradas y luego Sapnap se giró a mirar a Foolish. 

—Necesitas contarnos todo lo que sepas ahora. 

Foolish suspiró. 

—No puedo, se lo juré a Quackity… 

Karl se acercó, deteniéndose frente a Foolish y mirándolo suplicante. 

—Por favor, necesitamos saberlo, y no nos dirá nada ahora. 

Foolish pasó saliva, mirando a Karl a los ojos y notando su desesperación por respuestas. 

La última vez que había visto a su hijo él era mucho más pequeño que Mush, y sus ojos eran cafés, debieron cambiar cuándo sus poderes se manifestaron, pero al verlo se preguntó cómo nunca se había dado cuenta su hijo estuvo frente a él todo este tiempo. 

Foolish apartó la mirada, suspirando y revolviendo su cabello. 

—... Quackity va a matarme, pero está bien. —dijo por fin. 

—En ese caso, deberíamos hablar en un lugar más cómodo. —sugirió Sapo Peta, guiándolos dentro de su árbol y hasta su fábrica. 

Tan pronto entraron hubo un momento de silencio, y de pronto una horda de coñitos se aproximó, chillando en una lengua extraña y saltando en dirección a Karl. 

Karl río, terminando en el piso rodeado de coñitos que seguían chillando y saltando emocionados. 

—Yo también los extrañé. —dijo entre risas, logrando levantarse de nuevo. 

—A mi no me reciben así. —dijo Sapo Peta con reproche— Vale, ya está, dejen a Karl y vayan a trabajar y a preparar una habitación para una reunión. 

Varios coñitos se quejaron, pero obedecieron, dejando a Karl tranquilo y desapareciendo en un segundo. 

—¿Qué fue eso? —preguntó Sapnap, mirando con desconfianza el lugar dónde los duendecillos habían desaparecido. 

—Son los trabajadores de la fábrica, eran mis niñeras cada que mamá estaba ocupado. —le informó Karl alegre, tomando su mano. 

De pronto otro coñito apareció de la nada frente a ellos, aunque era sólo uno. 

Sapo Peta les indicó que lo siguieran, y el coñito los guió hasta una sala con una larga mesa, llena de dulces y un con juego de té. 

Los cuatro se sentaron, Sapnap aún observando con suma curiosidad todo. Su naturaleza de híbrido lo hacía sensible a distinguir magia, y hasta ahora la única persona que había conocido que emanaba un aura total de magia era Karl, pero la fábrica entera, los trabajadores y el mismo Sapo Peta emanaban magia a rebozar, tanto así que compensaba a marearse. 

Sapo Peta le ofreció una taza de té, y Sapnap lo miró con curiosidad. 

—Eres un híbrido de demonio, ¿no? Toda la magia debe estar afectandote, esto te ayudará. Además, es bueno para los nervios, algo me dice que lo necesitarás. 

—Oh… Gracias. 

Una vez todos estuvieron cómodos, Foolish suspiró. 

—Quackity no querrá que les diga esto, así que va a matarme cuándo se entere, pero… Foolish alzó la vista, notando las miradas de esperanza de Sapnap y Karl, que lo observaban desde el otro lado de la mesa, con las manos entrelazadas sobre la madera. — Quackity se enteró de Mush un par de meses luego de su pelea, así que no les dijo nada. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 06, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Darling, we're through (or so you claim) [Karlnapity] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora