Pequeñas historia de... ¡Sasaki y Poseidon!

Extra! Prohibido

Su cabello dorado alborotado era una de las cosas que más resaltaba en él, además de cierta circunferencia dorada en su dedo anular del lado izquierdo. Se levantó ya de la cama en donde reposaba el cuerpo de otro chico. Estaba solo con boxer ya que era verano, sin embargo no le resultaba muy cómodo el andar de tales maneras por su hogar. Vío a su alrededor por unos segundos y luego tomó una camisa que estaba los pies de la cama, poniendosela sin notar que le quedaba algo suelta, para luego dirigirse a la cocina a paso lento, cansado y con mucho sueño. No vio su reloj, pero suponía que era antes de las nueve gracias a que estaba ligeramente fresco.

Al llegar a la cocina se preparo un café mientras bostezaba, anoche había dormido muy poco gracias a su trabajo. Había aceptado un trabajo bastante atadoso, por suerte no estaba solo y Heracles estaba con él para luego presentar el caso en el juicio que se vendría en unos pocos días. Lamentablemente como su cuerpo se acostumbro a levantarse temprano, ahora tenía una alarma biológica que lo levantaba antes de las nueve de la mañana todos los días y para su mala suerte hoy no fue la excepción.

Minutos después el café ya estaba listo, fue el tiempo suficiente para que despertara por completo, viendo con mejor calidad sus alrededores. La pulcra cocina estilo americano y la sala con ciertas características asiaticas, sus manos sentían el calor que proporcionaba aquel liquido por la ceramica de la taza. La soledad de aquel lugar lo hacía sentir tranquilo, pensando en que no tenía responsabilidad alguna y que tendría el día libre después de algunas semanas. Sin embargo, no era así.

Ya mentalizado para hacer sus cosas y ver la hora, comenzó a preparar el desayuno más completo que solo un café, además de que su esposo prontamente se levantaría para ir a su respectivo trabajo. Poseidon se encargaba de algunas comidas como desayuno y cena, siempre que Kojiro se encargaba del almuerzo o viceversa, aquella tarea hogareña dependía de los tiempos, algunas veces ninguno alcanzaba y en sus respectivos trabajos pedían o iban a comprar a un lugar cercano.

Mientras que Poseidon estaba preparando el desayuno, Kojiro estaba buscando a su pareja con su mano mientras estaba aún con los ojos cerrados y con bastante sueño encima. Un bostezo hizo que detuviera sus acciones y abriera sus ojos, notando el cómo había amanecido solo. Con pereza se sentó en la cama, su cabello estaba suelto y desordenado, suponia que estaba enrededado. Cuando pudo abrir los ojos mientras que la pereza poco a poco iba desapareciendo pudo sentir un delicioso olor a comida, logrando que una sonrisa ladina se mostrara en su rostro y que se levante para luego dirigirse a la cocina, en donde obviamente encontraria a su esposo cocinando.

Kojiro no se cansaria de ver a Poseidon, menos cuando estaba de espaldas y con una de sus camisetas en vez de el pijama o la ropa del trabajo. Poco a poco se acercó al cuerpo adverso y lo abrazo con lentitud, poniendo su mentón en el hombro del contrario.

—Buenos días.— Murmuro Sasaki.

—¿Descansaste?

—Si. ¿Y tú pudiste dormir algo?

—Uhm.— Negó. Kojiro pudo entenderlo sin decir algo más. El de cabellos negros estaba preocupado por su pareja, sin embargo tenía que esperar a que terminase el caso en el que estaba para invitarlo a unas termas y que descasara al menos un fin de semana.

Se quedó viendo como Poseidon preparaba la comida aún abrazandolo por la espalda. Sin embargo, lo que más llamó su atención fue la mano izquierda, en su dedo anular, la cual poseía aquel objeto que simbolozaba su alianza. Un anillo de oro puro, aunque sabía que su pareja merecía muchas más cosas que solo un anillo así. Lo amaba, después de tantos años aún seguía amandolo con la misma intensidad desde el primer momento.

Estaba feliz. Aquel hombre tan codiciado y temido estaba entre sus brazos, moviendose sin problemas pero en distancias muy cortas. Su corazón latía con tranquilidad, sintiendo una inmensa paz en presencia de Poseidon.