Capítulo 30 - Enamorados

29 2 1
                                    

Un momento en el que me retiré para ir al baño y llamar a Merrie para saber si estaba aquí, si iba a venir o no, fue cuando, luego de un silencio algo incómodo Richard, tan directo y atrevido le dijo a Vicent:

—¿Te gusta Gail, no?

Vicent dió una sonrisita juguetona y volteó a verlo. —Si ¿Es tan obvio?

—Lo es. Pero ¿ya sabes que a ella le gusta alguien más?

Él parecía querer marcar territorio y hacer que el mismo Vicent se dé por vencido.

—Lo sé, desde hace mucho —volteó a verlo con una mirada retadora— Pero, aquí entre nosotros, yo tengo más las de ganar —susurró cerca de su oído señalandose a sí mismo.

Richard levantó una ceja, con ganas de decirle de todo pero, sólo se limitó a reírse.

—Me encanta esa seguridad, pero... ¿por qué lo dices?

—Para empezar estudio con ella y tenemos mucho en común, mucho. —Recalcó.

Richard estaba irritado, aunque al mismo tiempo no le daba tanta importancia porque sabía que yo solo tenía mis ojos para él.

Luego de hablar con Merrie, quien me dijo que estaba apenas llegando al evento. Volví nuevamente a mi asiento y la tensión que se sentía era impresionante. Lo más gracioso es que tanto Vicent como Richard estaban sonriendo como si nada hubiese pasado (evidentemente una sonrisa tiesa).

Pude conocer a varios cantantes famosos que se presentaron y dieron consejos sobre el mundo del canto y todo lo que conlleva; escuchar lo que decían me alentaba demasiado a seguir pese a todo lo que se interponga.

Al salir, me pude juntar con Merrie a quien abracé con mucha emoción y me hizo bromas por haberme sentado con "mis dos amores" Y aunque me dio risa, le dije que solo con Richard porque Vicent era nada más que mi amigo.

Richard fue a saludar a varias personas que conocía, y parecía un alcalde popular, incluso conocía a algunos de los artistas, era algo tonto lo que me pasaba pero, en vez de estar viendo a los artistas, yo solo lo observaba a él. Hasta que me vió y vino hasta mí, tomándome de la mano me llevó con unas personas.

—Bueno, les presento a mi nueva artista quien la romperá este año al debutar. Conozcan a Gail. Gail, ellos dos fueron mis primeros artistas a los que ayudé a sobresalir, también conoce al señor Mike quien es productor y compositor...

Me sentía tan pequeña delante de tantas personas importantes a mi alrededor, pero estaba orgullosa de Richard y todo lo que él había logrado hasta ahora, a pesar de haber tenido en el pasado una muy fuerte caída haciendo que su carrera se viese afectada. Ahora está aquí conmigo, luciendo encantador, tan respetable e inteligente.

Al salir, le dije a Merrie que distrajera a Vicent para así poder irme con Richard, y así fue.

Íbamos en su auto, no sé a dónde, pero íbamos juntos y yo estaba emocionada.

—Gracias por creer en mí. —Dije recordando como habló de mí frente a todas esas personas tan grandes.

—Gracias a ti. —Dijo inmediatamente con una pequeña sonrisa, viendo al frente.

—¿A mí por qué?

—Por simplemente existir.

Cada cosa que decía, cada cosa que hacía y todo de él se iba convirtiendo en mi delirio, me enamoraba cada vez más y más, y eso también se volvía mi condena...

Hasta que llegamos a un parque de atracciones. Mis ojos se iluminaron y me volví como niña feliz al ver el sitio, me alegré demasiado.

—¡Richard! ¿Y esto?

—He querido venir a una de estas atracciones contigo. —Me dijo luciendo muy emocionado y algo tímido.

Lo tomé de la mano y casi corriendo lo dirigí. —¡Ahhh no puede ser! —exclamé—¡Vamos a divertirnos!

En la primera donde subimos fué en la clásica montaña rusa, obviamente teníamos que hacerlo para agregar a nuestra lista de cosas por hacer como ¿novios? No sé si ese término se ajustaría a nosotros, pero yo diría que somos un par de enamorados.

Ya habiendo subido a varios, donde Richard ya estaba mareado y no lo culpo, pero la pasamos demasiado bien, no quería que este día acabara. Eran las 7, estábamos en una banqueta tomando una gaseosa, y de repente, de la nada él empezó a contarme cómo fue que se dio cuenta que estaba enamorado de mí.

—Pensé que estaba loco, nunca antes me había sucedido que me iba a fijar en uno de mis artistas... Mucho menos con alguien dieciséis años menor que yo. Pero, cuando te veía... Me sentía tan vivo, tan feliz, amaba verte cada que podía, aunque lo disfrazaba con que era solo por trabajo. Fue como si me hubieses flechado tan rápido el corazón, porque... Me preguntaba después ¿Cómo alguien como ella podría fijarse en mí? Me sentía menos para ti y en cierto modo, cuando te veía con tus amigos, quería mejorar para sentirme aunque sea un poquito más. Gail, no quiero hacer promesas vacías ni nada, pero... Lucharé por que puedas hacer tus sueños realidad, cueste lo que cueste. Solo me importa verte triunfar y que seas feliz, incluso si en el proceso te llegase a gustar alguien más acorde a ti —puse mi dedo en sus labios para que se callase, y me quitó—, no te detendré, lo entenderé perfectamente. Solo quiero tu felicidad.

—Suenas como si te estuvieses despidiendo. —Me senté viéndolo de frente— Ya deja de decir estupideces, Richard Anderson.

—Solo te soy sincero, tierna manzana. —Dijo pasando sus dedos entre mis cabellos.

Lo estaba mirando fijamente, sentía tantas ganas de besarlo, y eso fue lo que hice por impulso.

—¿Y eso? —Me dijo cuando me quité rápido.

—Fue un impulso. Lo siento...

El comenzó a reírse, puso la lata a su lado y se acercó más a mí. —Tendré que enseñarte.

Me quedé sin entender, hasta que me tomó entre sus manos y me dio un beso profundo, que me hacía desearlo más.

Es increíble como al recibir su beso mi piel reaccionaba al impacto de sus labios, erizandose por completo en un recorrido.

Richard siendo tan varonil y seductor, simplemente ya no podía mirar a nadie más como lo hacía con él. No quería despegarme de su lado, esto es lo que llaman efectos del enamoramiento y estos efectos no paran de aumentar en mí.

Talento a la luzWhere stories live. Discover now