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Alessia Swan

El castillo era enorme, te podías perder fácilmente si no tenías buena memoria, o no eras un vampiro.

Tal vez no viene al caso, pero extraño como era mi familia antes, como papa y mama se amaban tanto como la primera vez que se vieron, amaba cuando Isabella esa unida a nosotros, alejando su egoísmo, pero ahora todo es diferente, literalmente me encuentro en un castillo lleno de vampiros, mi madre me hace a un lado, papa no sabe ni donde estoy, y mi hermana me traiciono y sé dé con el Cullen, el único que me queda es mi adorable hermano, el cual va a sufrir una eternidad por mi culpa.

También sabía que está destinada a los gobernantes e los vampiros, y a sus esposas las cuales me entere de que estaban en una torre como si vivieran un peligro constante, tal vez así sea, pero quieran o no nunca, nunca me van a encerrar como un animal.

Llegamos -menciono Aro deteniendo su caminata frente a una puerta la que daba al jardín donde estaba Matheo- Estarás bien aquí sola

Si, de todas formas volveré con Matheo a mi habitación -le dije inclinando levemente la cabeza-

Bien -él abrió la puerta con facilidad dejando ver un Jardín hermoso-

Todo era verde, había un par de árboles lo cuales atraían sombre, bancos para sentarse, y muchas flores de todos los colores.

Sonreí, estaba fascinada, creía que esté sería mi lugar favorito.

Felix -llamo Aro a aquel miembro de la guardia el cual se encontraba mirando divertido a Matheo quien brillaba como una bola disco-

Amo -dijo Felix mientras se inclinaba, para ir hacia él y caminar detrás dejándonos solos a Matheo y a mí en ese hermoso jardín-

¿Siempre te gusto hacer el ridículo no? -dije cruzándome de brazos sonriendo divertidas-

¿Y a ti siempre te gusto ser aguafiestas? -dijo él imitando mi postura-

Esa no era precisamente yo -sonreí de lado, él rodó los ojos-

Siempre arruinas el momento con el tema de Isabella - dijo él quedando frente mío- que me querías decir

Papa no ha parado de llamarme -dije mostrando mi celular y sus llamadas perdidas- que digo, ¿Qué le digo Theo? -dije preocupada-

Tal vez funcione tu don en llamada -dijo él dando una idea-

Lo miré incrédula -Matheo, no soy un vampiro para tener desarrollado a nivel dios mi don -dije molesta-

Okey tranquila -el apoyo sus manos en mi hombro- Habla con ellos y diles que tenemos que ir a Forks

No nos van a dejar -dije preocupada y un poco asustada- Caius casi me mata por querer irme

Él me miro preocupado -que intentas decir -miro mis manos-

Nada -intente minimizar- perdón por como te trate, estoy preocupada y sabes como me pongo

Por eso no me enojo Alessia -me sonrió abrazándome- sé cómo eres

Me reí al darme cuanta que seguía brillando- eres una bola disco hermano

Él se rio -viste, es increíble -giro con los brazos extendidos-

Sonreí, se notaba que él estaba bien, él amaba sentirse libre, y ahora con aquella rubia dando vueltas por aquí por su vida.

Amo que seas feliz hermano mío, pensé.

¡Ustedes no pueden tenerme encerrada aquí para siempre! -grite furiosa e indignada-

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¡Ustedes no pueden tenerme encerrada aquí para siempre! -grite furiosa e indignada-

No eran nada mío, no podían mandarme y traerme con correa, nadie.

¡No te vas, te quedas aquí que es tan difícil de entender! -me grito Caius, se enojaba su furia por sus ojos-

¡Púdranse! -le grite conteniendo el nudo en mi garganta- ¡Lo único que tú has hecho es lastimarme desde que llegue Caius! -negué sarcásticamente-

¡Disculpa! -dijo el indignado-

¡Y encima estás indignado! -le grité abriendo mis ojos-

Podemos calmarnos -dijo Marcus intentando calmarnos-

¡No! -gritamos el rubio y yo-

Es más conveniente que él nos vea en casa y yo utilizar lo que sea que tengo -dije suspirando mirando a Aro- Por favor

Mi voz se rompió, quería ver a mi padre por última vez.

Alessia -dijo Aro intentando tocarme pero me alejé-

Prometo que voy a volver, si quieren manden a un guardia -dije suplicando- cualquier cosa pero déjenme ir para juntar mis cosas usar mi don en él

Como sabrás que funciona -dijo Caius enojado mirándome fijamente-

Porque ya use mi don en él -tragué duro- para que no viera que Theo se fue.

Una culpa entró en mí, odiaba usarlo, no lo quería me quemaba.

Perdón papa, pensé.

Alessia -Marcus hablo acercándose a mí- hablaremos y luego te diremos si -él dijo con suavidad- es difícil para nosotros estar lejos de un compañero, aparte Suplica y Atheodora no saben nada -él me sonrió dulcemente- nos dejas hablarlo

Asentí estaba cansada ya no quería pelear.

Marcus me acompaño hasta la puerta donde aquella puerta se abrio por un sonriente Matheo quien al verme me abrazo, sentí un viento frío, y un mareo. El hijo de puta uso su velocidad vampírica.

Hijo de la -sentí como alguien tapaba mi boca, Theo-

De la mama -dijo él sonriendo-

Ya entráramos a mi habitación y me acosté en la cama, pero antes me saqué las zapatillas.

Ven Theo -corrí las sabanas para que él se acostara y eso hizo-

Duerme un rato Alessia, yo estaré aquí cuando despiertes -me acaricio el pelo-

Trillizos Swan -Crepusculo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora