The Love That Could Never Be

4 2 0
                                    

Érase una vez, un día como cualquier otro o al menos eso pensaba Elliot.

Postrado en esa cama de hospital con aquel respirador que mantenía su vida atada al plano terrenal, miraba a aquella enfermera que se encargó de hacerle compañía durante los últimos meses y quién sin duda no dejo de darle ánimos aún sabiendo que muy pronto él partiría; compartió con ella su historia y sus secretos, sus miedos y sus errores y ella lo escuchó atentamente sin juzgarlo. Le contó sobre él, su amado Edward.

Era joven y un poco tonto cuando lo conoció en la universidad, chocó con él y como disculpas lo invito a un café. Fue sorprendente ver qué tenían tanto en común, les gustaba la misma banda y disfrutaban los mismos deportes, es por eso que no le sorprendió cuando en poco tiempo se hicieron amigos y aún se pregunta en qué momento eso cambió. Talvez fue aquella vez que miro más de la cuenta aquel brillo que tenía Edward al hablar del primer concierto al que asistió o talvez fue aquella vez cuando fueron al cine y sus manos se rozaron cuando intentaron agarrar las palomitas al mismo tiempo, pudo ser aquella vez cuando salieron de fiesta y en lo único que pudo pensar fue en lo lindo que se veía Edward al bailar, aún no lo sabe con exactitud pero sin duda no supo cómo aceptar aquello que sentía y terminó lastimando a la persona que amaba.

Es por eso que sintió pánico cuando Edward lo beso en él último año de universidad pero siendo egoísta acepto el beso y por un momento fue feliz. A partir de ese instante hubo momentos entre él y yo, había besos y caricias pero tenía miedo. Es por eso que empecé a salir con aquella chica, tratando de cambiar y ocultar aquello que sentía, aquello que para mí era incorrecto. Edward me enfrentó cuando se entero, me exigió una explicación que yo no quería darle, sin darme cuenta mi boca se movió y dije cosas de las cuales me arrepiento hoy en día y antes de que pudiera retractarme él ya se estaba alejando de mí.

No volví a verlo después de eso.

Lo último que supe es que se había mudado a otra ciudad. ¿Y yo? Tuve que enterrar aquello que sentía y fingir toda una vida, me casé y tuve hijos, los cuales amé pero siempre  tuve en mí el vivo recuerdo de aquel amor que no pudo ser. Hasta que un día cuando yo tenía 40 años lo volví a ver, era él y seguía siendo igual de hermoso; lo seguí y sin pensarlo me puse frente a él, se vió sorprendido por un segundo pero luego me sonrió y acepto charlar un poco.

Hablamos de todo y nada, sin dudarlo le dije aquel "Te amo" que guardaba desde hace muchos años, él me sonrió "Espero que en otra vida podamos amarnos libremente" fue lo único que dijo. Al final Edward se despidió, me deseo lo mejor y se fue, no lo volví a ver después de eso. Viví mi vida lo mejor que pude, hasta que los años me alcanzaron y terminé postrado en un hospital donde aquella enfermera procuraba que estuviera estable pero finalmente llegó el día de partir.

Ajeno a aquel día, miraba los años pasar frente a mis ojos bajo el inmenso momento que me brindaba al fin reunirme con mi amado, los sentimientos enredados entre nosotros y la emoción sobre nuestros corazones al saber que seríamos libres de poder amarnos. Mire a Edward a los ojos y con la voz más suave y llena de amor le dije "Si abrí mi corazón fue para que tú entraras y desde el primer momento en que te conocí supe que te amaría toda mi vida, sin saberlo te convertiste en aquella obra de arte cuya belleza me atrapó, momentos que vivimos vienen a mi mente y con ello la felicidad que sentíamos al estar juntos, talvez deberías odiarme por ser un cobarde. Éramos apenas unos jóvenes inexpertos y cometí muchos errores que hicieron que te alejaras de mí pero aquí estoy y te sigo amando con la misma intensidad".

Tras aquellas palabras, Edward me miró y susurrando me dijo "Nos veremos pronto, cariño. Te amare por siempre sin importar los obstáculos que se nos presenten". Entonces Edward se fue desvaneciendo ante mis ojos mientras cerraba poco a poco mis ojos, sentía mis latidos ralentizarse y mi vida yéndose hasta que ya no hubo nada mas que silencio.

Y aunque esté fue el final de su historia en esta vida siempre habrá un hilo que enlace sus almas y así en otra vida podrán volverse a encontrar y lograrán amarse como tanto deseaban.

The Love That Could Never BeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora