Advertencias: omegaverse Lia!Alfa x RyuJin!Omega. Fic corto. Contiene algo de drama y angst, pero también fluff por algunas partes.
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La noche de bodas RyuJin estuvo muy nerviosa, sin saber cómo actuar ante JiSoo. La alfa conservó la calma en todo momento, luciendo tan experta ante ella, y RyuJin se preguntó con cuántas omegas habría estado antes.
Fue amable, paciente y dulce. Se encargó de prepararla bien para que lubricara y se dilatara, y luego de marcarla, lamió su sangrante herida. Hasta la acurrucó a su lado, acariciándole el cabello y abrazándola contra su cuerpo. RyuJin durmió muy bien en brazos de JiSoo, sabiendo en ese preciso instante que su lugar era junto a su nueva alfa. Esa perspectiva no sonaba un poco mal en aquel momento.
Tampoco sonaba mal en la actualidad, mientras escuchaba a JiSoo gruñir detrás de ella, moviendo sus caderas contra su coño. RyuJin gemía con cada nueva embestida, sintiendo la polla de JiSoo abriéndola con facilidad. La habitación entera olía a sexo, sudor y feromonas: la omega estaba en su cuarto día de celo, ya a punto de finalizar, así que debían aprovecharlo lo más posible. Los días de celo eran su período más fértil, por lo que JiSoo se aseguraba de anudarla lo suficiente para que el útero de la omega recibiera todo su esperma.
RyuJin, tan agotada como estaba, no se corrió esa vez, pero si sintió el nudo de la alfa en su vagina. Gimoteó por el placer, aunque también por el leve dolor: su entrada se encontraba un poco irritada por la cantidad de veces que lo hicieron. No sabía dónde entraría más semen, además, se sentía demasiado llena y con el vientre hinchado. No le sorprendió cuando JiSoo se quitó, minutos después, y el semen se filtró fuera de su entrada.
Cayó boca abajo en la cama, tratando de recuperarse y oyendo la respiración agitada de JiSoo. La alfa también debía estar cansada por hacerse cargo de ella.
―¿Cómo te sientes, bebé? ―preguntó JiSoo, minutos después.
―Duele. ―murmuró, sin pensarlo, antes de mirar a JiSoo. La alfa tenía una expresión sorprendida.
―¿Qué? ―dijo―. ¿Te... Te hice daño? Por dios, Jin...
―¡No, no! ―se corrigió, confundida por el celo. No sabía bien lo que estaba diciendo―. No, eso no... Lo siento, alfa ―se puso a lloriquear, aturdida―. No quería...
―Shhh, shhh ―jadeó JiSoo―. Deja que te revise, Ryu-ah.
RyuJin soltó un quejido en señal de protesta, pero se quedó quieta al sentir las manos de JiSoo en sus muslos. Con demasiada vergüenza, dejó que separara sus piernas, observando su entrada. Debía seguir abierta y cubierta de semen.
―Está un poco irritada ―se preocupó JiSoo―. Jinnie, si no querías...
―Siempre quiero, siempre quiero ―protestó RyuJin. No le confesaría que le gustaba tener sexo con ella en sus celos, porque JiSoo era más atenta y cariñosa―. Estoy bien.
