Capítulo 4

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Cuando Kaz les explicó la siguiente parte del plan, los dejó ir

—Alessandra, espera —Habló cuando vio como tomaba el brazo de Darren y comenzaba a caminar

—Ahora no Kaz, esto es importante —Se vengó Alessandra por el comentario de la noche pasada y continuó su camino

Llegó a una parte oscura de Ketterdam

—Espero que no te de miedo la oscuridad —Habló antes de envolverlos a ambos en una densa niebla de sombras

Logró notar de inmediato el miedo en la mirada de Darren y eso la hizo sentir bien, la hizo sentir respetada

—Esto por qué?

—Por si Kaz envió a su espectro a robar secretos

—Vas a contarme un secreto?

—Así es. Sobre un Grisha, poderoso, un Grisha que probablemente recibió entrenamiento militar, un Grisha que huyó a Ketterdam y se hace pasar por un ravkano común y corriente. Un Grisha que no sabía que la Teniente Oscura era un amplificador humano, que entre todos los callejones a los que se pudo haber metido, algo dentro de él se vio arrastrado hasta donde se encontró a la Teniente... El único secreto que me falta saber de ese Grisha es... Qué eres y por qué jamás te vi en el Pequeño Palacio?

Alessandra veía claramente en la oscuridad, vio a Darren tensarse, escuchó como su respiración se volvía agitada

—Y bien?

—Soy un agitamares, nunca me viste en el Pequeño Palacio porque nunca estudié ahí. Cuando me reclutaron, yo era... Tú sabes que no hay muchos agitamares por ahí

—No hay ninguno, la última de la que escuché es mi mamá, murió hace 18 años dándome a luz

—Pues yo lo soy. El General dijo que no podía entrenar en el Pequeño Palacio, que de inmediato te sentirías atraída hacía mi, no supe porque hasta ahora

—La agitamares que hay dentro de mi

Darren asintió

—Una mujer me entrenó, también Baghra a veces, el General me enseñó combate cuerpo a cuerpo —Darren sintió que conectó algunos puntos y se atrevió a decir lo demás— La mujer que me entrenó también era una agitamares

Alessandra sintió su respiración quedarse atrapada en su garganta. No era posible, Alina le había dicho que murió cuando nació, porque eso le había dicho Baghra, pero y si Alek le había mentido a Baghra, sería posible...

—Esa mujer y Baghra alguna vez estuvieron en el mismo espacio?

Darren negó. Alessandra disolvió las sombras que se volvieron parte de Ketterdam, volviendo a la ciudad un poco más oscura

—Estoy a punto de darte algo muy valioso, estás listo?

—Qué es?

—Un amplificador

Entonces tomó la mandíbula de Darren y la abrió ligeramente, con la mano libre invocó sombras, merzost y las depositó dentro del cuerpo de Darren, como hizo con tantas personas antes

Notó como las pupilas de Darren se dilataban ante el nuevo sentimiento, el nuevo poder y pronto con un simple movimiento de manos, invocó el agua del aire

—Esto no es una cortesía, ahora tú vas a ayudarme a descubrir cómo invocar agua de la misma manera que invoco sombras

Darren asintió

—Y esto se queda entre nosotros, entendido?

Darren volvió a asentir con una sonrisa

***

—Fruzsi, llegaste rápido

—Vine en cuanto me llamó —La mujer se arrodilló frente a él

—Bien. Desde ahora te necesito conmigo y a Darren

—Algunos dijeron que murió en la Sombra, pero yo sabía que tomaría más

—Levántate —Le pidió— Es hora

Alek comenzó a caminar y Fruzsi lo siguió

—También... También se nos unirá Alessandra? Al fin la conoceré?

—Tú sabes que no conocerás a Ale, ella no es tu hija, solo necesitaba tu poder y tu cuerpo, es hija mía. Todo en ella es yo, ni siquiera se parece a ti. No vuelvas a mencionarla. Ahora, dónde está Darren?

—Escapó —Confesó con la mirada baja— Cuando estábamos encerrando a... La otra cosa

Alek cerró los ojos con frustración, pero aún así pidió los diarios de Morozova, luego... A Baghra

—Hola madre

—Hijo, madre de mi nieta

***

Darren y Alessandra observaban a Nina mientras ella inmovilizaba al guardia. Una vez que lo lograron, entraron

Alessandra invocó sombras a su alrededor

—Darren, sostén mi mano y sostén la de Nina. Ambas tenemos que tener al menos una mano libre

Darren le hizo caso y tomó su mano, luego tomó la mano de Nina y comenzaron a moverse por el espacio

Cuando comenzaron a acercarse notaron que había hombres fuera de la oficina. Nina comenzó a dormirlos de inmediato. Alessandra disolvió las sombras y cuando Kaz abrió la puerta, logró ver por primera vez a Pekka Rollins, su corazón siendo comprimido por Nina

Un hombre le disparó a Nina y todo se salió de control. Comenzaron a dispararle algunos a Kaz y otros a ellos tres

—Niebla —Ordenó Alessandra

Darren de inmediato creó una densa niebla por todo el pasillo. Alessandra y Nina comenzaron a luchar cuerpo a cuerpo contra los hombres. Alessandra sentía balas rebotar contra su kefta. Cuando por fin se deshicieron de quiénes los querían matar Alessandra iba a dirigirse a quiénes estaban disparando a Kaz, pero Nina y Darren la jalaron hacía el lado opuesto, saliendo del edificio

Cuando no mucho después se encontraron con Kaz, Alessandra quiso acercarse a él y preguntarle si estaba bien, pero Kaz se alejó rápidamente, visiblemente molesto por la emboscada. Caminaron en silencio hasta el cementerio

Nina le preguntaba a Alessandra con la mirada sobre Darren, Alessandra hacía una y otra vez la misma expresión diciendo que le contaría luego. Se encontraron con Inej que había sufrido daños graves de su propia emboscada

—Supongo que a ustedes también los emboscaron —Dijo Jesper cuando los siete se encontraron en el cementerio

—Sí, tantos que perdí la cuenta —Respondió Nina

Darren llevaba a Inej recargada en él

—Obtuve lo que necesitaba y las bombas de Wylan se encargaron de lo demás —Contestó Kaz sin detener su caminata— Llévala adentro

Darren llevó a Inej

—Estará bien? —Cuestionó Jesper preocupado

—Nina es Mortificafora, pero lo logrará —Afirmó Alessandra

—Alguno de nosotros estará bien? —Cuestionó Jesper con profundidad— Esto no terminará bien Kaz

Kaz lo vio con seriedad

—No. Pero yo seré quién lo termine

Y entró. Alessandra suspiró y entró tras él

—Kaz... Kaz

Kaz no dejó de caminar

—Brekker

—Ahora no Kirigan

Kaz jamás lo admitiría en voz alta, pero no quería voltear a verla porque no quería ver las pequeñas marcas de balas en su kefta, no sabiendo que estaban ahí por su culpa



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Collide | Kaz Brekker | Where stories live. Discover now