Capítulo 8

7 1 0
                                    


—Claro, estás en tu casa,¿te encuentras bien?.—Le digo a Carlos, su rostro muestra pura tristeza.

—Gracias, ¿Está Madison?—dice con la mirada perdida, recordándome mucho a su hermano.

—Si, está durmiendo, pero la puedo despertar. Entra.

—Déjala descansar, de todos modos, también estoy cansado.—dice entrando y sentándose en un sofá que le señalé.

—Yo creo que se molestaría mucho si no le digo que estás aquí, y más si te encuentras... así.

—Marina...vine a hablar contigo.

—¿Conmigo?—Digo confundida.

—Si, yo... sé que soy un pésimo hermano, un irresponsable y nunca me perdonaría todo lo que he hecho. Pero, tengo corazón, y créeme, ahora mismo,duele...duele mucho ser el culpable de todos problemas y no saber resolverlos. No sabes lo malo que es tener, ese cargo de conciencia y lo peor es que me lo merezco. Cómo sea...yo solo necesito, te pido por favor, que vayas a ver a Víctor, el no quiere saber de mí y con razón, pero tal vez quiera compañía y tu... serías perfecta para eso.

—¿Yo?, Pero... ¿Qué fue lo que pasó?.-—Digo algo confundida.

—No es algo que me corresponda decirte. Si lo tienes que saber, lo sabrás en su momento. Ahora solo...ve con él, por favor.— Suplica Carlos y no puedo negarme...no a esto.

—Está bien. Lo haré.

-Gracias, en serio, no sabes el bien que haces. Te debo una.

—No me debes nada, tranquilo.

—Vale. Bueno, ¿Dónde está Madison? quiero darle un beso de buenas noches.

Le señalé el lugar y el fue enseguida.

______________

Salí de casa. Esta vez si llamé a mi chófer, me pasé el camino entero mirando por la ventana del auto, distraída, pensativa.

No entiendo nada.

Simplemente, no lo comprendo.

A ver, es obvio que tienen un problema familiar. Pero que puede ser tan malo, como para tenerlos así, tan...mal.

Me siento inútil, sin poder hacer nada. Entiendo que es algo privado y que tienen que contárselo a cualquier desconocida, porque es eso lo que soy, apenas me conocen.

Pero Madison tampoco tiene idea de lo que pasa y es novia de Carlos.
Aunque a decir verdad, la relación de ellos se dió muy rápido, no es que sea malo, al contrario, se ahorra tiempo, pero, solo tal vez, se saltaron la fase dónde se construye la confianza.

Tengo miedo de lo que pueda ser.

Apenas los conozco, lo conozco, y no puedo evitar sentirme preocupada y temer por su bien.

A lo mejor estoy haciendo un drama de todo, pero no lo puedo evitar, está situación es más grande que yo.

No me di cuenta de que habíamos llegado, hasta que el auto se detuvo. Me baje de este, y le di permiso de irse al chófer.

Nunca se me habían hecho tan largas unas escaleras. Ni siquiera me había fijado en la entrada de la casa. La primera vez que fui, estaba distraída hablando con Víctor y la segunda no la recuerdo bien.

Nadie te manda a beber como loca.

Vivía en una zona residencial, su casa, tenía una aspecto moderno. Para llegar a la entrada principal, hay que subir por unas escaleras no muy empinadas, y no muy necesarias que digamos, ya que es un primer piso, pero están ligeramente inclinadas, ya que en lado izquierdo, hay un garaje algo subterráneo. La casa no es tan grande, sin embargo no entiendo cómo la mantiene limpia sin ayuda.

A Toda Profundidad Where stories live. Discover now